Que comience el juego.

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La noche del domingo había llegado, eran ya pasada las diez cuando alguien comenzó a golpear insistentemente la puerta de mi casa. Pausé la película que estaba viendo y cerré mi bata ya que mi pijama era un tanto revelador, caminé hasta la puerta y la abrí esquivando un golpe directo a mi rostro. Un chico de gafas y cabello multicolor me miró alarmado para luego entrar en mi casa abruptamente.
- ¿¡Pero que demon...!? - El tipo se  acostó sobre el sofá y se quitó la peluca dejando al descubierto su inconfundible cabello blanco. 

Yue - Hello baby. - Dijo guiñandome un ojo. 

- Que haces aquí parásito. - Me senté a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro. 

Yue - Vine a cenar contigo ¿Ya cocinaste? 

- Ya.. Ya cené... - Se fijó en mi - De verdad, ya comí mas temprano junto a Angélica y Scott. Pregúntale si no me crees. 

Yue - Haré de cuenta que te creo. Dime, ¿Quieres hacer algo en nuestro último tiempo de libertad? 

- Ahora que lo dices.. Quiero hacer algo que nunca hicimos. - Me miró curioso, yo me arrodillé en el sofá y le sonreí - Salir contigo. - Sus mejillas se tornaron rojas de inmediato, yo comencé a reír sin poder contenerme.  

Yue - Cuál es la gracia? 

- Me refiero a que quiero salir contigo a dar una vuelta. 

Yue - Oh, de acuerdo. - Agarró la peluca y se dispuso a ponérsela, yo tomé su mano deteniéndolo.

- Quiero salir con Yue siendo Yue.. Sin gafas ni pelucas, solo Yue y Alice. 

Yue - Pero.. y si alguien nos ve? 

- Es plena noche del domingo, esta zona parece un cementerio a esta hora, no hay nadie. - Dudó unos segundos y acabó accediendo, cambié mi ropa y salimos a caminar hasta llegar al parque donde nos recostamos en el suelo a admirar las estrellas. El sonido de mi celular irrumpió en ese cómodo silencio que reinaba, en la pantalla se dibujó el nombre de Lysandro provocandome el deseo de oír su voz pero en cambio rechacé su llamada y dejé mi celular a un lado. 

Yue - ¿Quien era? - Me encogí de hombros. - Sabes, deberías cambiar de celular, desde que te conozco siempre haz usado el mismo. 

- ¿Cada cuanto cambias de celular? - "Seis meses" dijo como si fuera lo mas normal del mundo. - Wow... Ni quien pudiera.

Yue - Tu puedes.

- Lo sé, pero no lo haría. Aún cuando el celular dejé de funcionar por completo lo seguiré conservando. - Me acosté por completo observando fijamente la estrella mas brillante sobre mi. - Fue el ultimo regalo que me dio mi hermano, fue lo que me dio fuerzas para salir de la cama en la que estuve por días llorando. La nota que me dejó fue lo que me impulsó a intentar seguir. - Él se acostó apoyando su cabeza en mi estomago, yo acaricié su cabello con una mano mientras que en la otra apoyaba mi cabeza para verlo mejor. 

Yue - ¿Sabes? Tu vida parece de telenovela. Una que tendrá un final feliz seguro. - "Eso espero" dije dejando escapar un suspiro. - Oye... ¿Deberíamos practicar algunas canciones? - Se puso de pie de un salto y extendió su mano hacia mi. - Juguemos. - Dijo en tono de desafío. 

Nos sentamos  en el borde de una fuente que había al centro del parque y comenzamos el juego el cual era muy simple. Debíamos cantar cada uno un tema propio pero por versos, al Yue acabar su parte yo debía comenzar con mi tema y luego él retomar el suyo. Tras perder en el piedra, papel y tijeras, Yue comenzó con su tema.

No confío en mi (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora