MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
Capitulo 17
Apenas Salí de mi casa, el estaba en la calle mirando mi casa.
- ¡Liam! –le grite desde mi puerta- ¿que haces ahí tontito?
- nada, no sabía si entrar. –dijo tímido y me acerqué a él-
- ¿Por qué? –le di un fuerte beso en su suave mejilla -
- no lo sé. –lo mire enojada, me molestaba que a veces fuera tan raro-
- explícame
- es que me da vergüenza. –dijo chistoso yo lo mire y me reí-
- ¿Qué te da vergüenza? ¿Entrar a mi casa?
- No, tú.
- ¿yo? ¿Por qué te daría vergüenza?
- no preguntes. –dijo tímido-´
- ya, se… ¿por lo de los besos?
- no sé.
- Si, es eso. –Lo mire chistosa- Ven entra, no te morderé.
- está bien. –me miro entre risas y tomo mi mano para entrar, al entrar todos nos miraron raro-
- ¿Qué pasó? –pregunté asustada-
- ¿es el padre de tu hijo? -dijo uno de mis hermanos mayores y yo lo mire enojada-
- ¿Por qué hablas tantas tonteras? –me enojé-
- ¿no será porque lo tienes tomado de la mano? –Pregunto mi pequeño hermano-
- ah claro… -solté la mano de Liam- no, solo lo hacía entrar estaba algo tímido.
Conversamos mucho rato, mi familia y la de Liam se llevaban muy bien.
Invité a Liam a mi cuarto, y nos sentamos sobre mi cama
- asique… tenías vergüenza. –le dije apenas me senté-
- es que… nos besamos mucho. –Mordió su labio-
- somos amigos… besitos entre amigos no arruinan la amistad ¿no?
- Eso creo… -me miro sonrojado y no paraba de mirar los labios- ¿y unos cuantos besos más arruinarán la amistad?-
- No, no creo. ¿Por qué lo preguntas? –sabia a lo que iba-
- porque no se, hoy tus labios se ven más irresistibles.
- mmm… -mencione algo nerviosa-
- ¿que opinas entonces? –lo mire, me acerque a el, y hice que nuestros labios rosaran sin darle el beso que el tanto anhelaba-
- Opino de que tus labios son un poco irresistibles. –Mis labios con los de él chocaban- en realidad son muy irresistibles, y me encantan mi Liam bonito.
- pero… -trago saliva totalmente nervioso- ¿no crees que esto está mal? –no quitaba sus labios de los míos-
- opino que esto es solo una locura, pero me gusta, y supongo que a ti también. No tendría por qué estar mal –lo besé profundamente y lo lance sobre mi cama-
- claro que me gusta. –sonrió y me tomo de mi cintura para que me acomodara sobre él-
- se nota que te gusta. –Besé su cuello-
- Y se nota como a ti también te gusta. –Paseaba su mano por mis caderas-
- soy una niña mala, como no me van a gustar estas cosas, se me hacen algo irresistibles. –Mordí su labio y él se quejo un poco-