Capítulo 26

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Todo esto parecía un sueño Alyosha al fin se me había declarado, todo era tan hermoso, lo que soñé desde que lo vi por primera vez se convirtió en realidad. Era demasiado enfermo que me gustara mi tio, el hombre que me crio como su hija y que jamas me podría pertencer por el simple hecho de ser el hombre que mi tia había elegido para ser su pareja.

En la actualidad ya no creíamos demasiado en la leyenda de los “mates” era solo eso una leyenda, solo nuestros abuelos fueron los últimos afortunados en encontrar la media naranja que los dioses les habían destinado. Ahora todo era por una parte mas practico y mas falso, pasábamos la vida entera buscando enamorarnos de alguien que nos amara y no moríamos si ese alguien no nos amaba.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no note en que momento la gran masa de musculos que estaba acostado en la misma cama que yo se había despertado. Me estaba mirando muy sonriente.

Un pequeño hilo de luz se colaba por la ventana de la habitación, haciendo resaltar toda la gran figura que era Alyosha. Jamás me cansaría de ver tanta perfección en alguien.

Ambos nos mirábamos frente a frente, era un silencio muy cómodo porque ninguno de los dos tenía que decir lo que sentía para que el otro lo supiera desde su confesión ayer todos mi demonios internos al fin estaban tranquilos y las inseguridades se habían esfumado.

De repente una pequeña melodía hizo que Alyosha se pusiera inmediatamente de pie. Y buscara entre sus pantalones que estaban tirados en el piso. Inmediatamente saco su móvil y su cara cambio por completo.

“Bueno… ya te dije que no he podido… no tengo porque darte explicaciones…”  su cara estaba demasiado tensa y su tono de voz era muy frio “ya te dije que no puedo… no puedes estar hablando en serio” su musculosa espalda se tensó y salió de la habitación en camino al baño.

Quise acercarme a la puerta y escuchar pero posiblemente el se molestaría demasiado asi que preferí esperar en la cama.

Después de unos minutos Alyosha salio del baño cambiado y con un semblante muy frio. Tomo una maleta del armario y comenzó a llenarla de ropa.

“¿Qué… que estas haciendo?” me pare de la cama y me coloque a su lado “¿Te vas?” el siguió sin prestarme atención y siguió guardando su ropa, las lagrimas comenzaban a picar en mis ojos, ayer me había dado una noche inolvidable y hoy simplemente empacaba.

“Tengo que ir a la manada del norte el jefe Anastas me necesita, dejare a Scott a cargo de todo” cerro la maleta rápidamente y salio de la habitacion.
Como pude me coloque mis botas y Sali corriendo tras el.

Lo alcance cuando estaba subiendo la maleta a su auto “Quiero ir contigo” le dije mientras tomaba su mano antes de que abriera la puerta del piloto.
Solo negó a la vez que se subia al auto.

Intente besarlo por el pequeño espacio que era la ventana pero el simplemente corrió la cara y puso en marcha el auto “Estare aquí para la luna roja y quiero que estes lista para lo que ocurrirá” sin mas puso en marcha su vehiculo, dejándome ahí parada y desorientada.

El cielo comenzó a teñirse de colores grises y poco a poco las gotas de lluvia fueron mojándome.

Entre a la casa muy confundida, la luna roja se da cada seis años y es cuando el alfa hace una ofrenda a los ancestros venerándolos con una nueva luna. Hace seis años Alyosha eligió a mi tía por segunda ocasión provocando con ello un descontento del consejo dado que tenia que elegir a alguien mas. Alyosha no era de sangre real y el no podía pasar por alto ninguna regla, solo era el pariente mas cercano a la sangre real y por eso decidieron dejarlo como líder de la manada cuando mi padre había fallecido.

Una vez dentro de mi habitación seguí meditando todo el me había dicho que quería que estuviera lista.

Una gran felicidad me recorrio al fin me elegiría a mi sobre todas las cosas, yo seria la siguiente Luna de la manada y por ser sangre real haría que la estúpida regla de que el escogiera una nueva compañera no lo afectara.

Seduciendo al Alfa (Luna Roja)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora