Vas a ser mía

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Buenos días mis chicos. Empecé a escribir este capítulo con un poco de culposa ira, estoy participando en un concurso y la verdad desgraciada va perdiendo jaja, lo admito no es algo admirable pero soy pésima perdedora! Después me acorde de ustedes, y se me pasó, el hecho de que me lean es especial para mí. Me siento exigente y quiero re escribir algunos capítulos, porque la verdad me da vergüenza leerlos. No se cómo nadie me decía que cometía tantos errores gramaticales.

En fin, les dejo el siguiente capítulo.

-.-.-.-..-. Continuación...

-¿Ari?-

La voz de Melody tembló y fue devorada por el silencio aplastante en la habitación. Sus manos abandonaron el trapo y se dirigieron hacia el rostro de Ariadna. Al ver su intención, esta las apartó con violencia. Melody pasmada la vio estremecerse sin dejar de mirarla fijo. Como si luchara por despertar del letargo. Debatiéndose entre la realidad y el sueño.

-Ariadna...- le corrigió con desprecio.

Su voz le raspó la garganta irritada y caliente. Pero no logro aplacar la sensación helada en su pecho. La solto bruscamente como si su contacto la quemara. Melody sujetó su propia muñeca adolorida y la observó temblorosa. Como si no supiera que hacer. Ariadna mantenía las mandíbulas presionadas y la respiración agitada. Un ligero temblor en sus hombros delataba la tensión que estaba sufriendo. A los ojos de Melody lucía como una extraña. Había visto esa mirada antes... pero no en ella. Nunca en ella.

-Ariadna.... Soy yo ... Mel- sus palabras inseguras fueron interrumpidas por una risa sin humor de la morena. Ariadna la miró con odio.

-Mi amiga Melody está muerta. He llevado flores a su placa por más de tres años...-la voz ronca y forzosa no era menos hiriente.

Melody dejó caer sus hombros sin comprender. Ariadna se incorporó sobre sus codos.

-todo lo que puedo ver frente a mí- escupió con desprecio- es una puta de los lobos-.

Melody ahogó un gemido de sorpresa.

-no... no lo comprendo-

Un destello de compasión sacudió a Ari cuando vio los dulces ojos de Melody humedecerse y brillar. Pero su vista cayó a la alianza que orgullosa resplandecía en su dedo anular. La prueba de su unión y compromiso con un lobo. Apartó el rostro con una mueca de asco. La bilis le subió a la garganta cuando se forzó a agregar:

-¿lo disfrutas?- Melody la miró sin entender- ¿disfrutas de ser cómplice? Te sientas aquí y convences a esas pobres mujeres de que ser el juguete enfermo de una bestia está bien... para luego ir a entregarte a ese monstruo y permitir...permitir que engendre en ti... una de sus despreciables crías...-

Melody se precipito sobre ella y la abofeteó con todas sus fuerzas.

Ariadna se sobresaltó y apenas fue consciente del calor y la picazón dolorosa de su mejilla enrojecida. El golpe retumbó en la habitación. Y en su corazón. Observo absorta a Melody. A la tierna Melody. Su rostro color carmesí. Sus ojos verdes brillando ferozmente como jamás lo había visto, llena de valor, llena de orgullo. Sus pequeñas fosas nasales dilatadas. Luchando por respirar entre la agitación y los sollozos.

Ariadna no se movió. No pudo. Atinó a apoyarse una mano en la mejilla palpitante.

-de mi puedes decir lo que quieras...-sorbió por la nariz- pero no te metas con mi esposo... y por sobre todo, no te metas con mi hijo...- se frotó las lagrimas con rabia.- ni siquiera tú- Ariadna cerró los labios en una tensa línea.- yo siempre... siempre he estado a tu lado... siempre a tu sombra... como una idiota... siempre he hecho lo que me decías... ni un momento deje de pensar en ti... cuando nos separaron, cuando mi marido- remarcó esas palabras- vino por mí-

Desgraciadamente tuya..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora