Capítulo 13

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El día transcurría tranquilamente a pesar de todo lo ocurrido hace algunas horas, y a juzgar por los brillantes rayos de sol que se asomaban por las rendijas, había una tarde hermosa afuera.

Lástima que los chicos no pudiesen disfrutar del cálido clima dentro de aquella lúgubre guarida, y menos ahora que tendrían que ocuparse de los grandes cambios que se avecinaban.

La mayoría se encontraba en sus respectivas habitaciones descansando, a excepción del menor de los cuatro; Mikey se encontraba sentado al otro lado de los torniquetes que se localizan en la enorme entrada, estaba pensativo y un tanto somnoliento, de alguna manera se sentía un poco intimidado con la idea de que Donatello fuese el nuevo líder, porque a pesar de ser algo torpe y de los constantes regaños por parte del banda morada debido a su imprudencia, éste jamas le había hablado como lo hizo en la mañana, nunca lo había hecho sentir denigrado, hasta ahora, lo que lo llevó a pensar: “¿Y si Donatello comienza a sufrir de una radical transformación al igual que Leo?... Leonardo cambió muchísimo tras la pérdida de Karai, se presionó de manera exagerada sólo para no perder a otra persona importante en su vida, pero al mismo tiempo empezó a volverse un poco frío, y ahora Donnie...”

Mikey se dio ligeros golpecitos en las mejillas para poder dejar de sacar esas aceleradas conclusiones sobre el más alto, después se quedó pasmado mirando hacia la nada, su alegre semblante se estaba convirtiendo en uno triste y pensativo.

 La tarde se estaba tornando pesada ahora, el reloj marcaba casi las 5:00 pm; El maestro Splinter se encontraba en la sala de entrenamiento meditando, o al menos eso trataba de hacer,  algo en sus pensamientos le hacía sentir ligeramente intranquilo, tenía una sensación extraña, un mal presentimiento, y ese presentimiento era sobre sus hijos, especialmente sobre Leonardo y Karai, sentía que iba a surgir un enorme conflicto a consecuencia de otro encuentro... El maestro intentaba concentrarse, cuando una voz lo interrumpió...

Se trataba de Raphel, quien sostenía contra su cabeza una bolsa con hielo

—Disculpe, Mikey me dijo que viniera a verlo

—Adelante hijo mío, siéntate frente a mi—Le respondió tranquilo Splinter sin abrir los ojos 

—Antes que nada, quiero... Pedirle una disculpa sensei—Dijo el joven en un tono bajo pero serio

—Disculpa aceptada hijo mio...

Raphael estuvo a punto de soltar un suspiro cuando su padre continuó

—...Aún así estoy obligado a ponerte un castigo Raphel, primero por desobedecerme y segundo por llegar en estado inconveniente—Splinter abrió su ojo derecho para ver la reacción de Raphael 

El chico se sonrojó levemente por la vergüenza, y más porque no recordaba nada después de bajarse de un lujoso auto.

—¿Algo que decir en tu defensa? 

—Honestamente... estoy en blanco

—Me lo supuse, para empezar quiero informarte que el castigo que les impuse a ti y a Leonardo por pelear fue revocado  

Raphael iba a protestar, porque gracias a ese castigo él tuvo una excusa para permanecer cerca del mayor, él no quería perder esa oportunidad que sin querer le fue otorgada,  pero Splinter se adelantó

—¿Qué te motivó a ir tras tu hermano?—preguntó con seriedad

El ojos verdes se quedó pasmado con la pregunta... ¿Que iba a responderle exactamente a su padre? ¿Cómo podía revelar algo tan delicado como el hecho de estar perdidamente enamorado de su hermano mayor?

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