Doceava carta.

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Hola, chico trizado.

Tus ojos brillan, sonríes, y la luz que te iluminaba está volviendo de a poco.
Estoy feliz de que tu alma haya dejado de consumirse.
Porque ambos sabemos que el alma no vuelve a restaurarse.
Hagas lo que hagas, nunca vuelve a ser como antes.
Hoy fui a la tumba de Kate, me escondí tras la muralla para verte.
Sonreíste y besaste su lápida, lloraste, pero sólo un poco.
Le contaste acerca de tu día.
Le recordaste cuanto la amaste, la amas y la amarás.
Recordaste momentos de cuando estaban juntos.
Le contaste acerca de una chica que te ayudó a seguir.
Le dijiste que esa chica comenzaba a gustarte.
Pero que nunca sería tan importante como ella lo había sido para ti.
Pronunciaste el nombre de la chica.
Y di la vuelta mientras lloraba.
Porque no fue mi nombre el que pronunciaste.
Y nunca lo sería.
-SBX.

Hola, chico trizado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora