A Nuestra Manera

Cambio de planes.

El calor aumentaba a medida que avanzaba la mañana, llevábamos unas 5 horas conduciendo por las distintas costas y los caminos con vista a las playas rumbo al norte.
La carretera estaba vacía, con la ausencia de autos e infectados era muy confortable viajar, casi como unas vacaciones. A lo lejos divisabamos un posible pueblo. Se veía bastante grande, posiblemente y con suerte encontraríamos algo de comer y algún lugar donde descansar un par de horas.
Todo parecía tranquilo, el caos ya había arrasado con todo alrededor nuestro, hasta donde la vista alcanzaba era destrucción y tristeza.
Íbamos a poca velocidad, buscábamos un lugar céntrico para dejar los vehículos cuando de pronto una botella de alcohol con un trapo empapado en este mismo y envuelto en llamas golpeo el parabrisas de la camioneta de Esteban cubriéndolo todo en grandes llamas.

-Rápido siganme!!

-gritó por la ventana Esteban mientras escapaba a toda velocidad con nosotros siguiéndolo de cerca. cruzamos ya casi toda la ciudad rápidamente, yo tomé la delantera del grupo para que los demás intentaran apagar las llamas que traía consigo Esteban. después de transcurrido unos minutos, pensábamos que ya habíamos huido de la envoscada cuando en la calle de mas adelante vemos a dos hombres poner unas cadenas con puntas en el suelo pero iba conduciendo tan rapido que no tube tiempo para frenar y reventaron los neumaticos y perdí el control del jeep estrellándome contra un gran árbol. los demás tomaron un camino alterno por una calle a la izquierda en dirección a la playa.
yo intentaba salir del jeep.

-Cuidadoooooooooo!!

-Gritó Belén. Mire por su ventana y por la calle en bajada que tenia a mi derecha, esas personas tiraron una camioneta un tanto mas grande que la mía y nos golpeó tan fuerte que provocó que nos volcáramos y giraramos muchas veces quedando de cabeza.

¿Se encuentran todos bien?, pregunte para atras mientras revisaba a Belén que se habia torcido el tobillo y el cuello producto de los movimientos bruscos del choque; Rodrigo tenia un poco de dolor en la cabeza al igual que Paulina. Pero Alejandro quien iba en la ventana donde se produjo el choque, se fracturó la pierna y se le incrustaron los cristales de la ventana en su brazo, cara y costillas quedando muy grave y sangrando bastante.
Logre salir por la ventanilla aunque con mucha dificultad ya que sentía un dolor agudo en el cuello. alejé a todos del jeep que ardía en llamas y prepare mi arma por si alguna de esas personas quien nos envoscaron aparecía. al cabo de unos segundos escucho que se acercaba un vehículo mas bien grande, era idéntico al que vi en la compra y venta de vehículos en santiago. Era el camion militar con esos sujetos con el cabello teñido. frenó de golpe a unos 15 metros de nosotros y se bajaron 7 de ellos, todos con fierros, bates de béisbol y cuchillos carniceros, por suerte no vi a ninguno con armas de fuego, podía tomar la delantera y me presente en frente de ellos para evitar que siguieran acercándose y los amenace con mi arma, insultandolos, advirtiendo que los mataría si se movían otro paso.
Mis piernas temblaban, sentía miedo, por un momento pensé en entregarme pero oí los quejidos de Alejandro y los llantos de Belén y un sentimiento de protección nació en mi y me hizo apretar el arma y sostenerla firme, sentía que podía dispararles y matarlos, esto era lo que se sentía sobrevivir también pensaba. hasta que uno de ellos habló callando mis pensamientos.

-woooou chico, eres muy valiente; me presento, soy Alex, el líder de este grupo de malditos degenerados. ( los demás apoyándolo con risas). y tu eres?

-pregunto.

-Eso no te importa idiota, que quieres de nosotros? solo pasábamos por aquí, no buscamos nada.

-ustedes no pero nosotros si, tienen buenos vehículos, bueno ahora tienen uno menos jaja, tienes un arma y estoy seguro que tienen mas, tus amigos te dejaron, y los otros están heridos, harás resistencia? no te conviene y tampoco dispararme porque mis hombres caerán sobre ti.