Esta noche es la gran noche, me encuentro con la bella mujer de la otra vez.
Llegue mas temprano de lo previsto, pero necesitaba relajar un poco la felicidad y volver a ser el pasado que anoche deje atrás.
En otro momento de mi vida, los nervios habrían corrompido mi conciencia sin dejarme un segundo en paz, pero hoy la tranquilidad habita en mi subconsciente y en mi cuerpo. No necesito alcohol para poder aflojar la incomodidad y la timidez que tanto me caracteriza en mi persona. O mejor dicho en mi persona pasada. Ya quedo claro que soy alguien nuevo, estoy relajado, sin miedos.
Purifique mi alma, saque todo lo que perjudicaba en mi día a día y lo escupí como si fuera un poco de mierda.Las 12:00 am marcan las agujas del reloj y la hora pactada esta cada vez mas cerca. Siento un leve cosquilleo en la panza, pero no es nada que me haga pasar un mal momento. Me pido el primer vaso de whisky para apagar esa tierna sensación, hoy no quiero sentir nada.
12:15 am en el reloj y la puertas del bar se abren para darle paso a la belleza. Entre el frió de la fresca noche, ella entra, con su glamour espectacular, brillando como la estrella mas brillante de la galaxia. Se roba las miradas masculinas del lugar, en especial la mía. Camina con sus botas de tacón alto hasta la barra, la música dejo de sonar para dar lugar al hermoso sonido de su caminar. Al llegar a donde yo me encontraba, me saluda muy alegremente y se sienta a mi izquierda. En el momento en el que su cuerpo toca la banqueta del bar, la vida volvió a la normalidad, las miradas volvieron a su mundo, la música volvió a sonar. Esa noche nos acompañaba un poco del viejo y clásico Jazz, retratando los clásicos del genero, pero también algún que otro clásico de la música en general. La voz principal era una dulce y sensual voz femenina, dando un toque de seducción al ambiente en el bar.
La belleza en persona le pidió al cantinero un Martini de cereza, quien lo preparo con 1/2 onza de su mejor vodka, otra 1/2 parte de licor de cereza, apenas una sospecha de soda y decorando la copa martini con una cereza finamente congelada. No soy de los tragos elaborados, pero este si llamo mi atención.
Luego de degustar por primera vez su fino cóctel, separo sus carnosos labios para comenzar la conversación.-¿Otra noche rara? Chico de la noche rara.
-No, para nada. Hoy es una noche normal, para tu suerte- le conteste entre risas.
-¿Para mi suerte?-comenzó a reír
-No te asuste, que no soy un loco psicópata- conteste mientras la risa seguía.
-Entonces me quedo mas tranquila- dijo mientras tomaba su cóctel.
Las risas pasaban, los tragos también. Decidimos dejar lo fino de lado y comenzamos a tomar cerveza, y ella si que toma cerveza. Eso la hace una chica única.
La suave melodía del Jazz nos seguía acompañando en la charla, y digamos que lo hacia de muy buena forma. Daba ese toque de tranquilidad y relajación entre los dos.
No teníamos un tema central del cual hablar, ella me contó su historia, yo le conté las mías, o por lo menos las que podía contar. Por esa razón me hizo sentir raro, no suelo contar mi vida a gente que conozco de la nada, pero ella era un ángel especial que liberaba toda mi rareza para convertirla en algo normal, en algo común y corriente. No sé que hago acá, llegue al punto de pensar que esto lo esta inventando mi mente, es muy perfecto para ser real. Cada vez que sonríe llego a ver su alma perfecta, y la mía cae en esa bella sonrisa que hipnotiza la mente, dejándola en blanco. Sus ojos cafés, del tamaño perfecto, con la forma perfecta. Su pelo largo atado con cola de caballo, con un flequillo que cae a los costados dándole una forma especial a su rostro. Todo eso me hace perder el control de mi mente. Pero eso no es todo, al hablarme me hace sentir especial.
Luego de horas de charlar, de tragos y cervezas. La hora de cerrar llega al bar, por lo que nos retiramos con la bella dama, para seguir cada uno con su vida. ¿Nos volveremos a ver? No lo sé. La música, ya agotada, deja que su caminar suene una ultima vez en la noche, para despedirse de las almas que esta noche fueron testigos de la belleza pura.
Me saludo con un suave beso en la mejilla derecha, pero antes de subirse a su taxi agrego:
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El Ultimo Café
Mystère / ThrillerNunca sabemos el ¿por qué? de las cosas, la vida solo pasa, solo la vemos pasar como si no fuera nada. Pero para algunas personas, el mundo es diferente con compañía de algún que otro loco. Una victima, un Viejo, un fotógrafo, un lector y la mujer d...