Prologo

40 3 0
                                    

La naturaleza, un medio tan complejo como tan sencillo, es todo lo que nos rodea, desde la partícula de polvo hasta el inmenso sol, todo coexiste en un delicado equilibrio, que puede ser alterado tan fácilmente, formar parte de este equilibrio es lo que hace que el mundo pueda tomar un curso, es lo  que nos permite el poder vivir.

El mundo en época de antaño era, tan perfecto, todo limpio y puro, nosotros podíamos convivir con los seres humanos, todos éramos parte de un mundo, de un todo, ahora nos tenemos que esconder de los humanos, es un dolor tener que ahora ocultarnos de aquellos que considerábamos amigos, también formar parte de mi especie es triste, ya que se han olvidado de lo que verdad es vivir en armonía, de lo que es vivir, las otras especies también han perdido esa esencia, como yo, habemos pocos, nos hemos tomado la libertad de estudiar todas y cada una de las partículas que componen la naturaleza, hemos canalizado nuestra magia desde un punto de vista tan diferente y único, podemos emplear los elementos a nuestro favor, con el fin de rectificar daños que se le ha causado a la naturaleza, nosotros, aunque no somos salvadores de la naturaleza, nos dedicamos a restaurar lo que podamos restaurar, pues sino, todo sería destrucción y miseria, también hemos desarrollado  un modo de vida diferente al de nuestras especies, muchas lunas atrás se creó la comunidad llamada Aönad lo cual significa unidad, a lo largo de los años hemos aprendido a comunicarnos con los espíritus de la naturaleza, algunos se han quedado a nuestro lado como guardianes, esto nos ha permitido evolucionar mental-personal-espiritual, lo cual ha ocasionado que nos diferenciemos fácilmente entre nuestras respectivas especies.

Desde que la tierra aún era joven hemos existido, y desde entonces habíamos convivido con el hombre, hasta ese trágico día, cuando se sintieron amenazados por nuestro poder, y comenzaron a crear esos artefactos de fuegos, iniciando una guerra innecesaria, creyéndose más que todos nosotros, sin necesidad, pues todos formamos parte importante de este mundo, este suceso nos obligó a  escondernos en los lugares más recónditos del mundos, aquellos que el hombre aun con toda su tecnología no han entrado, ni mucho menos descubierto, desde donde yo estoy, he podido estudiar a los humanos, he podido observar sus diferentes culturas, costumbres, su evolución o mejor dicho su involución, no ha sido fácil, pues desde las sombras es poco lo que podemos apreciar, podrán haber avanzado tecnológicamente pero como ser, como personas, como especie han retrocedido hasta mucho antes de su llegada como especie. Se matan, se lastiman, se autodestruyen, en muchas ocasiones he querido intervenir, pero no es correcto.

A la humanidad aún le falta mucho por aprender y conocer, necesitan destaparse los ojos, pero es lo último que hacen, muchos tratan de hacerlo y cuando están cerca algo los vuelve a atrapar, su ceguera es condicional, pero bastante fuerte, ellos quieren y juegan a ser dios, pero no lo son, y jugando ese juego han destruido más de lo que han obtenido.

Mis estudios sobre la humanidad me han llevado a pensar y a predecir la catástrofe destructiva a la que están llevando al mundo, el alto nivel de contaminación, el enorme desequilibrio climático en el que se han sumido, todas las extrañas cosas ambientales que han surgido a raíz de los daños causados en la capa de ozono, y es allí donde los Aönad participaremos, no será cosa fácil.

Profecías AncestralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora