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La caída

Estábamos en un día de campo  en los valles, pero estaba muy enojada con mi hermana  porque hace rato le estaba contando una historia que me contó nuestro abuelo sobre una guerra. Trataba de monstruos y humanos, que antes todos convivían en paz y armonía. Pero un día hubo una guerra, demasiadas muertes. Al final los humanos ganaron y con un hechizo mágico desterraron a los monstruos al subsuelo . Pero ella no creía sobre esas cosas y me dijo que nada era cierto, que yo fantaseaba mucho, que los monstruos no existían y mucho menos la magia, yo la traté de corregir pero me fue imposible, muy enojada decidí salir al monte, pero no me percaté de que mi enojo lo cambiaría literalmente TODO.

Estaba vagando por el monte Ebott y decidí tomar un camino no habitual. Estaba muy oscuro ese lugar ya que habían más árboles de lo normal. En un punto del camino me topé con un muro de arbustos, no se miraban muy gruesos así que decidí cruzarlos, salté por arriba de ellos, trate de controlarme y balanceandome caminé un poco pero no me di cuenta de que unas raíces sobresalían del suelo y tropecé en una. Todo fue muy rápido, al tropezar no toqué el suelo e intente agarrarme de algo. Alcancé a tomarme de una raíz. Traté de controlarme un poco y tomar fuerza para poder subir. Voltee abajo y vaya sorpresa que me dí, a ese hoyo no se le veía fondo. Asustada en ese momento no me di cuenta de que la raíz de la que estaba agarrada se estaba desprendiendo.

 Así que ya saben lo que ocurrió, sí, caí. Y lo único que pude hacer fue gritar y cerrar los ojos, aparte de que no podía ver nada. Vaya caida, puesto que no tocaba el suelo aún, decidí abrir los ojos y voltear abajo, al fondo se miraba una luz amarillenta, era tenue, pero se miraba amigable. Y de repente caí. Pensé que iba ser más doloroso, de hecho, no me dolío en absoluto. En ese momento tenía los ojos cerrados y los abrí justo al caer. La textura que estaba debajo de mi era agradable. Me levante y me percaté de que caí en unas flores amarillas, más grandes de lo normal. 

Volteé arriba y apenas se lograba ver la luz.

-(Que miedo por DIOS!!)- me dije a mi misma. 

Y como toda persona en esta situación (no es que todos estén en esta situación tan particular como la mía) comencé a gritar a todo pulmón.

-¡AYUDA! ¡AAYYYUUUUDDDAAAA! ¡¡¡¿ALGUIEN?!!! ¡¡POR FAVOR!! ¡¡AYUDAAA!!- así estuve por... la verdad no tomé el tiempo, sólo paré cuando mi garganta ya no dió para más.

Me recoste en las flores y miré hacia los lados. Estaba todo en completa oscuridad. No no no no no, alcancé a ver una pequeña luz en la parte trasera de las flores. Corrí hacia ella lo más rápido que pude. Había una puerta, una GRAN puerta. Al entrar en ella miré algo super extraño. Era igual una flor amarilla, pero... ¡Tenía cara!