313 30 8
                                    

Harry se ha instalado en una de las habitaciones del palacio. Ya que su atención debe estar al 100% con el príncipe, debe convivir en el entorno que rodea a su amo. El cuarto es amplio, pero sin sobrepasarse, en él hay una cama, un espejo alto en una de las paredes de ladrillos pintados de blanco, un par de ventanas con vista a la entrada del castillo y en el fondo de la habitación, un baño. Se considera afortunado al estar en esa condición, pero aún tiene una duda calando en su mente...¿por qué Aeneas lo escogería a él como el ángel guardián de su hijo? de entre tantos seres que podrían haber sido sus amos/as ¿por qué el príncipe? después de todo, Louis tiene la protección necesaria, con un Dios como padre. 

Claro que era una duda que prefería guardar en ese momento, ya que la plena felicidad era el sentimiento que prefería tener presente en ese instante. Ahora solo quedaba la ceremonia oficial, al acabar el mes, a todos los ángeles que son registrados se les felicita con una ceremonia a la que asisten los demás Dioses y gran parte del pueblo. De esa manera todos conocerán los nuevos ángeles guardianes, guerreros y mensajeros, de su territorio.

Harry se encuentra admirando cada rincón de su habitación cuando tres toques en la puerta lo sorprenden, acude rápido a ésta y la abre.

Al otro lado se encuentra el príncipe Louis que sonríe grandemente hacía su ángel.

-¿Puedo pasar?-Pregunta Louis, mirando a los esmeraldas de Harry.

-Por su puesto, mi amo.-Dice Harry, que hace una reverencia a su príncipe, al mismo tiempo que se aparta del camino, para dar pie a la entrada de su amo.

Louis camina por la habitación y se posiciona en el medio de ésta. 

-¿Estás seguro de querer pernotar aquí, mi ángel? este lugar carece de calidez.-Louis habla, aún mirando las instalaciones de la habitación con el ceño levemente fruncido. 

-Estoy cómodo aquí, mi amo, su familia y usted han sido lo suficientemente complacientes conmigo al permitirme vivir en el palacio.-Harry habla seguro de sus palabras, observando sus pies, ya que le es difícil mirar a los ojos de su príncipe, lo hace poner nervioso. 

-Si lo quieres así, está bien.-Responde el príncipe subiendo y bajando sus hombros infantilmente.

Harry sigue pegado a la puerta en una posición firme y con su mirada gacha, lo que confunde a Louis en sobremanera.  

-¿Estás bien, mi regalo del cielo?-Pregunta Louis acercándose a Harry.

-Si, mi amo, estoy bien.-Responde casi mecánicamente. 

Agradecería que repitieras eso mirándome a los ojos.-Esta vez, Louis habló firme.

Harry toma un respiro y levanta su mirada. Observa tímidamente los hermosos zafiros de Louis, tan azules y puros como las aguas del mar, tan tranquilos como el cielo despejado de un verano en Amnes, los ojos de su príncipe lo cautivan, lo hipnotizan de una forma peligrosa. 

Louis sonríe al notar que su ángel no para de mirarlo. Dulce, piensa Louis.

El rizado sacude la cabeza bruscamente al caer en la cuenta de que la sonrisa de su príncipe, la causa la insistencia de sus ojos, un rojo intenso pinta su cara, causado por la vergüenza.

-He venido porque mi madre quiere que conozcas a mis hermanas, personalmente, aseguro que te llevarás perfectamente con ellas. Y por favor, cuando estemos a solas, olvida el protocolo. Ahora sígueme.-Louis habla con amabilidad y seguridad en su voz.

Harry sonríe inconscientemente y acata las ordenes de su príncipe. 

Caminan por un largo pasillo hasta llegar al jardín trasero del palacio, en este hay arbustos altos y bajos, el suelo es de césped perfectamente cortado y una enorme fuente de cerámica blanca se alzaba a un costado del jardín. 

ÁNGEL - LARRY STYLINSON.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora