Fue estúpido de mi parte el pensar que me podrías querer, anhelaba tanto el tenerte cerca de mí como algo real que dejé de fijarme en las consecuencias de eso.
Hacíamos contacto como la punta del viento con la tierra, me sentía literalmente en las nubes cuando te escuchaba reír, me creía llevada por la marea cuando tus labios rozaban los míos, me soñaba entre telas blancas cuando me decías que me querías.
Hoy me miro tumbada en la cama, con mi mente convertida en un criptograma, las lágrimas fluyendo en mi cara como una cascada, mirando a las sábanas totalmente abobada, me he detenido mil veces a pensar en qué fallé, te entregué hasta el último pedazo de mi alma, no te detuviste, aún así te fuiste, huiste al compás del viento dejándome sin aliento, observé fijamente cómo te ibas y ni siquiera los tornados que causaban mis suspiros te hicieron mirar atrás.