La Hermana de los Tsukinami

Capítulo 2: La clase de música

[Ese mismo día]

Subaru's Pov

–¿Como que la ayudaste?–dijo Kou mientras caminabamos a nuestra clase.

–Ajá...¿algun problema?

–Nah~, solo es raro–dijo Kou.

–Viniendo de Tsunbaru todo puede ser–dijo Kanato.

–¡Tu vete a tu clase, molesto!–dije yo.

–Aish, okey, okey...Tsunbaru–dijo el pendejo y luego se fue con Reiji y los demás.

–No lo voy a negar...esa chica es extremadamente sexy nfu~–dijo Raito.

–Para ti todas son sexys–dijo Shu.

–Pero ella mucho mas~–dijo Raito.

–¿Algún día en tu existencia dejarás de ser pervertido?–preguntó Yuma.

–No soy pervertido, solo se apreciar a las mujeres sexys~

–Idiota...

–Bueno, creo que este es nuestra clase–dijo Ayato.

–Entremos...–dijo Shu.

Pov Ayato

Música. Al fin una clase normal. Los que estábamos en la clase eramos Raito, Kou, Subaru, Shu, Yuma y obviamente el gran Ore-sama.

–Bueno empecemos con la cla...–el profesor fue interrumpido.

–¿Qué? ¿Iban a empezar sin mi? Que vergüenza...–Mia estaba recargada en el marco de la puerta.

–A-ah Mia-sama...–dijo el profesor–lo siento...creí que no iba a venir.

–¿Ah? ¿Acaso alguna vez falte a esta clase?–ella arqueó una ceja.

–Esto...no señorita–dijo el profesor

–Muy bien, cállese de una buena vez–dijo ella, ya cabreada.

–Pff...ya se cabreo–susurro un chico

–Castigo para el idiota que se cree gracioso–dijo Mia.

–Señor Randy, vaya a la dirección en este instante–dijo el profesor.

Ese chico estaba temblando de miedo. Se paró y fue a la dirección.

–¿Mia-sama...?–dijo una chica.

–¿Que?–dijo Mia, dirigiendo su mirada a la chica.

–¿Quien...lo castigará?

–Nii-san lo hará, probablemente~–dijo Mia.

–Pobre, lo que le espera.

–Prosigamos con la clase–anunció el profesor–¿alguno que quiera tocar el piano mientras Mia-sama canta?

Ninguno en el salón quiso hacerlo hasta que...

–Yo lo haré~–dijo Raito.

–Bien, Sakamaki–dijo el profesor.

Raito's Pov.

Me acerqué a donde estaban el profesor y Mia. Ella, antes de que me sentara para tocar el piano, me tomó de la corbata acercándome a ella, tanto que podía sentir su respiración y habló con un tono "amenazante".

–Más te vale ser bueno con el piano.

Ella me soltó y se apoyó en el piano. Yo solo sonreí y me senté para tocar.