Capitulo 1

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*Flashback*

Yo volaba y nada me importaba. No era consciente de nada, lo único que existía era la botella en mi mano y el cigarro en la otra, ya no sentía nada. Ese lugar en el que antes se encontraba mi corazón ahora estaba vacío, pero ya nada importaba. Escuche la puerta abrirse y cerrarse para luego ver una sombra acercarse a la cocina donde estaba yo sentada.

-¿¡Qué demonios estás haciendo _____(tn)!? –la sombra tenía una voz chillona y mas que enojada se oía decepcionada.

-¿Acaso importa?- le dio otro sorbo a la botella antes de que esta callera al piso y se hiciera añicos.

-Necesitas ayuda, y no me dejas elección-y ya no escuche mas, me encerré en mi mundo y de ahí nadie me baja.

*Fin flashback*

Y ahí me encontraba, frente al horrible edificio que ahora sería mi hogar, por Dios sabe cuánto tiempo. Era completamente gris con los marcos de las ventanas de color azul marino y con barrotes, que asco, la puerta era del mismo azul y era algo grande. Saque de un jalón la maleta negra que llevaba y azote la puerta del carro, segundo más tarde mi madre también había bajado. En todo el camino la había ignorado, ni una palabra salió de mi boca, ni una mirada le dirigí.

-Hija, debes entender que es por tu propio bien-su voz apenas era un susurro y parecía que se quebraría en cualquier momento, pero ya nada importaba.

-Sabes? Ya no voy a caer en tus mentiras, Morgan-y por la expresión que pusieron sus ojos supe que sabía que me había perdido.

-______(tn) por favor yo….-la corte con un gesto y tome mi maleta.

-Olvídalo, olvida todo como me olvidaste a mí-y con eso me di la vuelta y empecé a caminar a la entrada, después de todo ya no podía hacer nada. Escuche los sollozos de mi madre, pero no me importo, yo no lloraba, hace años que había dejado de llorar. Me detuve en la puerta y con un suspiro toque, unos segundos después escuche el carro de mi madre alejarse y una mujer alta y con un traje negro abrió la puerta.

-Tú debes ser _____(tn) Adams, entra- entre de mala gana y la mujer cerró la puerta con seguro, raro-Sígueme- tenia voz de “odio a todo el mundo”,  tome mi maleta y al llegar a una pequeña oficina la avente al piso al lado de la puerta y entre.

-Y ahora?-giro su silla para verme con cara de pocos amigos.

-Ahora te diré las reglas-se recargo en el escritorio y empezó a leer unos papeles- No se puede salir del edificio a menos que yo o cualquier personal directivo, si así es hay más que yo, lo autorice, cuando la orden de entrar a las habitaciones sea dada obedecerás sin reniegos, una vez en el cuarto no se puede salir para nada, tendrás clases pero de rehabilitación, si no colaboras todo empeorara-hizo una pausa, guardo los papeles y me miro- y tu eres la única que puede hacer el cambio para salir de aquí, así que te recomiendo que pongas todos tus esfuerzos.

-Creo que moriré aquí-su mirada se torno aun mas asesina, solté un bufido y baje la mirada a mi regazo-Esta bien

-Muy bien, sígueme te llevare a tu habitación-se levanto y yo la seguí después de tomar mi maleta, caminamos por demasiados pasillos y subimos unas cuantas escaleras, en el camino pude ver un enorme comedor, unas cuantas habitaciones y por las ventanas se veía un enorme patio cercado. La mujer, la cual dijo que debería llamarla directora Wellors, un horrible apellido por cierto, se detuvo frente a una de tantas habitaciones, pero con el numero 132. Por fuera la puerta tenia seguros los cuales supongo se cerraban al anochecer, que exageración nos tratan como presos, la directora quito el seguro y abrió la puerta dejándome pasar.

-Es…..horrible-lo mío era provocar y hacer enojar a la gente, y en parte tenía razón. El cuarto era completamente blanco, cama y sabanas blancas, muebles blancos, baño blanco, lo único a color era una lámpara azul marino que se encontraba en la mesa de noche al lado de la cama, era simplemente horroroso.

-Las puertas se abrirán a las 8:00, tienes que salir, no te puedes quedar aquí, tendrás deberes al igual que todos, pero si te comportas mal tendrás aun mas- hizo una pausa para mirar su reloj- te quedan 15 minutos, aprovecha y desempaca- dicho esto salió de la habitación y en cuanto la puerta s cerro escuche el seguro activándose para luego cerrar la salida.

-Mierda-susurre para mí misma, era muy temprano pero la luz ya entraba por la ventana que estaba sobre la cama, corrí y me asome solo para encontrarme con barrotes, solté un bufido y me tire en la cama, desempacaría después, al fin y al cabo no traía mucha ropa que digamos, y para que engañarme a mí misma, estaría aquí un buen rato.

fljsjdfkljsdlkfjsdf espero les guste:)

Aprendiendo a amar de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora