Parte 1. sí, si aceptó.

723 12 4
                                    

Tina y Bette lleva unas semanas en Nuevo York, tratando de acoplarse al espacio, a los tiempos de la ciudad, Bette se ha vuelto lo que Tina y nadie del Club L jamas pensó, una hermosa ama de casa, cocina mientras Tina trabaja hasta enloquecer en su nueva película, cocina muy bien, le aprendió unas cuantas recetas a jodí e inventa nuevas para su familia.

Angélica se ha acoplado muy bien a todo y aun más a la escuela, le encanta su clase de pintura, no lleva en la sangre la pasión por ella pero algún día quiere ser como su mama b.

Tina llega por las tardes a casa, cada día se ve mejor, cómo no!, si Bette se encarga de la decoración, cuando abre la puerta después del trabajo le llegan de golpe los olores de la cena, Angélica corre a recibirla y Bette camina tranquila hacia ella, un nuevo hijo quizá no sea necesario, pero Bette quiere intentarlo.

Siempre cenan riendo y esa tarde Bette le habló a Tina del empleo que llamaron para ofrecerle en una galería cerca de ahí y de una llamada de la inspectora del caso de Jenny.

-vamos, parece que esa mujer está mas interesada en ti que en la muerte de Jenny -dijo Tina, tratando de probar la promesa de Bette de fidelidad.

Bette sonrió secamente.

-No sería nada nuevo, siempre tienes mas de dos babeando por ti o me debo olvidar de la mujer de al lado.

-Ti, yo solo quiero estar contigo -respondió Bette.

-Eres toda una celebridad Bette, pero eres mi celebridad -sonrió Tina haciendo saber que estaba orgullosa de que Bette la amará solo a ella.

Tina nunca se imaginó lo que pasaría la tarde siguiente. Que llegó tan rápido como se fue la noche de amor y el día de labores.

Bette llevaba semanas preparando todo, esperaría a Tina fuera del trabajo, la llevaría a cenar a un pequeño restaurante y después irían a una galería a una muestra de arte.

Ti se sorprendió en el museo, después de la cena, al lugar lo bañaban luces amarillas tenues, no había gente que cruzara los pasillos y las supuestas pinturas eran cuadros con poemas.

Hasta ese momento Tina entendió porque Bette insistió tanto en que se vistiera tan elegante, pero no entendía que pretendía Bette.

No había señal de personas, cuánto habrá costado?, seguramente Bette había aceptado el trabajo que le ofrecieron por eso era todo aquello, para celebrar, pensaba Tina, seguro está habilitando las instalaciones, por eso estaban ahí, me está mostrando su trabajo

Entonces ellas dos siguieron caminando en el laberinto de poemas y Bette una mirada confusa de Tina inauguró los sonidos de "A thousand years" interpretada por una pianista y un cellista, al lado de una pintura que la oscuridad no permitía ver.
Llegaron a un pasillo largo que prendía sus luces conforme los pasos de sus visitantes avanzaban.

Bette tomó la mano de Tina

-creo en un dios que convierte su arte en amor -dijo esperando que prendiera la ultima luz.

Tina no entendía nada.

De momento una luz en la pared llamó la atención su atención, se proyectaba frente a ella una frase que pensó, Bette, no volvería a repetir.
-Te casarías conmigo? Y mostró a Tina un hermoso anillo de compromiso.

Lágrimas agrandaron las palabras de la canción que no se decían, pero que bien conocía Tina y que seguían tocando los músicos.

-Sí, acepto.

Bette la miró y puso el anillo en el dedo de Tina y le tomó la nuca con la mano derecha en su clásico gesto de dominio amoroso y la acercó a ella para celebrar con un beso.

Salieron de ahí y las esperaba una limusina, subieron a ella y comenzaron a dar vueltas y más vueltas por la ciudad, para celebrar tomaban champaña y mientras Bette hacia una llamada Tina se recogía el cabello.

Chicas -dijo Bette- acercare Ti, del otro lado de la videollamada estaba todo el club L, ansiosas por saber la respuesta.

-Y, qué pasó? -preguntó Kit.
-Sí, aceptó, dijo que sí, nos vamos a casar -respondió sonriendo Bette.

Tina la miraba como siempre con tanta ternura y amor que se quiebra cualquier escusa de reproche.

-Sí, nos vamos a casar, por fin lo logré...! -sonrió Tina dando pequeños saltos en el asiento.

El club L también estaban felices y Alice ya tenía ideas para la boda que quería comentar, era lógico que ellas, las mejires amigas el club L, planearan la boda.

fanfic The L word TIBETTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora