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25 de Abril del 2012

Parque Municipal de Georgetown

Cheryl tomaba mi brazo mientras me llevaba arrastrado hasta un puesto de algodón de azúcar que estaba en el parque cerca de nuestra casa, estábamos cumpliendo un año de casados y había decidido llevarla al mismo lugar en el que nos conocimos que casualmente era el mismo lugar en el que decidí pedirle matrimonio.

Recuerdo cuando la vi por primera vez, tenía dieciocho y desconocía completamente lo que era el amor. Claro que para ese entonces estaba completamente seguro de que era un experto en el tema y es por esa razón que cuando ella pasó al frente mío no dudé ni un segundo en ir a hablarle. Está de más decir que había arruinado por completo ese momento con mis coqueteos sin sentido y mi gran ego al hablar solamente de mí. Nunca entendí cómo fue que ella al día siguiente decidió acercarse a mí y saludarme.

—Ray, abre la boca.—Me dijo ella sonriendo, sabía que era para darme de un poco del algodón por lo que no tuve problema en hacerlo. Sentí cómo el dulce se derretía en mi boca y volví luego a abrirla para recibir otra porción de su parte.—¿No crees que esto es hermoso? ¡Un año Ray! —Besó mi mejilla.—¿Recuerdas cuando me pediste ser tu novia en esa montaña rusa? Sin duda estabas demente, pero más demente estaba yo porque acepté.—Le sonreí.—Y fue sin duda, la mejor decisión que hice.

Ella rodeó mi cuello con sus brazos y se acercó lo suficiente a mí como para poder besarla sin problema, y eso hice. Sus besos siempre eran reconfortantes para mí, me mantenían en paz y calma, y sentía que ella sin duda era la chica de mi sueños. Sabía que Cheryl no iba dejarme porque me amaba como yo a ella y pasara lo que pasara, eso no cambiaría.

—Te amo Cheryl.—Le dije luego te besarla.—Te amo demasiado, no me dejes nunca.

—Eso no pasará, cariño.—Le respondió.—Eres lo mejor que me ha pasado, sería una tonta si te dejara.—Me acarició la mejilla y sentí como mi corazón se aceleró por su tacto.

Tomó mi mano y juntos caminamos hasta un árbol con sombra para poder recostarnos un rato, solíamos hacer eso cuando eramos novios y era lindo saber que no habíamos perdido esa costumbre. Ella acomodó su cabeza en mis piernas y me encargué de jugar con su cabello mientras ella cerraba los ojos y reía, en momentos imprevistos, besaba rápidamente sus labios para luego sonreírle un tanto juguetón. Tal vez era eso lo que más me gustaba de nuestra relación, podíamos comportarnos como unos adolescentes nuevamente y saber que todo estaría bien, no había drama en nuestras vidas y sólo nos enfocábamos de pasar siempre un buen rato juntos. Habían veces en las que me preguntaba qué sería de mí sin ella. Yo era un torpe sin remedio, en cambio ella era todo lo que yo necesitaba, era perfecta y siempre temí por el día en el que se canse de mí.

Sentí como su respiración estaba más calmada, se había quedado dormida en mis piernas y la miré con ternura porque eso sin duda era lo más lindo que podía pasarme. La observé dormir por un rato; y me pregunté varias veces que pasaría si le mostrara mis defectos y se enterara de que no soy lo suficientemente fuerte, ¿Ella me querría igual?—Cheryl, cariño. Por favor quiéreme igual.—Le susurré y besé su frente, yo la amaba, realmente la amaba.

N/A: Les tenemos un reto. Adivinen qué parte escribió cada quién, el que lo haga se gana una dedicatoria(?

¿Qué les pareció el capítulo?

Att: Genesis y Vero <3    

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