-¡¿QUEEEE?!-Exclamó Omper
-¿Qué? ¿Qué pasa?-Pregunté desconcertado.
-¿So-sois humanos?-Dijo susurrando.
-Si. ¿Por?-
-¿Como habéis llegado aquí?-El hombre estaba agitado.
-Pu-pues llegamos a través de una puerta que encontramos.- Le dije un poco asustado.
-La puerta dimensional.-Susurró Omper para si mismo.- ¿Donde estaba esa puerta?
-En una casa abandonada que había en nuestro pueblo.-Respondí. El hombre se quedó en silencio durante un momento hasta que volví a hablar.-Y disculpe señor, entonces, ¿usted no es un humano?
-Pues no, chico. Soy un elfo.-¿Un elfo?-Pregunte.
-Si. Aquí todos somos elfos.-Respondió.
-¿Y que tiene de malo que nosotros seamos humanos?- La verdad, tras conocer a la dríada y al nimco no me sorprendió mucho.
-¿No lo sabes?- Negué con la cabeza.- Mira chico, hace más de tres mil años, los seres mágicos y los humanos vivíamos en perfecta armonía. Eramos felices jugando o trabajando juntos. Por aquel momento, uno de los Padres Fundadores de los Seres Mágicos le concedió parte de nuestros poderes a los humanos. Ellos estaban satisfechos con lo que tenían, no lo usaban para el mal. Todo iba bien hasta que aquel día llegó. Un humano quería mas poder del que merecía. Pensó que tenía derecho a más y convenció a los otros humanos para revelarse. Estos accedieron a sus manipulaciones y trataron de robar el poder. Pero el plan que tenían no les salió bien y los Padres Fundadores de los Seres Mágicos crearon otro universo para separarnos de los seres normales, les quitaron la magia y les borró nuestra existencia de sus memorias. Dicha guerra se llamo la "Guerra de los seres". Desde entonces no es muy bien recibido a un humano aquí.
-¿Y que pasaría si alguien entra?
-Pues posiblemente los torturen o inclusive los maten.
-¿Que? ¿Entonces nos matarán?
-No lo creo. Tenéis suerte porque habéis aparecido en un pueblo pacífico. Nosotros jamas haríamos algo tan denigrante. Pero debéis tener cuidado en otros lugares. Nunca sabes que tipos de seres os encontraréis por ahí.- Hubo un pequeño silencio.- La verdad me parece increíble que pudierais llegar aquí, ya que los humanos no pueden acceder a esta dimensión sin un ser mágico a nos ser que cumplan con los requisitos.
-¿Cuales?-Pregunte.
-Primero, que un mago hubiera creado un portal anteriormente; segundo, si es que se cerró el portal, conseguir la llave para abrirla, pero esta llave solo puede ser encontrada si algún ser mágico te la da, porque esta se hechiza de una manera de que ningún humano pueda cogerlo ni verlo aunque esté en sus narices; y tercero, la persona que abra la puerta tiene que tener magia, ya que si lo no lo tuviera, al abrir la puerta solo encontraría una pared. ¿Quién os ayudó?
-Nadie. Fue Kent quien la abrió.-Exclamó Sally señalándome.
-¿Enserio?.-Preguntó Omper mirándome fijamente. Yo solo afirmé con la cabeza.- Pues enhorabuena chico.- Dijo sonriendo.- Tienes poderes.
-¿Pero no acabas de decir que quitaron la magia de los humanos?-Pregunté.
-Si, y es cierto. Pero hay un pequeño circulo de personas que la poseen debido a que algún antepasado suyo era un ser mágico o un híbrido. Cuando convivíamos en el mismo universo, algunas razas se mezclaron. Y a esos híbridos fruto de una relación de un humano y un ser mágico no se les quitó los poderes.

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Tras La Pequeña Puerta (Pausado :v)
FantasyKent, un chico de 15 años, se encuentra con una puerta escondida en un sótano y, junto con sus amigos Mark y Sally, la atraviesan despreocupados y se quedan encerrados al otro lado en el que se encuentra un mundo diferente. Ahora les tocará buscar l...