Capítulo 2: Como si alguna vez en mi vida te fuera a ver.

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Capítulo 2: Como si alguna vez en mi  vida te fuera a ver.

Otra tarde igual que las demás. Mi hermanito pequeño jugaba en el parque mientras yo me sentaba en uno de los grandes árboles que allí había. ¿Qué hacía? Simplemente leía, hacía los deberes o estudiaba, aun que algunas veces, y sin que nadie lo sepa, me pongo ha escribir en el pequeño cuaderno que aquel chico… Brad creo que se llamaba, me había devuelto hace unas horas atrás. Me gustaba escribir. Todo lo que se me ve venía a la mente lo escribía, pronto tendría suficientes invenciones como para escribir un libro. Algunas veces iba a los columpios donde jugaba mi hermano y le observaba entretenida. Se le veía tan feliz. Nunca echo en falta a nuestra madre. Prácticamente porque ni siquiera la conoció. Hace tres años que no la veo. Tres años desde que nos abandonó, dejándonos a la merced de nuestro padre. Mi madre nos abandonó cuando Luke tenía apenas unos días. En el momento en el que cogió sus maletas y nos abandonó mi mundo se vino abajo. Mi madre era el único apoyo que tenía. Por esa época no conocía ni a Iván ni a Sergio, y digamos que en el instituto no era la chica “popular”. Pase unas cuantas tardes encerrada en mi cuarto, dejé de comer, e incluso pensé en cortarme pero… ¿Todo aquello merecía la pena? Ella nos dejo, ME dejo. Eso me hizo pensar en que tal vez yo nunca le importe lo demasiado. Desde aquel día me prometí no volver a soltar una lágrima por aquella mujer, pero eso me fue imposible. Cada objeto de mi casa, cada foto, todo me recordaba a ella. Otra vez, aquella voz me saco de mi trance.

-_____ estoy cansado ¿podemos id a casa ya?- Sonreí. Recogí todas mis cosas, cargue a mi hermanito en peso y salí de aquel parque donde pasaba la mayoría de mis tardes.

**

Eran aproximadamente las 21:30 de la noche cuando conseguí meter a mi hermano en la cama. A veces era un poco pesado con eso. Le conté una de mis historias que me inventaba sobre la marcha y se dejó dormir. ¡Por fin! Si algo había aprendido a hacer en estos tres años era a cuidar a mi hermano. Sería el instinto maternal que había en mí. Bajé cuidadosamente las escaleras, cualquier movimiento torpe de los míos y el pequeño monstruo que dormía en la primera habitación del pasillo saldría a por mí. “¡Conseguido!” Pensé mientras me tumbaba en el sofá. La verdad solo tenía ganas de ver la tele un poco, con suerte me dejaría dormir. Estaba todo muy tranquilo. No sabía nada de mi padre desde ayer por la tarde, que lo vi meterse en su despacho.

-_____ cariño, tenemos que hablar.- Dijo mi padre sentándose cuidadosamente a mi lado, yo estaba tumbada en el sillón, y la verdad no tenía ganas de hablar con él. Así que como una pequeña opte por la mejor opción. Hacerme la dormida.- Vaya, se ha quedado dormida.- Noté como mi padre cogía el mando de entre mis manos, apagaba el televisor y me cargaba. Espera ¿Mi padre me estaba cargando? Era incómodo pero bonito. Quiero decir, no paso mucho tiempo con mi padre, y que me cargue como cuando tenía 5 años es tierno, aun que raro, para la edad que tengo y que mi padre me cargue…

Torpemente entró en mi habitación. Me tumbo sobre mi cama y se sentó en la orilla. Yo seguí haciéndome la dormida. Tal vez se iría.

-_____ ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas tan distante? Cariño, no fue mi culpa que mamá nos abandonara. Créeme, intenté por todo los medios que no lo hiciera. Aun no se por que lo hizo. Yo la quería, y la sigo queriendo. Me duele este distanciamiento por tu parte.- Dijo torpemente esta última frase. ¿Mi padre estaba llorando, o a punto de llorar? Dios…- Se levantó de la orilla de la cama y vino hacía mi. Se inclinó para darme un beso en la mejilla.- Te quiero _____, descansa.

Salió de la habitación. Yo estaba pasmada. ¿Estaba yo siendo tan dura con mi padre? Yo tampoco quería distanciarme de él. Solo pude decir en un susurro un simple ‘’Yo también te quiero papá ’’ Mi padre me había matado con eso que me acababa de decir. Me levanté de la cama, todo el sueño que antes tenido había desaparecido. Encendí mi pequeña lamparita de mesa, abrí mi cuaderno y empecé a escribir como una loca. La inspiración vino a mi por sí sola. Di mil y una vueltas en aquella cama. No podía dormir. Me acerqué al pequeño balcón que había en mi habitación, el cual tenía unas maravillosas vistas al parque. Me senté allí. Observe la luna. Hoy brillaba bastante. Pensé en todo los sucedido. Sin duda aquel balcón es donde acabo siempre para pensar. No se que tiene. Después de un rato sin apartar la vista de aquella preciosa luna, susurré algo.

-Necesito un cambio, no puedo seguir así.- Sin quererlo, una lágrima recorrió mi mejilla. Me la limpie y automáticamente entre de nuevo en mi habitación. Me tumbé en la cama, con esta vez la intención de dormir. Miré mi pared. Observé los preciosos ojos verdes, plasmados en aquel extraño papel, que parecía que me miraba.

-Apuesto a que tu vida no es tan desastrosa.- Solté observando el poster del rizado.- Que patética soy, hablando con un poster, como si alguna vez en mi vida te fuera a ver. – Agaché la cabeza.

Dije esto y sin saberlo me deje dormir. Mañana sería un desastroso día, lo veo venir. La sonrisa que hoy había tenido durante todo el día desaparecería. Era un presentimiento. Lo que mi padre tenía que decirme, probablemente, será lo que me arruine el día, la semana e incluso el mes.  

Aquí el capítulo dos de mi novela. Gracias a mis lectores. Si pudierais recomendar mi novela sería genial. Muchas gracias por todo. J Subiré pronto.

PD: Siento que el capítulo sea demasiado corto.

 

Half A Heart Without You (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora