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Transcurrieron varios días desde que vi al chico de ojos negros, no tengo otra manera de nombrarlo, no recuerdo donde pude haberlo conocido. Fragmentos de aquella tarde en la que fui traicionada llegan a mi mente con tormentosos recuerdos.

Conduje hasta freebooks en busca de una buena taza de café y un buen libro para comenzar a leer, al entrar me sorprendo al ver que junto a Shase hay una mujer mayor con una niña de unos tres años o menos. Me acerco para saludar deseando no interrumpir.

-Hola Shase, ¿Qué tal tu día?

Shase estaba como siempre solía estarlo aunque más sonriente de lo normal

-Hola April, todo está súper. ¿Qué vas a querer hoy?

-Bueno cariño te dejo trabajar nos vemos en casa, que tengas un buen día.

Dice la mujer mayor que supongo que es su madre.

-Adiós mamá, adiós pequeña Emma pórtate bien no des que hacer a tu Abuela.

Inconscientemente sonrío y me sonrojo al ver como la niña abraza a Shase y lo linda que es. Se despiden y luego se marchan.

-April, ¿Recuerdas la conversación que tuvimos el otro día acerca del amor?

-Claro ¿A qué se debe tu pregunta?

-Pues el amor de mi vida me dice Papá

Me sorprendo y formo una O con mi boca, no tenía idea de que tuviese una hija, ni siquiera me imaginaba que tuviera esposa.

-Entonces la niña que se acaba de ir es tu hija y espera, tienes esposa también

Parece que dije algo fuera de lugar porque desapareció la sonrisa que había en su rostro y este se entristeció.

-He, no exactamente

-Disculpa, ¿Dije algo que estuvo mal?

-No, no tienes que disculparte es solo que soy viudo, tomémonos un café yo invito y así te cuento mi historia, aprovecha, la oferta es solo por hoy que amanecí conversador.

Dice y sonríe mostrándome sus blancos dientes, Shase es bastante simpático, delgado alto con el cabello castaño despeinado, ojos almendrados y un perfil impecable.

-Vale está bien tu ganas, hoy quiero un late de vainilla y galletas por favor.

Nos sentamos en mi lugar de preferencia y el comenzó su historia.

-Bueno April, hace 6 años conocí a la mujer de mi vida, era rubia y encantadora me enamoré perdidamente en aquel entonces, sus lindos ojos azules y su bella sonrisa hacían que mi mundo tuviera sentido y girara alrededor de ella, lo era todo para mí, no soporté más cuando se ausentaba así que le pedí que se casara conmigo era un amor bien correspondido pues ella me amaba también y aceptó ser mi esposa. Luego de que nos casamos comenzamos a tener problemas como todas las parejas, pero aun así supimos llevarlo bien y poco a poco fueron resueltos dichos problemas.

Lo escuché pacientemente a pesar de que se notaba el sentimiento con el que me contaba las cosas, aun así el continuó, parecía como si se estuviese desahogando.

-Ella tenía un trabajo estable y yo también así que decidimos comenzar a procrear pero ella no lograba embarazarse, digamos que no nos dimos por vencidos pero aceptamos que aún no era el momento y dejamos de insistir en eso debido a que ya habíamos sufrido bastante por varios meses. Años después acababa de llegar a casa del trabajo y ella me esperaba con la increíble noticia de que estaba embarazada, dijo que había esperado suficiente como para hacerse la prueba ya que si resultaba que era negativa no quería desilusionarnos a ambos, debo admitir que fue el momento más feliz de mi matrimonio.

La hora grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora