Hola! Lo cierto es que ya tenía escrito todo pero no había tenido la oportunidad de subirlo.
Disfruten estos capítulos y no me maten ♡-
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Sentí como los labios de Alyosha se presionaban sobre mi garganta, dejando un camino húmedo del lóbulo de mi oreja a mi hombro. No sabía que estaba haciendo pero en definitiva no me iba a violar o al menos eso esperaba.
Pronto sentí como clavo sus colmillos a la mitad de mi clavícula. La sensación de mi piel al romperse fue lo peor que pude haber sentido. Fue mil veces peor que cuando me convertí por primera vez.
No sabía a qué iba todo esto pero no era a nada bueno.
Un calor inmenso comenzó a crecer dentro de mí. Todo a mí alrededor era como si ardiese en llamas, mi piel irradiaba un calor que parecía quemarme desde adentro.
Alyosha tomo mi cara entre sus manos y me beso. Fue como si un balde de agua fría comenzara a caerme desde la cabeza hasta los pies.
El me hacía sentir tan bien que no pude negarme a su toque aunque este me lastimara emocionalmente a grados que yo desconocía aun.
Después de ese beso recuerdo muy poco. Todo era borroso y muy confuso.
Desperté en mi cuarto sin nada encima más que una vieja camisa que usaba para dormir. Me levante algo desorientada, mis piernas aun eran como gelatina porque en cuanto puse un pie fuera de mi cama. Recordé todo lo que paso ayer y rápidamente me puse de pie, mala idea al parecer mi cuerpo se puso de acuerdo para estar desorientado porque un mareo me atravesó.
Corrí al baño lo más rápido que pude deteniéndome en el espejo para observar a que se debía todo el dolor que estaba sintiendo.
Lo que vi de mi fue horrible.
Tenía al menos una docena de marcas en el cuerpo. Todas eran los dientes de Alyosha. El maldito salvaje me marco por todos lados ayer y yo ni siquiera recordaba nada.
Regrese a mi cama y me acosté, me sentí lo suficiente mal como para salir así que hice lo que menos me esperaba. Llame a Scott. No pasaron ni diez minutos cuando escuche como tocaban mi ventana.
No quise que me viera así de mal así que rápidamente me coloque un suéter junto con un pantalón flojo. Me acerque a abrirle, él no podría entrar por la puerta o de lo contrario Alyosha le rompería el cuello.
Scott se deslizo dentro de mi cuarto y rápidamente me abrazo “Lamento haberte abandonado por tanto pero no estaba de ánimos para nada” susurro colocando su mentón en mi cabeza.
“Ya todo está bien” trate de sonar más calmada pero lo cierto era que nada estaba bien. Él estaba roto, yo estaba rota y seguía amando al mismo monstruo que me lastimo miles de veces.
Nos recostamos en mi cama abrazados el uno al otro. Él era todo lo que cualquier chica quería pero en definitiva no lo que yo quería y eso me hacía sentir la peor persona del mundo.
Me perdí demasiado en mis pensamientos que no supe en que momento Scott tomo mi mano entre las suyas y comenzó a besarla. “Anna entonces crees que algún día encontraras a tu otra mitad” susurro a la vez que acariciaba mi cabello.
“No lo sé” trate de no sonar lo suficientemente cortante pero la verdad eso era la última de mis preocupaciones.
“Yo sé que allá afuera hay alguien para cada persona, algún día encontrare a la mujer para mí y podre marcarla como mía” dijo sin soltar mi mano.
“¿Marcar?” dije muy desconcertada mientras las respuestas a mi pregunta eran contestadas en mi cabeza.
“La mujeres casi no saben de ello pero…” Scott bajo un poco su cabeza a la vez que se sentaba en mi cama “ Cuando queremos hacer saber a los demás que alguien ya tiene pareja la marcamos, es algo tonto lo se” sus mejillas se tornaron rojas de la vergüenza “Es algo tonto lo se pero es algo mas territorial, asi ellas ya no podrán estar con alguien mas”
Estaba apunto de decir algo cuando el ruido de la puerta de entrada nos sobresalto a Scott y a mi.
Rapidamente lo jale del brazo hacia la ventana “Te tienes que ir” el solo asintió y antes de saltar por la ventana me beso.
En cuanto cerre mi ventana me dirigi a la habitacion de Alyosha y antiguamente de mi tia Leen la cual ahora estaba en algun lugar del mundo llorando sus penas.
Al entrar me encontré con un Alyosha muy sonriente “ Hola mi amor” trato de besarme, pero solo lo aparte de una cachetada.
Rapidamente sus pupilas se dilataron en señal de que estaba enojado “¿¡Que carajo te pasa Anna!?”
El coraje comenzaba a subir por mi garganta como acido “¿Qué me pasa?” no pude evitar reirme sin sentido algun “ Esto me pasa” le señale mi cuello y otras partes que también había mordido “Me pasa que estoy harta de ser tu juguete” las lagrimas se escurrían por mis ojos.
“Lo lamento si, ayer estaba descontrolado y tu no me ayudabas en mucho” Alyosha ni siquiera sonaba arrepentido que era lo peor pero una parte de mi le quería creer. Asi que me acerque y lo abrace.
“Porque me haces esto” le susurre a la vez que su brazos se envolvían alrededor de mi.
“Porque te amo y no soporto ver que el mocoso ese este cerca de ti” dijo a la vez que apartaba de el “Huelete, estas impregnada de su aroma, el estuvo aquí cierto” una pequeña expresión de dolor atravesó su rostro.
“No puedes tratarme asi después de todo” Me acerque nuevamente a el y lo bese. Esta vez correspondio a mi beso. Poco a poco me deposito en la cama.
Alyosha se levanto y comenzó a desvestirse poco a poco. Luego se acomodo a mi lado y me abrazo “No es lo que estas pensando, ahora duerme que hoy fue un dia terrible” dijo antes de apagar la luz de la mesita de noche.
“Te necesito” fue lo único que salio de mi boca. Creí que el no me había escuchado pero después de unos minutos se coloco arriba de mi y empezó a besarme.
Sus manos recorrían mi cuerpo de arriba abajo, deteniéndose mas en mis caderas. Rapidamente lo poco que me cubria fue a parar al suelo.
Alyosha me beso con cariño todos los lugares en donde había marcas de sus dientes y sin darme cuenta entro en mi. Los hicimos lentamente y en ningún momento el dejo de acariciar mi cuerpo.
Fue simplemente hermoso. Hicimos el amor.
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Seduciendo al Alfa (Luna Roja)
مستذئبLos lub-garu son una sociedad de hombres y mujeres lobo, según la vieja tradición cada seis años el Alfa debe de elegir otra esposa o puede continuar con la misma. Anna es la última desendiente de la línea Real, cuando era pequeña sus padres muriero...