Sacudo la cabeza para alejar esos pensamientos y me percato de que se marcha por dónde vino, con mi fotografía...
¿Quién es?
Con el corazón acelerado me levanto de la cama, ya no está, me asomo temerosa por la ventana, parece que desapareció, no lo veo por ningún lado, salgo del cuarto temblorosa y entro rápidamente al baño, me siento en el suelo e intento calmarme, pero las lágrimas se hacen presentes. Sollozo unos minutos, después me levanto y enjuago mi cara con agua, estoy pálida, mi reflejo me ofrece una cara terrible, no quiero volver a mí recámara, tengo miedo, un miedo terrorífico, jamás había sentido algo así.
Sin ganas salgo del baño y me dirijo a mí habitación, entro y no hay nada, afortunadamente. Me recuesto en mi cama e intento dormir, no tengo éxito, paso muchos minutos dándole vueltas a la cama, no puedo conciliar el sueño, la maliciosa sonrisa de ese hombre da vueltas en mi cabeza, ¿qué está sucediendo? ¿por qué se llevó mi fotografía? ¿debería contarles lo sucedido a mis papás? No, no sería una buena idea, entrarían en pánico y harían un drama, esa no es una opción, quizá sólo debo ignorarlo e intentar olvidarlo...
(...)
- Hija, hija, despierta - es mamá, me sacude levemente - Se te va a hacer tarde para ir a la escuela, ya levántate.
- ¿Eh? - digo entre dormida.
- Ya es tarde Ámbar, tienes que ir a la escuela.
- S... sí, voy - me levanto de golpe, y volteo a ver el despertador *7:20* es tardísimo, tengo que estar en la escuela a las 7:30.
Me levanto totalmente de la cama y busco unos jeans, una playera, me pongo tennis negros y amarro mi cabello en una coleta, tomo mi mochila y salgo corriendo de mi habitación. Choco con Melanie, mi odiosa hermana.
- ¡No estorbes! - me grita.
- Lo siento - río - Voy tarde para la escuela - le grito mientras bajo corriendo las escaleras.
- Buenos días bella durmiente - me dice papá burlón.
- Hola papá - le doy un beso en la mejilla.
- ¡¿No vas a desayunar?! - me grita al ver que estoy a punto de salir de la casa.
- ¡No, es muy tarde! ¡Adiós! - le grito saliendo de la casa.
Corro lo más rápido que puedo, tengo una estatura pequeña y eso impide que mis piernas me den para más, a parte de qué odio con toda el alma correr. Miro mi reloj, 7:27, "mierda" digo agitada, tendré que tomar el autobús, por más cerca que este la universidad, no llegaré corriendo. Visualizo la parada del autobús, ahí está mi salvación, está a punto de arrancar, cuando estoy por subirme choco contra un fornido pecho, es un chico.
- Lo siento - digo avergonzada.
- No hay problema - me sonríe.
Subo al bus y me siento en un lugar vacío, esa sonrisa, esa sonrisa tan linda es parecida a la del hombre (¿o chico?) que entró a mi habitación anoche, ¿será él? "Mierda, Ámbar, prometiste olvidar el tema" me grita mi subconsciente, pero... No sé si pueda ignorarlo.
Son siete y media y el autobús para, justo a tiempo para salir corriendo hacia la clase que me toca. Entro y la maestra de matemáticas me deja pasar, afortunadamente ella no es una vieja amargada. Llego a mi lugar y me siento a lado de Mía.
- ¡Qué cara! - me dice.
- ¿Qué? ¿Qué tengo? - digo frunciendo el ceño.
- ¿Neta quieres saber? - arquea las cejas y reprime una risilla.
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The murderer
Cerita Pendek"The Murderer (el asesino)" - Ámbar es una chica con una vida normal, eso creía, hasta que lo conoció, y no, no es esa historia de amor en la que lo único que les impide estar juntos es la envidia de los demás... Lo que los separa va mucho más allá...