~3~ «Narrado por Courtis»

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*5 meses después de la traición*

Esta ya es la tercera vez que intento llamar a April, nunca contesta, últimamente ni siquiera suena el timbre, casi siempre está apagado. Las veces que he ido a su casa a buscarla siempre me dicen la misma mentira; "Ella no está, Courtis, deberías darte por vencido"

Pero no lo haré April, nunca voy a dejarte, yo descubriré la verdad y te la haré saber.

Desde ese día en que todo cambio me he concentrado en averiguar la verdad, pero Grace se empeña en decir que las cosas pasaron como las vio April ese día, a pesar de que yo le repita una y otra vez mi versión de los hechos.

Me vestí rápidamente y me dirigí a buscar a Grace, estaba a punto de tocar la puerta de su casa cuando un ruido en la parte trasera llamó mi atención

-¿Que haces aquí afuera Grace? Hace frío

-A nadie le importa si me congelo, estoy segura de eso

-He venido a hablar contigo

-Ya te he dicho como han ocurrido las cosas como mil veces, siempre vienes y me haces la misma pregunta, ya estoy cansada de decirte como ocurrieron las cosas.

-Precisamente por eso Grace, hay algo que no me estás diciendo.

Me miró escéptica, y su mirada me demostró que ocultaba algo

-¿Que quieres que te diga?

- Creo que la pregunta sería, ¿Qué quieres decirme?

Bajó la mirada y permaneció callada, supe que era mi oportunidad

-Ese día cuando me dijiste que nos tomaramos una cerveza, ¿Pusiste algo en ella?

-Diablos no, ¿cómo me crees capaz de algo así?

-Entonces por que recuerdo haberme tomado solamente una, a pesar de que tú aseguras que yo estaba totalmente ebrio.

-Por que te emborrachaste, ¿Acaso eres idiota?

-Si, quizás si lo sea por haberte creído todo este tiempo.

Me dirigí al auto pensando en que lugar podría conseguir respuestas, encendí el motor y lo puse en marcha, llegué a ese lugar viejo donde venden recuerdos de cada país, encontré una esfera de cristal con la torre Eiffel dentro idéntica a la que le regale a April en nuestro primer mes de novios, la compré otra vez, pero esta vez quería conservarla yo.

Recuerdo que cuando se la regalé estaba muy emocionada, la colocó en su mesa de noche, estoy seguro de que aún la conserva, visitar París ha sido su sueño desde muy pequeña.

Me subí al auto, comencé a conducir sin rumbo alguno hasta perderme, no, sin April ya estaba perdido.

La hora grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora