Capitulo 7

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—Ethan… Hola… ¡Que sorpresa!... ¿Pasa algo?

—No, no—respiro—, en realidad llamaba para preguntarte si aquella propuesta seguía  en pie.

Emite un sonido como mmmmm, tratando de recordar.

—¿Sobre salir alguna vez? —dice finalmente.

—Así es.

—Vaya, pues ahora la que no se lo esperaba soy yo. —Sonrío— Bueno, pues me parece que sí.

—Pero déjame ser yo quien te invite esta vez ¿Te parece?

La escucho reír con serenidad. —Me parece bien.

—Lamentablemente no estoy bajo el efecto de la anestesia ahora, pero—ahora suelta una risa floja, que me hace reír a mí también—, ¿Te gustaría salir alguna vez?

—Por supuesto.— responde casi de inmediato.

—¿El viernes por la noche?

—Me parece muy bien.

—¿Te recojo a las siete?

—Me parece bien. Gracias. En un mensaje te enviaré mi dirección… espera—hace una pausa con voz seria y por un momento pienso que va a cambiar de opinión—, no eres peligroso ¿O sí? — pregunta divertida.

—No estoy seguro—sonrío—, lo más probable es que sí.

—Bueno, en ese caso, nos vemos el viernes. — Su respuesta me hace sonreír nuevamente.

—Entonces nos vemos linda.

—Hasta entonces.

 

Eva

Lo ha dicho de nuevo deleitando mis oídos. Linda. Muy bien, estoy completamente impactada. Esto fue totalmente inesperado. Ethan, diez de la noche, y llamada. Es tan perfecto que debe haber alguna clase de brujería detrás de esto. ¿Por qué el repentino cambio de opinión? Aun con el teléfono pegado en la oreja, sonrío y siento un extraño cosquilleo en el estómago. Bueno, sea lo que sea que le haya pasado en estos momentos me importa un carajo. Me permito saltar en el sillón como una niña. ¡Estoy muerta de la emoción! El solo hecho de pensar que voy a estar cerca de ese hombre, de este hombre que me ha cautivado, olerlo y mantener una conversación sin tener que mencionar mi salud bucal, una conversación real. No lo voy a negar, este hombre me excita. Me hace sentir lo que en dos años no había sentido. Deseo. Y ahora más fuerte que nunca ¡Viernes, ven a mí! ¡Ya! Y como la mayoría de las personas que poseen un gameto femenino, me planteo una única y retunda pregunta ¿Qué voy a usar? Quiero impresionar a este hombre, quiero sorprenderlo. En un movimiento me bajo del sillón, corro a mi cuarto y me paro frente al closet con madera color marfil. Mi closet no tiene puertas, es mediano y funcional. Mientras contemplo toda la ropa, mis ojos caen distraídamente al reloj de la pared. Once y treinta minutos, tal vez decida esto después, al fin y al cabo tengo una semana para hacerlo, y sé muy bien que será una muy larga semana de espera ¿Por qué tenías que llamar en lunes guapísimo ingenuo?

Amantes del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora