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Se había ido y ahí me encontraba yo sentado mirando el sitio que anteriormente ella había utilizado. Decidí levantarme, pagar mi cuenta y dirigirme hacia la salida.

En el momento que Salí volví a sentir las gotas caer e impactar sobre mi rostro, sentí nuevamente el aire frio inundar mis pulmones y comencé mi caminata de vuelta a casa, durante la caminata la buscaba en el rostro de la gente con la esperanza de volverla a ver, pero solo observaba miradas vacías, en las calles se habían formado pequeños charcos los cuales pisaban la gente con prisa por no mojarse, el día iba ya tocando a su final, el sol mostraba sus últimos rayos antes de dejarnos abrazar por una oscuridad siempre vigilada por un gran astro blanco. No tarde mucho en llegar al portal de mi casa, saque las llaves y las gire antes de oír ese chirrido característico que se producía antes de abrir la puerta, subí todos los escalones hasta llegar a mi puerta, me dirigí a mi cuarto donde me quite toda la ropa, los zapatos de piel los pantalones la camisa , la corbata y lo deje todo en la silla. Esa noche apague mi teléfono y observe mi habitación, era muy amplia con fotografías de paisajes en blanco y negro, una gran estantería de libros todos ellos libros de derecho, la habitación estaba rodeada de grandes ventanas , con un suelo de madera echo a medida, unas mesitas de mesa negras con unas lamparitas marrones y mi gran cama cubierta por una manta de pelo blanco sintético, pero en la esquina mas apartada del dormitorio detrás de la gran puerta de madera se encontraba un viejo dibujo, un casco , era el único recuerdo que me había permitido conservar de ella y ni siquiera me acordaba cuando lo había puesto ahí ni con qué intención lo colgué.

Como todas las noches me quede delante de mi ordenador repasando la agenda que tenía para el día siguiente, pero no era capaz de concentrarme en nada, solo tenía delante mía esa chica que bailo a los pies de mi cama, esa chica sentada en mi silla haciéndola girar y riendo. Solo la tenia a ella en la cabeza , mil preguntas se agolpaban en mi mente, ¿Dónde has estado cariño mío? ¿Por qué ninguno de sus primos me había dicho que estaba de vuelta? No tenía respuesta para ninguna de esas preguntas, asique me metí en mi cuenta de Facebook y la busque: Alexandra Gals Patty , y ahí estaba su imagen delante de mí sonriendo en un bosque mientras le nevaba, mire fotos de ella y de sus viajes: Estados unidos, Rusia, Japón, Italia , Africa, Mexico, Cuba, El salvador, Polonia, Francia... Tantos lugares, tantas risas , tanta gente y ¿ por qué había vuelto? El sueño venció mi búsqueda.

Me despertó el sonido de mi alarma indicándome que el día para mi comenzaba, me levante y tome una corta ducha, no iría hoy al gimnasio, me vestí con uno de mis mejores trajes, me coloque unos zapatos negros hechos a medida me anude una corbata negra con unos gemelos plateados, cogí mi maletín y me dirigí hacia la cocina, donde prepare una tostadas con tomate y café. No tarde mucho en terminar mi desayuno y dirigirme hacia la salida, mi día comenzaba a eso de las 7 de la mañana.

No tarde mucho en llegar a la oficina y empezar con el papeleo, pero mi mente siempre me trasladaba a momentos con ella, momentos de risas infantiles, me hacía ver la piscina y su abrigo blanco, su cuerpo recostado sobre el verde prado y su mirada puesta en las nueves, su piel realzada por el sol , sus preciosas pecas, su pelo agitado lentamente por el viento primaveral y yo a su lado observando dicha belleza, recuerdo la conversación de ese día, siento aun en mis labios la presión de los suyos al chocar con los míos y como a mitad del beso siempre se reía, haciéndote creer uno de sus grandes logros, mis manos todavía se saben a la perfección el recorrido por su cuerpo.

Por mi mente pasaba una pequeña pregunta ¿debía preguntar por ella? , realmente necesitaba saber de su presencia, pero ¿para que?.


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