- Sueños ó Ilusiones -

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La noche relucía a través de la ventana, las luces de los edificios y autos dando la ilusión de que nunca dormía la ciudad, sentado en mi oficina mirando con un trago del cuál era vodka, disfrutaba de mi velada sólo pensando en ese policía.

Era curioso cómo algo que puede ser malo tiende ser tan atractivo, me sentía como una polilla a la luz, estaba en deuda con él sino estaría en otro lado pero había mentido sobre mí identidad y confío en mí.

Para él solo soy un sujeto con muy mala suerte por recibir un disparo, nada más.

Podía ser cualquiera, no un criminal por la ciudad, casi la carga pesada que llevaba en los hombros parecía irse, todo era perfecto.

¿Cómo podría seducirlo? — Había tomado una decisión, él seria mío, pero a decir verdad sentía nervios.

No sería cómo con una mujer, las cuales con tan sólo sonreír ellas me daban hasta la llave de su departamento, para mi no era difícil, pero el era distinto a cualquier otro o otra, la primera vez que me siento nervioso, ansioso, incluso asustado pero con un gran anhelo de volver a verlo.

Un toque de mi puerta me alertó, había entrado mi hijo como siempre con una mirada de enojo, era tan lindo.

¡Hey viejo! ten, es el pago del distrito de compras de los Nichigori, dicen que no podrán pagar lo suficiente por un tiempo... — Me entrego un sobre que contenía cierta cantidad de dinero, no completo.

Protegía a ciertas familias por una pequeña suma y en esta guerra por el territorio era lo mejor que podría hacer, la banda de JJ a causado estragos en diferentes lugares, causando desastres culpando a nosotros por ser la más grande, obviamente era una grave mentira.

En estos momentos la policía trataba de encontrarme de alguna manera pero tenía cubierto eso, en cada misión mandaba a ciertos grupos para cumplirla, pretendiendo ser sólo un ayudante, nunca e conocido a mis trabajadores ni ellos a mí solo entregan todo a Otabek, nadie sabía a fin de cuentas.

¿Cómo trabajar con un jefe que no sabes quién es? Muchos les gustaba, no tenían nada que ver conmigo, otros simplemente se hartaban por la incógnita y dejaban el trabajo, claro que eran vigilados en caso de que quieran "hablar" si es así, seria reemplazado. 

Más alertas para los policías, hacían cualquier cosa para obtener información sobre mí y mi paradero, sabía que mis aliados son fíeles, las demás mafias menos sabían al respecto, simple y perfecto.

¡Oh cierto! acaban de tener trillizas, es la razón porqué no pagaron su totalidad esté mes... — Guarde el sobre en mi escritorio.

Yuko Nichigori era una de mis mejores aliadas y amigas, ella me enseñó la ciudad cuando había venido a Japón, una chica agradable con una hermosa sonrisa, de la cuál no paso desapercibida por su actual esposo Takeshi, ahora eran toda una familia, sin duda más razón para ponerme al tanto de la seguridad.

¡Wow Trillizas! debería comprarles algo, tres pequeñas yuko !adorable, no yuri! — De seguro serían tan lindas casi tanto como su madre.

Suspiró pesadamente con gesto molesto, mirando sin dirección alguna. Hay veces que me pregunto ¿porqué siempre está molesto Yura?

La adolescencia hoy en día es difícil.

Sabes no puedo creer, que seas dueño de una mafia entera y con medio territorio del país, para comportarte así de... ¿blando? — gruñó.

Solo le sonreí tranquilo, era normal para mi oír cosas cómo esto todo el tiempo, pero no eran nada contra mí, tal vez sea masoquista pero aún así lo amaba.

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