Verte caer estrella, como polvo sobre la sensibilidad del firmamento. Unido a aquellos árboles que brotan y reposan sobre las nubes dulces de mi pensamiento, y se alimentan de las gritas secas que conducen a las flores doradas posadas en mis sueños.
Árboles que se alimentan del argumento del Renacimiento y brotan con troncos de agua turbia en el corazón de sus capas. Volviéndose agua pulcra al contacto con la suave brisa interpretada por Apolo. Se abren en ramas finalizadas con gotas de diamante, que se deslizan por la suave seda que añora un pasado tacto ajeno.
Recreando la noche junto a aquel río que es capaz de fusionar una serpiente majestuosa y un mar de espejismo. Cuando mis puntos más inexplicables se unieron al revuelto irrecreable que mis ojos apreciaban. Un cinturón de luces, sin cuerpos, tratando de ser vistas por inusuales receptores.
Chillando, gritando, como ángeles caídos.
Caídos sin realmente del todo caer.
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¿Etiquetar pensamientos con un título?
PoésieEl orto helíaco de una estrella, momento en el que vuelvo a ver el renacimiento y la caída de mi ser.
