Prologo.
-Calisay-
La luz del sol se filtraba a través de la ventana de mi habitación, por lo que tuve que levantarme de la cama, a la vez que el sonido del entrenamiento de Goku-san y Vegeta-san se escuchaba hasta en mi habitación...por lo que no retrase mas el levantarme y arreglarme...-después de todo, han pasado siete meses.- suspire tomando aquella fotografía, una que nos tomamos la última vez que estuvimos juntos...- Beerus...-acaricie la superficie del cristal, para después dejar la fotografía sobre el tocador y salir de la habitación...topandome con mi sobrino Kirsch, quien por decisión de Beerus tomo su lugar como Dios destructor, para mantener el equilibrio del séptimo universo... asegurándose así de que contaramos con la ayuda de Whis-san...además de que mis hijos querían a Kirsch cómo su hermano...toque mi vientre inconscientemente, ya que poco tiempo después de la muerte de Beerus descubrí tristemente que había estado embarazada y lo había perdido en aquella batalla, al igual que a su padre...sentí a Kirsch abrazarme ya que había comenzado a llorar.- tranquila tía, nos aseguraremos que ellos paguen lo que hicieron...- me seque las lágrimas...- si, gracias Kirsch-chan...- de repente sentí cómo un ligero toque en mi hombro y el lugar se tornó en una habitación oscura, un trono rodeado de cortinas y un sofa de piedra era lo que distinguía además de un espejo negro, vi a Senta aparecer con una sonrisa sensual en sus labios, para pasar a mi lado ignorandome por completo cómo si no me hubiese visto por lo que la segui con la vista, ella se acercó al trono que estaba rodeado de cortinas purpuras...había alguien ahí sentado en el trono, usaba una túnica como la usada por los dioses destructores cuando eran llamados por Zeno-sama y el Daishinkai para algo importante además de ceremomial, ella se sentó en su regazo y comenzó a acariciar suavemente su rostro, para retirandole la tela de la túnica que cubre parte de su rostro descubriendolo y lo besa en la boca con pasión la silueta de aquel ser se me hace demasiado familiar y más cuando observé sus ojos color dorado aunque había algo diferente en ellos al igual que su sonrisa...la imagen desapareció regresando a la realidad...observando el rostro preocupado de Kirsch...-perdón yo me perdí un momento...no te preocupes...- miré a Kirsch sonriendo ligeramente, para después salir al jardín en su compañía a verlos a todos entrenar, aunque me quedó un extraño desconcierto por aquella extraña visión...
Continuará...