La Uzumaki Definitiva (Itachi)

16. Te necesitaba

Cuando desperté me quedé observando el lugar. Era una cueva y no muy lejos de mí, había una hoguera. Era de agradecer, pues hacía bastante frío.
Y ahí, a la salida de la cueva, estaba él.

Itachi: Parece que ya has despertado -dijo sin mirarme- Me alegro que estés bien, dentro de lo que cabe, claro... -ahora sí me miraba con una mirada cálida- Explícame que pasó después de mi ida de la aldea, por favor- comenzó a caminar hacia mí, hasta que se sentó justo a mi lado-

Hikari: Pues es que es algo largo de contar y...

Itachi: No seas terca conmigo, siempre nos hemos contado todo, ¿no habrás perdido la confianza en mí, no?

Hikari: ¿Qué? ¡No, nunca! No digas eso más... A ver, pues verás... -miré hacia el suelo intentando recordar. Itachi me cogió del mentón con una mano y con la otra me acarició la mejilla y me susurró 'no pasa nada, estoy contigo ¿vale?'
Le sonreí débilmente y me dispuse a contarle todo-  Vale, pues voy al grano. Cuando te fuiste de la aldea me tuvieron bajo vigilancia, ya que como estábamos juntos, querían asegurarse que no tenía nada que ver...
Pasaron unos meses y yo fui al cementerio a dejarles flores a Shisui y a mis padres, como solía hacerlo siempre antes de una misión. Mientras estaba allí, apareció Orochimaru, e intentó convencerme que de que me fuese con él. Obviamente me negué y empezó a atacarme. De un momento a otro me desmayé y ya que no recuerdo nada más.
Después de eso, desperté en esa jaula enganchada a muchas máquinas. Itachi... Fui torturada de mil maneras, controlaba mi mente, no podía dormir y casi no me daba de comer... Fue horrible. Durante 4 años he estado ahí. -En el rostro de Itachi podía ver rencor, enfado, horror y tristeza, mientras apretaba los puños y miraba al suelo-

Itachi: ¿¡Por qué!? ¿¡Todo eso para qué!?

Hikari: Para averiguar más sobre mi clan, las técnicas, el porque de algunos de mis jutsus que nadie más que yo puede realizar, pero sobre todo... Para poseer el poder de Tora.

Itachi: Ya veo... Tienes un poder que nadie tiene, eres especial y única. Por eso cualquiera querría tenerte cerca y muchos por beneficio propio -sonrió de forma divertida-

Hikari: Vaya, ¿entonces tú me quieres cerca o solo es por beneficio propio? -alcé una ceja-

Itachi: ¿Por qué lo dices? -acercó su cara a la mía, estábamos muy cerca-

Hikari: Porque parece que no quieres separarte de mí. Itachi, me estás espachurrando -dije divertida-

Itachi se quedó callado y se separó bruscamente.

Itachi: Lo siento pequeña -me besó en la frente, yo sonreí instintivamente- Me alegro de haber ido a inspeccionar la "morada" del maldito de Orochimaru. Gracias a eso he podido sacarte de ese infierno. Siento haber llegado tan tarde.

Hikari: -sonreí- ¿Qué hacías allí?

Itachi: Fui de misión con dos integrantes más de Akatsuki, en la organización donde estoy. El jefe les mandó que acabasen con Orochimaru y, a mí para recopilar información sobre él y conseguir un anillo que no le pertenece.

Hikari: Ya veo... Con que Akatsuki... Esto me trae muchos recuerdos. Me gustaría que volvieses conmigo a Konoha y poder estar juntos de nuevo... -fue a contestarme, pero yo rápidamente le callé poniendo mi mano en su boca- Lo sé, sé que es imposible. No hace falta que me lo digas.

Itachi: No te preocupes. Nos volveremos a ver, lo prometo. Podremos estar juntos alguna que otra vez. Solos. Pero fuera de la intimidad, somos enemigos y si nos encontramos tendremos que pelear, ¿lo sabes verdad?

Hikari: Lo entiendo. Es muy duro y difícil, pero lo entiendo.

Itachi: No importa nada. Yo te sigo queriendo Hikari, eso no cambiará nunca. Yo siempre voy a estar contigo. Te prometo que en cuanto pueda intentaré estar contigo, pero tenemos que llevarlo todo en secreto porque sino podrían matarte...

Asentí. Él llevaba razón, tendríamos que vernos en secreto y no contarle a nadie sobre lo nuestro, iba a ser difícil. Si me descubrían podrían matarme por traición y también a Itachi. Fuera de nuestra intimidad éramos enemigos y teníamos que actuar como tal.

Le observé, tenía los ojos más negros que de costumbre. No lo dudé, necesitaba y ansiaba besarle y eso hice. Él no tardó en seguirme el beso. Era necesitado y dulce a la vez, Itachi apoyó una mano en mi nuca y otra en mi cintura, mientras que yo las apoyé en ambos lados de su cara. Necesitábamos profundizar el beso.

Nos separamos agitados por la falta de aire, mirándonos a los ojos. Itachi juntó nuestras frentes. La mirada de Itachi era intensa. Yo sabía lo que él quería y yo, quería lo mismo, por eso la ropa sobraba.

Nada ni nadie podría con nosotros.

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