Mi nombre es Ámbar Lavinge, tengo diecinueve años y estoy en la Universidad, soy como cualquier chica, no tengo nada especial, ni lindos ojos, ni al novio popular jugador estrella del equipo de Lacrosse, y no, tampoco tengo al grupo popular de amigos, nada de eso, sólo soy Ámbar, la chica casi invisible, con sólo dos amigos escenciales, Mía Carpenter, castaña, ruda y realmente linda, es mi alma gemela y su novio quien casualmente es mi mejor amigo, Thomas Dirnt, el alto con más sentido del humor del mundo...
Vivo con mis padres Janeth y Cristian Lavinge, quienes siguen juntos, es algo peculiar hoy en día, ya que el noventa y nueve punto nueve por ciento de los padres de los demás ya están separados... ¡Ah! Lo olvidaba, en mi casa también habitan dos pesadillas, mis hermanos, Melanie y Harry Lavinge, son unos pequeños diablos, Melanie tiene quince años y es más insoportable de lo que se ve, aunque definitivamente, la adoro y Harry... Harry es la luz de mis ojos, tiene a penas nueve años y logra iluminar mi vida, me comprende cuando estoy mal a pesar de su corta edad.
- Ya me voy mamá - me despedí besándola en la mejilla.
- ¿Traerás a tus amigos a comer? - me sonrió - Porque si es así, te dejaré comida de más en el refrigerador.
- No lo sé, tal vez sí, ¿saldrás hoy?
- Sí, tengo que comprar algunas cosas.
- Bueno, se me hace tarde, adiós mamá.
- Adiós cariño, cuídate ¡que te vaya bien!
Salgo de la casa y me dirijo a la escuela caminando, la Universidad esta a unas cuantas cuadras de mi casa así que no tengo que tomar el autobús. Vivo en un buen vecindario, tengo vecinos tranquilos y lo necesario cerca. Además Mía vive a dos cuadras de mi casa, perfecto, ¿no? De pronto siento unas manos que tapan mis ojos por detrás.
- Dame todo lo que tengas - es Mía intentando imitar a un hombre.
- Tengo a una puta llamada Mía, ¿le sirve señor ladrón? - reí burlona.
- Hey, cálmate perra - destapó mis ojos y yo los frote intentando normalizar mi vista.
- Tú empezaste, agresiva - la abracé.
- Sabes que te amo nena - sonrió correspondiendo mi abrazo.
- Y yo a ti bebé - la abracé más fuerte.
- Quítate wey - era Thomas quitándome bruscamente de los brazos de Mía - Ella es "mía"...
- Sí, ya lo sabía, se que se llama Mía - reí ante la expresión de fastidio de mi mejor amiga
- Buena - Thomas me abrazó luego de "chocar los cinco"
- Yo no pedí llamarme así, idiotas - dijo Mía rodando los ojos.
- Ya amor, son pequeñas bromas - Thomas le dió un beso corto en los labios.
- Bueno, y ¿qué haces fastidiando tan temprano wey? - le pregunté.
- Voy a la escuela con ustedes, cómo todas las mañanas, tonta.
Después de darme un leve golpe en la cabeza la pelea siguió hasta que llegamos a la escuela.
(...)
El día (escolar) esta casi concluido, al fin dejaré de escuchar a los odiosos maestros de las odiosas materias que me tocaron, la campana al fin sonó.
- Creí que la tonta maestra de historia jamás se callaría - bromeó Mía.
- Lo sé, ¿dónde está Thom?
- Creo que está en prefectura... Parece que reprobó matemáticas - apretó los labios.
- Mierda... - dije mientras salíamos del salón.
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The murderer
Conto"The Murderer (el asesino)" - Ámbar es una chica con una vida normal, eso creía, hasta que lo conoció, y no, no es esa historia de amor en la que lo único que les impide estar juntos es la envidia de los demás... Lo que los separa va mucho más allá...