Hola!
Por alguna razón me dio a escribir este libro, algo queriendo mostrar en cada capítulo como es que ellos podrían llegar a actuar, cada uno a su estilo, claro. Me refiero a los Creepypastas y todos sabemos que ellos son únicos, mucho mucho, po...
Fred era un bravucón en la escuela secundaria. Él solía tomar muchas cosas ajenas a sus víctimas, en especial a un niño cuya edad era menor a la de él, de aproximadamente 10 años, quien se llamaba Rick.
El chico tenía una vida solitaria, típica en toda persona con baja autoestima que necesitaba desquitar su descontento con otras personas causando daño y tristeza, hasta ira.
Cierto día, cuando regresaba tardísimo de la secundaria, él traía el morral lleno de objetos robados, entre ellos cartucheras con lapiceros brillantes, cartuchos además de artículos de menor importancia dentro de su institución. Tiró entonces las cosas que tenía en su morral sobre su cama con violencia provocando un caos dentro de su habitación, se sentó a dirección de la cama en el suelo y se propuso a rebuscar entre el desorden que había formado.
Iba maldiciendo cada cosa que no le parecía interesante para luego tirarlo hacia cualquier lado causando la ruptura de estos. Pronto, encontró el cartucho ya mencionado hace poco, él lo miró con detenimiento, era viejo y algo gastado, pero se interesó tanto por el objeto que no dudó en reproducirlo en el gran televisor que tenía dentro de su pieza.
Fred puso el cartucho en el reproductor e inmediatamente empezó a funcionar. Se sentó cómodo en frente al televisor y encendió un cigarrillo para distraerse. Al instante, la pantalla mostró diversas opciones. Se trataba de un juego RPT, el cual tenía partidas guardadas.
El chico escogió una de las partidas y empezó a jugar tranquilamente. En el lapso que iba jugando, este adquirió gran cantidad de productos relativos con la droga, como bebidas alcohólicas, cigarrillos entre otros adictivos. Ya después de unas horas, él se encontraba totalmente drogado y casi no podía diferenciar la realidad.
Fue caminando hacia el baño dándose vueltas, se posó frente al espejo y se miró. Él tenía un centenar de barros en la cara, los cuales se propuso a reventar tranquilamente.
Fred, con la cara rojiza, se dirigió muy mareado hacia su habitación y notó que los artefactos que habría estado usando se encontraban apagados, sorpresivamente.
-¡Vamos perras! ¡¿por qué mierda se apagaron?! - Dijo malhumorado mientras se arrodillaba hacia aquellos objetos, golpeándolos en seguida. Los objetos se encendieron y volvieron a mostrar las opciones varias, no obstante, de un juego diferente.
El chico giró la cabeza sutilmente hacia la derecha preguntándose sobre el extraño fenómeno que acababa de presenciar. De manera rápida, este se posó frente al televisor, tomó el joystick y prestó atención al artefacto.
Sus ojos, siendo espejo de la escena en la pantalla televisiva, demostraba cómo este se desplazaba a través de las distintas opciones del juego. Entre ellas, el inicio de partidas. Pronto se dio cuenta:
