Capítulo 9: Sentimientos

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Capítulo 9: Sentimientos.

._____.

No, en estos momentos no estoy para hablar. ¿Soy una cobarde por no afrontar mis problemas? Pues sí, pero es que tengo ya tantos problemas que uno más no es importante. Después de todo  lo que mi padre me acaba de decir y reprochar, tengo esa extraña sensación de que no soy más que un estorbo. Sin mí, mi padre podría rehacer su vida con mi madre, ya que él está dispuesto a perdonarla. Sin mí, Maddie, Sergio e Iván no serían criticados, ya que lo son por andar con “_____ la infantil”. Tengo esa sensación de que sin mí todo estaría mejor. No es la primera vez que me siento así. Mi padre viene a hablar conmigo, me derrumba con sus verdades y luego yo quedo destrozada pensando todo esto. Muchas veces e intentado cortarme. Pero cortes en mi piel no solucionarían nada. Es más, añadirían un motivo de burla más que mis compañeros utilizarían. Las soluciones a mi problema son casi inexistentes.

¿Cuál es el motivo de la charla de mi padre y el por qué estoy así? Dos palabras. Mi madre.

*FlashBack*

-¿Qué pasa papá?- Pregunté yo con nerviosismo. Sabía dónde iba a acabar esta conversación.

-¿Cómo que ‘’que pasa papá’’? Por favor _____ sabes muy bien lo que pasa. ¡Tu madre es lo que pasa!- Como lo supuse. Permanecí en silencio. Mi padre se levanto de golpe de la cama.- ¡No puedes tratar así a tu madre! ¡A la mujer que te dio la vida! Ha subido a la habitación llorando por la mañana. ¿Sabes? No tiene derecho a llorar por ti. No lo entiendes _____. Yo aún la amo, y que tú te lleves así con ella me impide muchas cosas.

La ira me comió por dentro en ese momento.

-¡Ella no tiene derecho a llorar por mí, pero yo por ella si ¿no?! A claro, tú no sabes todas esas noches que yo he pasado llorando en mi habitación por ella. Como lo vas a saber si no pasas tiempo con nosotros. – Grité - Además, si quieres quedarte con ella adelante. ¡Ya me voy de esta maldita casa y os dejo solo si es lo que queréis!

-Creí que el tema del tiempo que paso con vosotros lo habíamos dejado zanjado. – Soltó el furioso.

-Claro, al igual que este papá. Ahora si te importa déjame sola.- Se negó a irse.- ¡Que me dejes sola!- Finalmente, mi padre salió de la habitación.

Duele tratar a un padre así, pero esas palabras salieron de mí espontáneamente.

*Fin Flashback*

Debido a lo cobarde que soy, estoy por hacer lo que suelo hacer siempre que tengo una pelea. Irme. Pero esta vez no al parque.

***

-Hola.

- ¿_____? Que-¿Qué haces llamando a esta hora?- Miré mi reloj de pulsera. Eran las 23:30, mañana era jueves, día lectivo, normal que le extrañara mi llamada.

-Bueno… Necesito un favor. Me habías dicho que tus padres están de viaje ¿verdad? – Pregunté.

-Sí, ¿Qué pasa? ¿Qué necesitas?- “Vamos _____, es ahora o nunca.”

-Bueno, me preguntaba… si…- Me interrumpió.

-¿Quedarte en mi casa?, por supuesto. Dime donde estas y te paso a buscar.

-Muchísimas gracias. No hace falta que me vengas a buscar, ya estoy cerca, no me importa andar. Estoy ahí en aproximadamente veinte minutos.

-Te espero.

***

Comencé a andar. ¿Había sido buena idea pedirle ayuda a él? Tal vez se la debería haber pedido a Maddie. Aun  que en realidad, no quiero que mis amigos se enteren de estos problemas. El único que sabe mis problemas familiares es Sergio. Y no es porque no confíe en Maddie o Iván, es porque a Sergio lo veo como más que mi mejor amigo. Es mi hermanito.  El caso es que lo hecho, hecho esta. Me puse en marcha otra vez. Sería mejor que llegara lo antes posible a casa del chico, o este se preocupará. Gracias a dios recordé la dirección de su casa. No estaba muy lejos de mi casa. Más o menos a 20-25 minutos andando, 5-10 en coche. Era tarde ya. Las calles estaban vacías. Se oían algunos aullidos por parte de algún perro que se percataba de mi paso. Hacía demasiado frío para mi gusto. Yo iba vestida con un leggin negro y una camisa, aunque esta estaba cubierta por una sudadera que Sergio me había regalado la última vez que estuve en su casa. Sí, soy de esas chicas que le quita la ropa a su mejor amigo. Introducí mis manos en los bolsillos de mi sudadera. El frío era muy notable hoy. Ahora mismo estaba pasando por una calle con bastantes locales. Entre ellos una mercería. Miré el escaparate. Allí había colocados estratégicamente varios gorritos de lana, cosidos obviamente a mano. Y ahí estaba otra vez. El recuerdo de él. El gorrito de lana azul eléctrico me recordó a Harry. ¡Esto ya era imposible! Cualquier cosa u objeto, o bien me recordaban a mi padre y mi madre, o bien me recordaba al ruloso. ¿Estará este intentando camelarse a otra chica? Seguro que sí. No me cabe la menor duda. Yo solamente era una más en su juego. Una más que añadir a la lista de conquistas de Harry Styles. Cuando me quise dar cuenta ya estaba en frente de la casa del chico. Este me esperaba en los tres escalones que había en la entrada de su casa, con una manta y un chocolate en la mano.

Half A Heart Without You (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora