A Nuestra Manera

Lento pero seguro.

Llevábamos tres horas de viaje, el calor del sol se hacia notar, solo se escuchaba el sonido de mi jeep y la camioneta de Esteban. No había señales de vida en ningún lado, eso me angustiaba pero no tanto como ver aquellos autos destrozados, volcados, unos encima de otros, gente hecha carbón producto de una posible explosión y por supuesto, los infaltables infectados deambulando por doquier.
Cuando ya no vimos infectados cerca, paramos los motores y revisamos algunos autos para ver que podíamos encontrar que nos sirviera. Y nada fue lo que encontramos, al menos nada para nosotros, solo rescatamos un botiquín, un par de extintores y un juego de cuchillos que era para asados y barbacoas.
Seguimos nuestro viaje pero esta vez yo iba atras de la camioneta, me acompañaban Belén, Paulina, Ayleen y Alejandro. Estaban iba manejando adelante y sus acompañantes eran, Matias, Luis y Michael quien venia herido.
Al transcurso de cuarenta minutos mas, la camioneta empieza a ir de un lado a otro como si no tubiera control, yo baje la velocidad para no chocarlos.

-es michael, quizas ya se infectó, hay que hacer algo!! Dijo Alejandro levantando la voz.
-Hernán haz algo!! Me grito Ayleen tomándome del hombro de mi polera.
Yo me acerque un poco tocando la bocina y la camioneta se detuvo y en un segundo Esteban bajó abriendo las dos puertas de atrás tirando a Michael al costado de la carretera. Yo me estacione al costado pero unos metros detrás, y baje con Ayleen y Alejandro. Era lo que temiamos, Michael ya era uno de ellos, gritaba e intentaba arañar todo a su paso, estaba como loco, al igual que aquel policia que salvamos en el bosque. Tuvimos cuidado con sus manos y boca. Esteban con un tono enojado tomo a Michael y lo volteó boca abajo como enojandose con el por haberse infectado, le quitó los cordones de sus botas y le amarró las manos y me dijo que lo matara yo porque el no se atrevía ya que era su amigo de escuela. Solo asentí, volvi a la caja por mi fierro y lo golpee en la nuca lo mas fuerte que pude con tal de terminar rapido.

-¡MALDITA SEAAAA!! PORQUE TIENE QUE PASARME ESTOOOO!!

- Gritaba Esteban golpeando a puños  la camioneta y mirando al cielo. Ayleen lo abrazo llorando y diciendole que asi era la vida ahora, que intentara ser fuerte.
Todos callamos por unos minutos mientras Esteban caminaba de un lado a otro sin poder contener la ira y la pena. Cuando de pronto a lo lejos escuchamos un disparo que venia hacia nosotros alojándose en el foco de mi maltratado jeep reventándolo.

-TODOS ABAJOOOO!!-grito muy fuerte Alejandro.

- quien arrastrándose llegó al jeep, bajando a Paulina y dejandola bajo este, yo imité la acción de mi amigo quien había estado en el ejercito en su infancia, sabia de estos casos, asi que bajé a Belén. Sentimos un disparo mas, también impactando con el jeep pero esta vez en la puerta del copiloto.
Escuchamos que alguien corria hacia nosotros, eran muchos pasos asique eran mas de uno. Al detenerse los pasos ya muy cerca de nosotros por el otro costado de las camionetas. Yo me puse de rodillas y con la cabeza abajo grite que se detuvieran, que no eramos personas malas y no buscábamos hacer daño. Una voz masculina bastante joven me respondio.
-Vimos como amarraron y mataron a un muchacho, quieres explicar eso? Están a las afueras de mi granja y no aceptaremos eso.
-Estaba infectado, era una de esas cosas.
- como puedo estar yo seguro de eso?.

- pues anda a ver, voltealo y fijate.

En eso que el sujeto retrocede y se inclina volteando el cadaver de michael, yo levante la cabeza solo un poco con tal de ver quienes eran estas personas. Eran dos jovenes, una mujer de unos 17 años y este valiente niño de 18 quien tenia un rifle de madera mal gastado en la empuñadura.

-era tu amigo? Pregunto la niña.

- sisi era uno de nuestros amigos. El joven volvio a levantar el rifle y apuntandome me dijo.

- párate, ven párate. Obedecí levantando las manos.

- trajiste "zombies" a mi casa?, tapate la boca y la nariz  Maria, le dijo a la niña quien obedeció de inmediato.

-Niño, el virus no se propaga por aire, sino que por mordidas o rasguños.

- como sabes eso?? No te hagas el mentiroso conmigo.

- no te engaño tranquilo, mira su hombro, tiene una mordida, así se infecto y con el paso de unas 4 horas se convirtió.

-es eso real?.

- así fue como paso le dije ya con un tono mas tranquilo de mi parte, era un adolescente y no se veía mala persona.

- entonces disculpen mi reacción, creo que cualquiera la tendría o no Maria?, lo siento mucho por su amigo, quieren pasar a mi casa a beber agua?.

- sabia que no era conveniente pasar a la casa de unos desconocidos, menos si los jóvenes andan con rifles pero a estas alturas todo puede pasar. Al ponerse todos de pie, aceptaron.
Entramos por un largo tramo de pasto y marcas de camioneta donde se marcaban por la tierra, la casa era enorme y muy bonita, habian un par de caballos y gallinas.

-por cierto, me llamo Hector y ella es mi novia Maria, pero creo que ya lo dije, ahora vivimos solos aqui, todos mis familiares murieron por la fiebre y luego volviendose loquitos escaparon quien sabe donde y sus nombres cuales son?.

- me llamo Hernan, la pequeña colorina de anteojos es Belén, mi novia, mi amigo Alenjandro y su novia Paulina, Esteban y su novia Ayleen y ellos dos de allá son Luis y Matias, el otro chico era Michael.

-Mucho gusto, si gustan pueden enterrar a su amigo aquí, tomenlo como unas disculpas por dispararles.

-Amablemente dijo Maria.

- Eso me haria muy feliz dijo Esteban muy afectado.
Lo hicimos, Hector nos prestó unas palas y con Esteban y Luis cabamos una especie de tumba rectangular y de un metro de profundidad.
Al terminar, tomamos a Michael y lo dejamos cuidadosamente, le cubrimos la cara con la misma polera que usamos para detener la hemorragia y comenzamos a taparlo con la fria tierra. El sol ya se estaba escondiendo por el este. Terminamos el entierro uniendo dos tablas blancas en forma de cruz con su nombre en ellas.
Hector y Maria nos invitaron a pasar y comer algo, hablamos todos por un largo rato y nos fuimos a dormir. Al otro día en la mañana nos disponíamos a continuar el viaje. Ordenabamos las cosas cuando me percate que Hector y Maria hablaban entre ellos muy bajito, casi al oído, no les saqué los ojos de encima hasta que Hector me llamó.

-Hernan, Hernan puedes venir.

- si claro, que pasa?.

- mira, hablaba con Maria y queriamos preguntarte si podiamos ir con ustedes a Santiago, aca ya no es seguro y te juro que seremos de gran ayuda, yo se construir muchas cosas, soy carpintero, Maria cocina muy bien cierto Maria?.-si si yo puedo cocinarles.
-yo no tengo problema alguno, dejenme discutirlo con el resto primero, les dije calmandolos un poco.
Camine hacia las camionetas donde todos me esperaban y les conté lo sucedido. Todos aceptaron sin problemas.
-Seria mejor tenerlos con nosotros.

-comento belén.

-sin decir que tenemos un tirador.

- bromeando acotó alejandro.

-a parte que ya seriamos un grupo mas grande.

-decia Esteban quien estaba apoyado de su camioneta y fumando uno de mis cigarros.
Fui a darle las noticias a Hector y Maria quienes saltaron de felicidad como si nosotros fueramos sus salvadores o parecido.
- ya Hernan, ordenaremos nuestras cosas y volvemos.
Al paso de 10 minutos volvieron con sus maletas con ropa, un saco de harina, bolsas con manzanas, paltas, limones, huevos, latas de verduras en conserva y un bolso negro que se notaba pesado.
Le pregunte que llevaba ahi.

-Es mi rifle con un cepillo para limpiarlo, dos revolver calibre 22, si son pequeños pero efectivos y un regalo para ti, por dañar tu jeep, es tu jeep sierto?.

- Jajaja si es mio.

- okey toma.

-abriendo el bolso sacó un hermoso pero un poco oxidado machete de mango amarillo, adornado con unos pequeños hilos de cobre que envolvían la empuñadura. Se lo agradecí con un abrazo fuerte. Hector y Maria cargaron su viejo camaro del 98 con sus cosas, yo subí a mi caja y partimos lo que restaba de camino.