Capítulo 3: ¿Tu día ha sido tan malo como el mío?

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Capítulo 3: ¿Tu día ha sido tan malo como el mío?

Ese olor, ese olor me levanto de la cama. Olía a tortitas, con sirope… Umm. Pero… Yo siempre me levantaba a hacer el desayuno, ya que mi padre por las mañanas salía pronto para su empresa. Qué raro… Bajé a comprobar que efectivamente mi padre seguía en casa, pero ¿Por qué? Media adormitada todavía, ya que no me había lavado ni la cara, me senté en la pequeña mesa de la cocina. Teníamos un comedor con una gran mesa, pero prácticamente no la usábamos.

-Buenos días- Dije después de haber bostezado unas cuantas veces.

-Buenos días cariño- Wow, mi padre estaba distinto hoy. ¿Será por lo que dijo anoche? ¿Eso de que  no quería un distanciamiento?- Te he preparado el desayuno. Toma aquí tienes.- Dijo poniendo el plato de tortitas delante mío. No pude evitar relamerme los labios. Mi padre rió

-Papá, ¿Por qué no has ido a trabajar?- Pregunté, mientras devoraba las tortitas, que cada vez eran menos. Mi padre se sentó en la mesa también.

-Me he tomado una especie de vacaciones. Verás _____ tengo que contarte una cosa, pero ahora no. A la tarde, cuando recojas a Luke, no le lleves al parque. Venid a casa directamente ¿Vale?

-Vale papá- Dije, finalmente terminando mi desayuno.- Espera, ¿Y Luke?

-¡Oh! Ya ha venido el bus del colegio a buscarle

-¡¿Qué?! ENTONCES VOY A LLEGAR TARDE A CLASES.- Me levanté rápidamente de la mesa. ¡Mierda! El despertador hoy no me había sonado. Tenía 15 minutos para llegar a clase, y aún no estaba preparada. Como predije ayer, hoy sería un día interesante.

**

-Señorita Wild. Llega 10 minutos tarde ¿Cuál es el nuevo motivo por su retraso?- Dios, el Señor Fonte, profesor de historia. Es el más estricto de todos mis profesores ¿Justo hoy tenía que tener clase con él?

-Ninguna señor. – Agaché la cabeza, y fui hacia mi sitio, junto a Iván. Gracias a que compartíamos esta clase. Si no  esto sería insoportable.

-Señorita Wild, estoy harto de sus retrasos. Esta ha sido la gota que colma el vaso. Queda usted castigada. – Venga ya, ¿En serio? ¿Qué le pasa a este hombre? Llegué tarde 10 minutos. 10 MINUTOS. Bufé. No me resistiría, sino el castigo sería peor. – Después de clase, tendrá que ordenar el ala norte de la biblioteca.- Esto no podía ir a peor. Solo deseaba que las clases acabaran. Mandaría un mensaje más tarde a la profesora de mi hermano, para que ella avisara a mi padre.

**

-No me hace gracia.- Mascullé.

-A mi sí. Anda, calla y ordena. Encima que te ayudo.- Sergio. Que haría yo sin él.

-La verdad, el que estés aquí conmigo es lo mejor que me a pasado en todo el dia. Créeme, mi día no puede ir a peor- Dije.

-Shh- Nos recordó la bibliotecaria. ¿Esta mujer no descansaba? Es como si viviera entre estas cuatro paredes llenas de libros.

-Anda que exagerada eres, tu día no puede ser tan malo.- Dijo Sergio.

-Es verdad, no es malo. Es más que malo.- Murmuré.

-Que cabezota eres, por eso te quiero tanto

-Y yo, no se que haría sin ti.

-Probablemente, no acabar de ordenar esto. ¡Ponte las pilas _____!

**

Caminaba hasta mi casa. Del Instituto a mi casa era un buen cacho, aproximadamente media hora, cuarenta minutos a pie. A veces aprovecho ese tiempo para pensar. Prácticamente me paso la vida pensando ¿no? Para intentar evitar pensar, desbloqueé el móvil. 2 llamadas perdidas, 1 mensaje. Las llamadas eran de papá obviamente. Miré el mensaje, no creía que fueran mis compañeros, ya que nos acabábamos de ver.

‘’ _____ cariño, recuerda venir a casa, tenemos que hablar. Papá. ’’

¿Qué tanto misterio? ¿Qué me tendría que decir? Decidí poner algo de música, como no de mi banda favorita. Recordé, que había leído que estaban de vacaciones. Busqué en mi reproductor de música. Di a ‘Reproducción aleatoria’ la verdad, es que no soy capaz de elegir una de sus canciones, son todas tan… pff. ‘Everything About You’ fue la elegida. Genial. En un abrir y cerrar de ojos llegué a mi casa. Abrí la puerta. Qué extraño, todo estaba en completo silencio. Caminé por el recibidor, y deje mi mochila en el salón.

-YA LLEGUÉ – Chillé, por si mi padre y mi hermano estaban arriba.- ¿Papá? ¿Luke? – Entonces vi algo que no había estado ahí antes. Una maleta. ¿Qué haría ahí esta maleta? No le día importancia y caminé hacía la cocina. Sé que soy mayor, pero aún me gusta tomar la merienda, es como un ritual. Me dispuse a coger algo de Nutella de la lacena cuando una voz que se me hacia familiar, pero que no era la de mi padre. Una voz femenina.

- _____ ¡Que grande estas! Mi princesa cuanto ha crecido.- Y ahí estaba, justo en frente mío, esa persona que yo no quería ver. Mi madre. Como era capaz de habernos abandonado, y plantarse de nuevo en casa como si nada. Es más como mi padre se lo permitía. ¿Qué está pasando? No contesté, pero enseguida note como una lágrima resbalaba sobre mi mejilla. ‘’Ahora no _____, no te derrumbes ahora, delante de ella. Que vea que eres una chica fuerte. No te ha hecho falta este tiempo. No te hará falta ahora.’’ Intenté engañarme a mí misma, pero me era imposible.

- De esto teníamos que hablar, verás _____ ... –Dijo mi padre

-¿De qué?- Le interrumpí-  ¿De que la persona que me abandono cuando más falta me hacia ha vuelto? ¿Qué yo no lo sabía? No gracias, en ese caso no quiero hablar. – Intenté no llorar. Me trague las lágrimas y salí de la habitación donde estábamos. ¿Qué haría ahora? Pues llorar. Pero no lloraría aquí. Por intuición, salí corriendo hacía mi parque. Cuando no pude correr más, me deje caer sobre el tronco del fuerte árbol en el que me sentaba todos los días. Mis ojos se cristalizaron, y comencé a llorar.

-Menuda mierda de día.- Solloce.

- ¿Tu día ha sido tan malo como el mío?- Esa voz. Esa maldita voz que reconocería a kilómetros a la redonda. No, no es posible. Esta persona no puede estar sentada a mi lado. No, no, no. Estoy soñando, seguro.

Half A Heart Without You (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora