TRISTE

CUANDO NO PODEMOS HABLAR

Lo podría describir como un vacío lleno de tantas cosas absurdas, el mundo que cae entre la ropa sucia. Así es todo cuando no podemos hablar, cuando vas de viaje al límite de mi nostalgia; y aun así, sé que estas aunque no me hablas… Te siento correr por las venas, navegas en mi mente, mientras yo me ahogo con las palabras que no puedo decirte: “Te quiero, ¿Cuándo nos vemos?”.

Aunque intente quitarle media vida a la ausencia de tu voz, nuestro problema no va encontrando solución… no sentir tus palabras, no ver tus ojos, siento ir de cabeza contra la nada. Y es tan incierto, porque grito tu nombre desde el balcón de una nube; mas las alas de mis intentos, como las de mi alma, se van cayendo… dime algo, que aquí estoy perdiendo la  cordura, cada segundo es un año ¿Cuántos segundos vamos?

Cuando no podemos hablar siento que el sol se apaga, y las garras del frío van arrancando uno a uno mis latidos.

Ya no quiero perderte más tiempo, pues van apareciendo las tormentas de sueños vacíos; que triste no dormir contigo en mi alma… que si no me hablas, el canto del corazón se va callado por el universo, y en los rincones del silencio una foto tuya contemplándome; pero yo no digo nada, estoy esperando que los años no me maten. Pues aquí te tengo convertida en aire, en luz algo tenue… porque te siento al respirar, porque me quedo a ver si vienes.

Cuando no puedo hablar contigo, me siento extraño, como perdido… confundo fácilmente los verbos con sustantivos; que ridículo pensar en mañana si hoy no aparecen tus palabras… si no me hablas, este mundo pierde peso, algo ligero se va contra la nada. Y por qué nos pasa esto, cuando mejor va el cuento, cuando más inspirados son los versos… siento que pierdo los latidos mientras tiemblo.

A esta situación lo podría describir como un sueño del cual no puedo despertar… si no podemos hablar, dormiré, solo dormiré… hasta sentirte otra vez.