Un sentimiento extraño

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–Sabe fatal– dije tras tragarme la pastilla, con una mueca. René se rió.

–No importa que sepa mal si te cura.

–Ya... No sé si merece la pena.

–¿Ves ahora a tu hermana André? –intervino el psiquiatra. Ya me caía mal, tan serio y duro.

–No– contesté de mala gana.

Pero era cierto, ya no veía a nadie.

Me dejaron volver a casa, pues el doctor confiaba en que la pastilla funcionará bien, pero tendría que tomarme una cada doce horas (lo que no me hacía ninguna gracia, sabían a plástico chamuscado).

Una vez en el apartamento, mi tío tuvo que irse a comprar, y me dejó solo.

Al principio estaba bien, pero después empecé a inquietarme. Notaba un sentimiento extraño. Demasiado silencio. Miré a mi alrededor, esperando encontrarme en cualquier rincón a Sara jugando, escuchar su risa... algo. Algo más que ese pesado silencio que envolvía todo.

Me pareció verla un momento, entre las sombras de ellos abrigos colgados, pero allí no había nada. Oí el susurro del viento entre los árboles, y me pareció su risa.
Me estaba volviendo aún más loco. Esto no podía acabar bien.

Me sorprendí a mí mismo echándole de menos. La extrañaba, pero no entendía por qué. Era increíblemente pesada, me interrumpía constantemente, siempre reclamaba mi atención, me impedía tener conversaciones con mis amigos, me molestaba sin parar, me atormentaba con la culpa... Pero también me hacía reír, me entretenía con sus cuentos, me enternecía con sus preguntas infantiles...

Era mi hermana. Mi hermanita pequeña, a la que debía proteger. O debía haber protegido. Al fin y al cabo, Sara había estado a mi lado más de ocho años, mucho más de la mitad de mi vida, y me había acostumbrado a ella. Incluso a su fantasma. Era mejor una ilusión que un cadáver.

Recordaba lo que le había dicho a mi hermana la noche del incendio. Lo último que le había dicho. Los monstruos no desaparecen, te acostumbras a ellos. Sara era mi monstruo, mi pesadilla personal. Y yo me había acostumbrado a ella.

Y la quería.

Y la quería de vuelta.

SchizophreniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora