여섯

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Sí se lo preguntan al mayor de los dos, tal vez no sabría que decirte. Él solamente se fue corriendo de aquel estudio sin querer oler más aquella colonia mezclándose con el sudor por lo que había bailado el mocoso, se había sentido ahogado en los momentos en los cuales sintió tan suaves labios sobre los suyos, sentía que no podía respirar como debía hacerlo. Le costó salir de los brazos del castaño, lo recuerda bien, el recuerdo estaba tan fresco en su cabeza que asustaba.

Recuerda sólo separase, una vez que quiso correr, volteandose sin ser conciente que dos fuertes brazos, entonces fue cuando pasó; Jungkook sólo lo empujó hacia él, sentía toda su espalda contra el duro pecho y abdomen del menor, era tanta presión, además de la cálida respiración de aquel mocoso cayendo justo en el lóbulo de su oreja.

"si se va ahora, quedarán cosas pendientes, hyung" pero el pálido no lo escuchó, no quería hacerlo. Sólo negó con la cabeza, agarrando las manos y sacándolas de su cintura a la fuerza, para irse corriendo de allí.

Era un cobarde, sí, lo aceptaba. Pero todos harían lo mismo a su lugar, porque si un chico que casi no conoces, viene y hace eso contigo, se sentiría tan raro e incómodo que lo que más querrías es salir de la situación lo más antes posible. Claro, si aquello fuera incómodo para Yoongi, pero no lo fue.

Éste suspiró lamentándose de no haber hecho las cosas que correspondían en esa maldita clase, porque si eso era distinto, tal vez la situación que estaba pasando no existiría, en su vida no habría la preocupación de si un chico viene e intenta hacer algo contigo por dejarlo caliente en el estudio de danzas. Si él se hubiera tomado la responsabilidad de mantener una nota mínimamente buena en la materia, pero no, porque el pelinegro tenía que odiar moverse y además, cuando lo intenta hacer, lo hace mal. No podía haber persona con menos suerte.

—¡Min Yoongi!— gritó una voz femenina, que él sabía muy bien de quién se trataba.— Fuí al estudio, pero me dijeron que no estabas y por consecuente, tampoco tu compañero. Dios, necesito que des de tu parte en esto, en serio. Trata de tomartelo con responsabilidad, tienes que aprobar.

El pálido ya sentía sus ojos picar por la vergüenza, no porque ella esté gritando o algo así, sino que, la vergüenza que le daría ver al menor otra vez. Verlo y recordar aquel día era algo que le costaba, no podía con ello, no quería afrontarlo aunque de eso se trate su calificación final. Si debía volver a cursar, no le importaría más. Primero su dignidad.

—Lo siento, profesora. Tendrá que desaprobarme. No pienso hacer esa maldita danza.— y sin más, se fue de allí. No planeaba discutir con ella, él estaba decidido en lo que decía, no vería más a ese extraño chico, su vida no tenía tantos problemas desde que conoció a ese mocoso.

Unos brazos envolvieron su cintura, él sabía de quién se trataba, así que cerró fuertemente los ojos al sentir la fragancia que tanto le gustaba. Todavía seguía con lo de "no haré ese baile" pero debía admitir, que tenía una debilidad hacia el suave olor dulce que desprendía Jungkook, y de sus fuertes pero cómodos brazos.

—Hola, hyung.— susurró el manor— ¿vamos a practicar?

Allí fue cuando el más bajo recordó la situación en la cual estaba, así que alejó las manos del chico y se enfrentó a él. Tenía la respiración agitada, señal de que cuando lo había visto, había ido corriendo hacia él, tenía un chocker que le quedaba bien decorando su lindo cuello.

—Oh, tranquilo, me sacaré el collar allí. ¡Vamos!— exclamó, agarrando la muñeca del contrario con intenciones de ir al estudio.

Jungkook se sentía fuertemente atraído por el pálido chico, cada movimiento que hizo en en las prácticas fueron totalmente intencionales, calculadas en su cabeza. El niño no era ningún inocente, él sabía bien lo que hacía con el más bajo, cada roce, agarre fue planeado anteriormente, y todo había salido hasta mejor que él había predicho. Las cosas se dieron increíblemente bien para él.

—No lo haré, Jungkook.— susurró el mayor, soltándose del agarre del contrario para salir de allí lo más rápido posible.

El menor se quedó allí, parado, con la sensación de que todo se estaba yendo de sus manos y que tal vez, debería rehacer algún nuevo plan, o tal vez por primera vez seguir sus instintos e ir por el mayor y sólo besarlo hasta que se arrepienta de lo que había dicho.

Él eligió la segunda opción, pero el mayor ya no estaba por ningún lado.

⚠⚠⚠⚠⚠

ahora que lo releo, suena turbio. pero no lo voy a cambiar juas.

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