La bestia... (Cherik Yaoi)

Epilogo

El castillo entero estaba corriendo de un lado a otro.

Sean llevaba cubiertos, mientras Raven sacaba la vajilla y ordenaba la cocina.

Azazel terminaba de preparar los platillos mientras que Alex estaba quién sabe dónde.

Charles subía y bajaba escaleras buscando al pequeño Peter mientras que Erik intentaba controlar el furioso llanto de Lorna en sus brazos.

La pequeña Wanda se encontraba siendo peinada por una amable Ángel, riendo por como corría su mami de un lado a otro.

La Unión de la pareja había encantado totalmente a todo el Reino.

Erik nunca había sido tan feliz como cuando por fin pudo decirle a todo el mundo que se había casado con Charles.

Le amaba como nunca y el pequeño le amaba a él.

La llegada de los gemelos fue una bendición de prosperidad para todos.

Algunos reinos habían llegado a celebrar su unión y luego nacimiento. Aunque siempre había algunas personas que no lograban entender que Erik no tenía ojos para otra persona.

Aún después de casarse, algunas doncellas llegaban al castillo con la intención de separar a la pareja.

Pero apenas veían como Erik miraba a Charles o le atendía con aquel trato especial, todas desistían. Nunca nadie lograría que Erik les mirara así. Ni menos aquella sonrisa.

-Peter, bebé, ven aquí- Charles había recorrido todo el castillo buscando a su hijo, pero no había caso.

Camino por los pasillos hasta que escucho la puerta de la biblioteca cerrarse.

Al entrar noto un pequeño pie que se asomaba por debajo de la cortina.

-oh mi pequeño Peter está perdido- comenzó a dramatizar- ¿Cómo se lo diré a su padre? Quizás ya no me quiera por no encontrar a nuestro hijo y tenga que irme del Castillo.

-¡No! ¡No!- Peter corrió a su lado- aquí estoy, mami, así que no te vayas.

Charles le tomó entre sus brazos.

-claro que no, mi amor, pero es tiempo de que te cambies, las visitas están por llegar- el pequeño asintió mientras era cargado por el castaño.

Peter siempre había sido un niño inquieto, por lo general, siempre estaba junto a Erik.

El pequeño siempre había Siro muy apegado a su padre, era el quien le hacía dormir, aunque Wanda también le llamaba a él.

Cuando Charles entró a la habitación en la cual sus niñas se estaban preparando, un fuerte llanto le recibió.

-Lorna, bebé, no puedes estar sin zapatos- Erik batallaba para lograr poner el calzado en los pies de la pequeña de sólo dos años.

-¿Quieres cambiar?- le pregunto su esposo y Erik solo asintió rendido.

De los tres niños, la menos apegada a Erik, era Lorna, siempre estaba siguiendo a Charles y cuando Erik le hablaba eran pocas las ocasiones en las que le tomaba atención. Para ella, lo más importante era su mami.

Cuando la familia ya estuvo lista, bajaron para comenzar a recibir a los invitados.

Llegaron algunos de tierras lejanas como la gente del pueblo, algunos reinos vecinos llegaban junto a un arsenal de cosas para la gran familia.

- mi amor- habló Charles a su lado- ¿Has visto a Peter?- Erik, que tenía la mano en la cintura de su esposo, negó con la cabeza.

-debe estar por ahí, jugando con Kurt o algo- el cobrizo dejó un pequeño beso en los labios de su chico mientras recibían a más personas.