12. A pesar de todo.

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Miles.

Miro a Asher durmiendo plácidamente en la cama con un montón de almohadas rodeándolo y la manta hasta el cuello y me siento en calma. Estuvo moviéndose dormido desde que se desmayó mientras lloraba en la alfombra. Lo puse en la cama y me aseguré de que estuviera cómodo pero él seguía murmurando y llorando en sueños, así que me dediqué a decirle varias palabras dulces mientras estuviera en ese estado y luego de un rato se calmó y se quedó completamente dormido. Preparé las aspirinas, porque seguro tendrá un dolor de cabeza muy fuerte cuando despierte.

Tal vez debería estar preocupado por el video que ha sido publicado en la web sobre mi teniendo sexo con Asher pero estoy más preocupado por lo que al le pueda pasar como consecuencia de ello. Ya todos mis amigos me llamaron, toda la gente que conocía en la universidad se enteró ¿Qué puedo hacer ya? Está en la web, la gente lo verá mientras esté allí y de seguro muchos ya lo deben haber guardado y aunque lo borremos, solo el tiempo hará que la gente lo olvide. Aun tengo que ir a reportarlo con la policía pero necesito que Asher esté despierto para ello.

Me acuesto a su lado y cierro los ojos. Ya casi amanece y yo no he dormido nada. Cuando menos lo quiero, caigo dormido también.

Horas después, escucho un sonido que me despierta. Cuando abro los ojos y tanteo el espacio a mi lado, me doy cuenta de que está vacío. Trato de mirar, esperando que mi vista se ajuste a la luz pero no encuentro a Asher. Significa que debe ser él que está haciendo el ruido, parece que está en la cocina.

Me levanto y miro la hora en el despertador de la mesa de noche; ya es mediodía.

Camino fuera de la habitación, hacia la cocina y lo primero que veo es a Asher recargando sus palmas contra el mesón, con la cabeza abajo, meciéndose hacia delante y atrás por alguna razón. Sé que debe estar sufriendo una crisis eterna en este momento, por lo que me acerco y lo rodeo con mis brazos. Él se exalta por un segundo pero cuando se da cuenta de que soy yo, se calma y acaricia mis brazos con sus manos, sorbe la nariz y se gira para abrazarme de vuelta con efusividad, apretándome fuerte.

—¿Estás bien? —pregunto, estúpidamente, porque deseo escuchar un sí cuando se perfectamente que no está para nada bien.

—No —responde él—. Lo siento tanto, Miles, lo siento mucho, por mi culpa has sido expuesto delante de muchas personas —él llora en mi pecho sin consuelo como lo hizo anoche, sus ojos van a lucir como si hubiera fumado un kilo de hierba después de esto—. Debes estar arrepentido de haberme conocido.

—Ni por un minuto —llevo mi mano hasta el cabello de Asher y lo acaricio con suavidad, esperando que él comprenda incluso a través de mis gestos—. Ya basta ¿Sí? Yo no me arrepiento de nada, ni de haberte conocido, ni de pasar una noche contigo, ni siquiera de haber conocido a Caleb ¿De acuerdo? Porque esta es tu vida, es tu conflicto, es todo lo que eres y si debo pasar por esto para estar contigo, créeme Asher que vale la pena.

—Ya basta... —Asher golpea mi pecho y me aleja de su cuerpo dándosela vuelta—. Tienes que alejarte de mí, tienes que irte.

—No —sentencio—. No, me niego a dejarte solo.

—Piénsalo, Miles, tú mereces...

—Yo te quiero a ti —espeto—. Ya cállate ¿Sí? Estoy harto de que creas saber lo que me merezco y lo que no, no me interesa... no me interesó la opinión de los demás cuando decidí estar contigo y no me interesará la tuya al decidir que quiero decirte que te amo y quiero estar contigo. Es cierto, tienes derecho a rechazarme pero ambos sabemos que me amas tanto como yo a ti.

—¡Por lo mismo! —él me da una mirada dolida y llena de lágrimas—. Porque te amo y no quiero causarte más problemas, tienes qué...

—El amor no es no causarle problemas a tus seres queridos, es saber que ellos estarán ahí apoyándote y jamás se atreverán a verte como un problema —respondo y antes de que pueda decir otra cosa, lo tomo de la cintura y lo sostengo contra mí—. Asher... no me interesa, de verdad... ¿Por qué tendría que estar avergonzado yo? Estaba teniendo sexo con mi novio en mi maldita casa, en mi habitación... él entró a nuestra casa sin permiso, él nos grabó y lo puso en internet ¿Y soy yo el que tiene que sentirse avergonzado? —sacudo mi cabeza—. Si alguien pregunta, sí, estábamos cogiendo ¿Y qué? Te amo, me amas, somos novios y esta es nuestra casa... ¿Qué tiene eso de malditamente vergonzoso?

Gato callejero |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora