- ¿Qué mierda quieres?
- Tranquila nena, ¿qué te sucede? - su voz suena perfectamente modificada con alguna aplicación, habla calmado, poniéndome los pelos de punta.
- ¡Déjame en paz! Voy a llamar a la policía y te juro que... - me interrumpe inmediatamente.
- No lo creo muñeca - dice después de lanzar una risa escalofriante, al terminar la frase, las luces de toda la casa se apagan.
- Cortó la electricidad - dice Mía asustada.
- ¡Mierda! - grita Thom levantándose.
- Dile a tu amiguito que no se le ocurra hacer nada y se siente nuevamente - vuelve a decir el extraño - No te gustaría que le pasara algo, ¿o sí?
- ¡Thom siéntate ahora! - le reprimo.
- ¿Para qué? ¡No me voy a quedar con los brazos cruzados! - bramó.
- ¿Y qué pretendes hacer eh? No sabemos si está armado.
- Amor, siéntate ya - me apoya Mía tomándolo del brazo.
Cuando al fin se sienta vuelvo al teléfono para hablar con el extraño.
- Ya dime, ¿qué rayos quieres? - digo en súplica.
- Sólo te quiero a ti hermosa - dice haciendo que el estómago se me revuelva sólo de pensar que pudiera tenerme - Creo que es suficientemente por hoy nena, descansa, te amo.
Al terminar la frase cuelga, y al instante la luz regresa a la casa.
- ¡Santo cielo! - exclama Mía cerrando los ojos llorosos.
- Oh mierda - bramo soltando el teléfono, sintiendo como salen algunas lágrimas.
- Ámbar, ésto es peor de lo que imaginé - habla Thom en tono serio - ¡Ese loco es muy peligroso! No vas a ocultárselo a tus papás, ¿o sí?
- No... no lo sé - digo en un hilo de voz sin poder mirarle a los ojos - No quiero poner a nadie más en peligro.
- ¿Estás bromeando? - clamó levantándose nuevamente de la mesa - Ámbar, ¿aún no comprendes la gravedad de las cosas? No sabemos de qué es capaz, ¿vas a esperar a que te lastime?
Mía se mantiene al margen, no le da razón a ninguno de los dos, simplemente espera a que las cosas se calmen, yo no respondo. No estoy dispuesta a hacer esto más grande, me tiene acorralada, pronto comenzará a acechar a mis amigos y familiares, debo protegerlos, ellos no tienen porqué sufrir.
- No voy a decir nada - susurro al fin, temiendo la reacción de Thom.
- ¡Bien! - exclama éste tomando su chamarra para marcharse de mi casa.
- Thom, ¡espera! - grita Mía, pero es muy tarde, mi mejor amigo se marcha dejándonos solas, con la intensa lluvia fuera y lo tarde que es, los nervios se acumulan en mi ser, temo por él, por Mía, por mis padres y hermanos, ¿qué hice para merecer esto?
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- Mía, ¡no contesta! ¿ahora que hacemos? - digo asustada, después de llamar incontables veces a Thomas minutos después de que él se marchase - Ha pasado una maldita hora, ese loco anda suelto y Thom en la calle, ¿y si le pasó algo?
- No, no, no, Ámbar, ¡ni lo menciones! - exclama Mía poniéndose pálida - Ok, pensemos, él está molesto contigo, yo no he intentado marcarle, tal vez a mí sí me conteste.
- Bien, ¡hazlo ahora Mía! - exclamo apurada.
- Tranquila, ya voy - dice marcando en su movil, esperamos a que conteste impacientes - ¡Thom! - al fin grita Mía - ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¡Dios! Nos tenías muy asustadas - le reprime - ¿Por qué no le contestaste a Ámbar? - lo escucha atenta mordiéndose las uñas - Sí, sé que estás molesto, pero no es para tanto, deja que te la pase, ¿sí?
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The murderer
Short Story"The Murderer (el asesino)" - Ámbar es una chica con una vida normal, eso creía, hasta que lo conoció, y no, no es esa historia de amor en la que lo único que les impide estar juntos es la envidia de los demás... Lo que los separa va mucho más allá...