Capítulo 10: Oreo-baka

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Mia's Pov.

Shin y Nii-san no se habían dirigido la palabra desde en incidente con Raito y eso me ponía muy mal. Pero sabía que no podía dejar de lado el plan y que debí seguir, aunque no tenía ánimos para engañar a nadie.

Me encontraba caminando por el pasillo cuando me tropecé con algo o mejor dicho alguien.

–¿Shu? No te había visto.

–Cállate, eres muy ruidosa.

–Vale, adiós.

Cómo había dicho, mis animos estaban por el suelo y no quería engañar a nadie.
No tenía ganas de nada, solo quería ir al bosque y tirarme al suelo sin hacer nada más que respirar. Y eso hice.

Al llegar al bosque me tiré al suelo y cerré los ojos. No se cuanto tiempo pasó hasta que escuché la voz de Shin detrás de mí. Sentí también como se sentaba junto a mí.

Nee-chan, ¿qué pasa?

Abrí los ojos y me senté también, pero me quedé callada mirando al suelo. Con solo eso, él me entendió.

–No te preocupes, Nee-chan. Ya sabes cómo es Nii-san...

–Odio verlos así, Shin. De verdad me pone mal.

–Vale, vale, ya pensaré en algo para ello. Mientras tanto, continúa con el plan.

–No tengo ganas...

–Nee-chan...–Shin me abrazó–No te preocupes por eso. Te prometo que lo resolveré.

–...Esta bien...–suspiré–Seguiré con el plan, entonces.

Shin sonrió. Se levantó y extendió su mano para que yo me levantara. Eso hice, tomé su mano y me levanté. Él depositó un beso en mi cabeza y se marchó.
Volví a casa y pensé a quien iba a ganarme.

–(...Ayato...)

Decidí ir a buscarlo a él. Caminé por toda la mansión, pero no lo encontré. En lugar de eso, me crucé con la persona con la que menos quería hablar en ese momento: Raito.

–¿Oya~? Buenos días, Bitch-chan~

–¿Viste a Ayato?–solté fríamente.

–¿Mm~? ¿Para que quieres a Ayato cuando estoy yo aquí~?

–Mira, Raito, las ganas que tengo de aniquilarte son demasiadas, así que no me provoques y dime donde demonios está tu hermano.

–Que cruel~.

–Joder, es inútil hablar contigo.

Me largué de allí. Seguí paseandome por la mansión hasta que vi a Kanato.

–Oye, Kanato–llamé su atención.

–¿Pasa algo, Mia-chan?–me miró.

–Estoy buscando a Ayato, ¿lo has visto?

–Ayato se fue a perseguir a Yui.

–Ah, vale. Gracias Kanato.

Él asintió y se marchó.

Salí al patio y me acosté en el suelo cerrando los ojos, a pensar en donde estaría Ayato.
Entonces oí una voz detrás de mí.

–Mia...

–¿Mm?–abrí los ojos y lo miré, aún acostada–Subaru...

–¿Ocurre algo malo?

–No, sólo no encuentro a Ayato.

La Hermana de los TsukinamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora