Capítulo 1 al 10

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Capítulo 1 al 10

Todos aman a Katniss por que tenía mucho que perder, y lo mantuvo a salvo. Pero, nadie sabe lo que es capaz de hacer alguien que no tiene nada que perder, pero mucho que ganar.

-          Hiljonx

Les explico un poco nuestra situación. Hace unos treinta años, nuestra salvadora total, Katniss Everdeen, ganadora de los 74º  juegos del hambre y del vasallaje de los 25º  empezó el movimiento revolucionario contra el poder del capitolio, muchos fueron los que se aferraban a ella, por que querían un verdadero cambio en sus vidas.

En un momento donde todos estaban esclavizados, más por el miedo que por otra cosa, una mujer, que no empezó todo, pero sí motivó a todo el mundo a ir en contra del poder represivo que la mantenía en condiciones deplorables. 

Eso, siendo objetivos, es un verdadero regalo de Dioses, y, aunque Panem no se ha caracterizado jamás por ser un sitio muy religioso, muchas personas en su auge de libertad empezó a colocar a Katniss como un santo enviado por los mejores Dioses.

Fue muy bonito, aunque no tenía mucho sentido ya que Katniss todavía no había muerto, en éste momento la señorita Katniss debe de tener unos cuarenta y seis años o unos cincuenta y dos. La verdad no sé, ni me interesa mucho.

Mi historia personal no les interesa a muchas personas, ni siquiera a los que apoyaron mis movimientos “Desestabilizadores” En Panem. Pero, como debo cumplir requisitos, les hablaré un poco.

Mi nombre, como muchos sabrán es Hiljonx Breslin, soy uno de los pocos que mantiene nombres antiguos. Pero, en realidad es algo decorativo, no tengo apellido como tal.

Tampoco sufrí una enorme pérdida de niño que me obligó a cambiar radicalmente mi estilo de pensar como otros piensan, nací en un bosque en las afueras del distrito 4, con mis padres, unos enamorados jóvenes hijos de puta que no sabían administrar sus hormonas y se dedicaron a “Darle al asunto” A penas tenían oportunidad, obviamente, las cosas se pusieron un tanto feas cuando mi madre se enteró que estaba embarazada. Y ocultó su barriga como pudo.

Mis padres tampoco podían considerarse muy listos, en el momento de mi nacimiento, ellos seguían con sus cosas a las afuera del bosque, cuando salía mi padre no advirtió que los gritos de dolor de mi madre se mezclaron con los gritos de placer. Entonces, cuando mi padre notó una pequeña protuberancia en el momento que introducía su arma, supo — No instantáneamente — Qué era.

Yo viví con mis padres durante unos cinco años, ellos murieron pero no por culpa del capitolio o por que sus trabajos le mantenían en condiciones tan óptimas para la muerte, no. Mi padre era usurero, y mi madre se dedicaba a “Negociar” Con varias personas para obtener objetos que pudieran ser vendidos en el mercado negro.

Mi padre murió primero, ocurrió cuando intentaba pescar algo que le llamaba la atención en una de las playas del distrito, pero no advirtió que un octicx (Para los desentendidos, una evolución letal y mortífera del pulpo) Estaba usando su gema orgánica para atraer presas, cuando mi padre creyó tener el tesoro, no advirtió que uno de los tentáculo-aguijones estaba cerca de él, donde luego atacó y paralizó a mi padre lo cuál le hizo caer en el agua, sitio en el cuál mi padre perdió la vida de manera deplorable.

Mi madre, en cambio, murió intentando “Negociar” Una bebida exótica de uno de los que podían viajar al capitolio. Lo que no advirtió la señora, era que la bebida era en realidad un veneno molecular que cambiaba el organismo en una masa gelatinosa extraña, donde eventualmente perdías la piel, los músculos y los órganos. En orden vital declinante, siendo primeros los menos útiles, y finalizando con el corazón y el cerebro en el acto.

Los juegos del hambre: Asesinato de avesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora