Anteriormente
- Nada, salí a caminar y me senté un rato aquí… e caminado mucho –Sonreí- ¿vives aquí?
- Si, aquí vivo… -me miro tiernamente- ¿y que haces de noche sola?
- ¿Crees que una chica no puede andar sola a las doce de la noche? –Pregunté entre risas-
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Cap 5
- Obviamente no, te puede pasar cualquier cosa… a esta hora por aquí las cosas son algo crudas, ya sabes, en ningún lado hay tranquilidad
- ¿que me puede pasar cualquier cosa? –Reí- ¿te olvidas que soy una chica mala? Corrección muy mala… Nada me importa. –Puse mi mano en su hombro- mi pregunta es… ¿Qué haría un chico “santo” como tú saliendo de su casa a las doce de la noche?
- iba a buscar a Harry para ir a una fiesta. –sonrío-
- Ustedes son buenos para ir a fiestas –reí-
- Hay solo vamos a veces. –Protesto-
- bueno, no te molesto más… anda a tu fiesta que demás que es una fiesta de niñitas.
- No… no me molestas… y sí, claro, una fiesta de niñitas -nos sonreímos- ¿y porqué saliste a caminar?
- ¿no puedo salir a caminar? –le pregunte entre risas-
- Si obvio que si… pero no sé, tienes cara de haber llorado. –me miro preocupado-
- Ah bueno, eso a ti no te importa.
- Si me importa. –Sonrío- Además las chicas malas no lloran.
- ¿Qué sabes tú de ser malo? –Lo mire burlesca- también lloramos las chicas malas.
- ¿Por qué llorabas?
- No quiero hablar de eso… -apreté mis ojos- porque lloraré de nuevo, y esa no es la idea… no creo que quieras tener a una chica llorona afuera de tu casa
- Pero… ¿Qué tal si quiero una chica llorona adentro de mi casa? –Insistió- quizás necesitas alguien que te escuche… ¿quieres entrar a mi cuarto? ¿Para qué conversemos? Bueno, si es que me quieres contar.
- No lo sé…
- Di que si… -me insistió-
- ¿y tu salida con Harry?
- Se puede posponer. –dijo alegre-
- Ya, Bueno, bueno… ¡vamos! –lo mire convencida-
- Bueno ven… -Entramos a su casa, y estaba totalmente solitaria.
- ¿en tu casa no hay nadie? –Le pregunte-
- No, mi mamá no está…. Salió con sus amigas.
- ¿y tú papá? ¿Y tus hermanos?
- No vivo con mi padre. –Me sonrió, y así lo seguí hasta su cuarto-
- Bueno –se sentó en su cama- entonces, ¡vamos al grano! cuéntame.
- Ya… -suspire- ¿tu serás como mi psicólogo personal? Chico Bueno -mencioné entre risas-
- Puede ser, chica mala –sonrío-
- Ok, te contaré… La verdad es que… extraño a la pequeña que era hace unos años, era tierna, y no era mala, era una niñita buena. –Suspire- casi un angelito.