Niall observó a __________, que se bajó de su regazo y se arrodilló delante de él cuando él se levantó. Por un segundo sintió un ligero mareo, y no le ayudó mucho que ___________ se irguiera un poco y le rodeara los músculos firmes de las pantorrillas con las manos.
El empresario contuvo el aliento al sentir los suaves pechos femeninos apretados contra sus muslos y también su erección creciente, desesperada por sentir la boca de ___________, que se cernía a solo unos centímetros de la cabeza palpitante de su miembro.
Un gemido sordo le retumbó en el pecho cuando ___________ le rozó la parte posterior de los muslos con las palmas de las manos y lo atrajo tanto hacía sí que Niall pudo sentir el calor de su aliento en la piel hipersensibilizada. Después entrecerró los ojos cuando sintió que __________ se inclinaba hacia delante.
Pero en lugar de envolverlo con la boca como él esperaba, __________ le depositó un beso, primero en una cadera, después en la otra.
—Me encanta lo suave que tienes la piel aquí —le susurró mientras hacía girar la lengua sobre el trozo sin vello que tenía Niall junto a la cadera. El empresario exhaló un suspiro entrecortado.
—Dios, por favor, __________ —jadeó mientras entrelazaba los dedos en los rizos húmedos que enmarcaban la cara ruborizada de la joven.
—Y me encanta lo duro que estás aquí. —___________ alzó los ojos semivelados para encontrarse con la mirada masculina, después se lamió los labios como si no pudiera esperar más para saborearlo—. Me encanta saber lo mucho que te excito. Aunque acabo de correrme, tengo la sensación de que podría correrme otra vez con solo mirarlo.
Niall había pensado que nada podía excitarlo más que oír a __________ rogarle que le pellizcara los pezones y decirle que le metiera los dedos en la dulzura de su sexo. Pero se equivocaba. Tenerla arrodillada delante de él, tan cerca que podía sentir su aliento caliente en el pene… se le estaba poniendo tan dura que le dolía. Gimió y la sujetó por el pelo cuando ella le agarró la erección con la mano y se la apretó con suavidad antes de acariciarla con mano más firme.
La lengua femenina, delicada y rosa, se escabulló para saborear la gota de humedad que se aferraba a la punta de la verga de Niall. __________ hizo girar la lengua alrededor de la cabeza, y le dio un golpecito, primero con dulzura y después con más firmeza a lo largo del sensible lado inferior.
El empresario dejó escapar un grito y echó la cabeza hacia atrás cuando los labios de ___________ se cerraron sobre él y lo envolvieron en una succión cálida y húmeda. No era la primera vez que se la chupaba pero nunca con aquella especie de determinación resuelta, aquella especie de… entusiasmo.
__________ parecía concentrada, solo y exclusivamente, en complacerlo con los labios y la lengua.—Me encanta chuparte el pene —le susurró como sí le leyera el pensamiento. Aquellas palabras, francas y carnales, saliendo de una boca tan dulce fueron casi suficientes para hacer que se corriera allí mismo.
La mano de __________ ajustó sus caricias a las pasadas de su boca a medida que lo devoraba hasta el fondo y luego lo iba soltando, centímetro tras incitante centímetro, para después colmar de atenciones la cabeza henchida con forma de ciruela.
Niall sintió el impulso de agarrar la cabeza de ___________ y obligarla a metérsela hasta la garganta pero se contuvo y se conformó con permanecer allí, pasivo y confiado, mientras ella imponía el ritmo, besándolo, lamiéndolo, chupándolo, saboreándolo.
El empresario sintió que se le tensaban los testículos y luchó contra el clímax inminente que se cernía sobre él como un tren de mercancías. Quería absorber cada detalle de aquel momento. El calor húmedo de la boca y la lengua de __________, sus preciosos ojos que lo miraban con intención mientras observaban el placer creciente de Niall, el peso suave de sus pechos que se mecían con suavidad cuando el agua giraba y lamía su cuerpo.