CAPÍTULO 14

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La ansiedad lo consumía poco a poco, no había podido pegar un ojo en toda la maldita noche, aún sentía como su oprimido pecho le rogaba a que fuera a buscar respuestas a su angustia...
JaeJoong quería quedarse junto a Shim para esperar noticias de Yunho pero el mismo Shim le había dicho que no, y ahora se encontraba en su habitación esperando a que llegaran. Aun podía recordar el rostro apagado, su respiración lenta y pausada, Yunho estaba sufriendo, cuando lo llevaron a emergencias todo a su alrededor se volvió en negro y gris, como las películas antiguas... y luego ver a todas cámaras y reporteros intentando obtener una primera plana de la situación era indignante, sino fuese porque la abrumadora situación con Jung lo mantenía ocupado hubiese mandado a la mierda a cada uno de los reporteros.
Jae no había dejado de llorar desde que se fue del hospital, no al menos hasta ahora, que sus estaban rojos e hinchados y sin ninguna lágrima que derramar, pero el dolor y la angustia aun se alojaban en su pecho y garganta, la ama de llaves intentó calmarlo con un té de tilo, pero eso no había hecho efecto, JaeJoong estaba más que seguro que sólo se tranquilizaría al ver a Yunho.
<<¡¿Qué le hiciste?!>>
Esa pregunta formulada con odio y furia era la que merodeaba la cabeza de Jae, aun no podía olvidar la mirada que Junsu le dio cuando aun se encontraba en la sala de espera, sino fuese por Taemin y Changmin estaba más que seguro que se hubiese ganado una bofetada, y aunque fuese algo por los sentimientos encontrados ante la situación ... JaeJoong sentía que merecía ese golpe, y quizás más que sólo una bofetada ¿Pero por qué? Ni él lo sabia...
Sus pesados párpados se cerraron luego de una lucha interna que su mente producía con solo recordar todo lo sucedido en éste tiempo.
El fuerte reflejo del sol golpeó sin restricción sus párpados hinchados. JaeJoong jadeo por la inoportuna luz que golpeaba su rostro, por auto reflejo se cubrió el rostro con el antebrazo, Jae asimiló la ida del insomnio, lentamente se incorporó de la cama, observó a su alrededor, su cabeza dolía y sentía como le bombeaba tortuosamente provocando un agudo dolor.
Yunho
JaeJoong se incorporó de la cama olvidando el dolor mañanero, y sin siquiera calzarse corrió hacía la habitación de Yunho, con la preocupación tatuada en su rostro ingresó a la habitación pero el lugar se hallaba vacia e impecable. El solitario y gélido viento lo recibió, nuevamente la amargura se estableció en su cuerpo, Jae suspiró pesadamente y salió de la habitación, su mano se quedó en el pomo de la puerta, su frente se inclinó hacia la puerta.
¿Qué esperaba?
Oh, si, ver a Yunho... pero para qué, ni siquiera sabía por qué había llorado, ni por qué sentía dolor con verlo, Yunho sólo era alguien temporal y lo temporal siempre llegaba a su fin.
— ¿Qué haces aquí? — Jae se giró al escuchar otra voz detrás de él.
Junsu se veía cansado y demacrado, JaeJoong observó el rostro del menor de los Jung, sus ojos estaban rojos e hinchados, las ojeras enmarcadas en su blanca piel, JaeJoong se alejó de la puerta.
— Estoy esperando a Yunho — contestó con una voz ronca y seca.
Junsu rió con molestia.
— No hablo de eso... ¿Qué haces aquí, en la vida de mi hermano? ¿Crees que por soltar unas cuantas lágrimas lograrás convencerme de tu amor incondicional a Yunho? Puede ser que todos creen que eres el esposo perfecto, que ama a su esposo... pero yo no creo... Yunho nunca te hubiese aceptado... tu no eres él... y créeme... yo me encargaré de que salgas de nuestras vidas... — Junsu caminó hasta JaeJoong, su mirada cansada escaneó el rostro del contrario, luego sonrió como si hubiese escuchado un chiste, irritando a JaeJoong — Nunca lo serás — murmuró, Junsu retrocedió unos pasos, observó a Jae por última vez para luego irse.
JaeJoong se quedó en silencio, dejándose consumir por las agrias palabras.
¿Él? Jae se llenó de preguntas y amargura ¿Quién es "él"? ¿Por qué Junsu hablaba de "él" como alguien importante? ¿También lo era para Yunho?
JaeJoong negó, su mente le obligaba a dejar de pensar en cosas sin importancias, porque de cualquier manera ese asunto no le era de incumbencia, y lo sabía perfectamente, la vida de Yunho era privada y él tenía que respetarlo... aunque los comentarios de Junsu eran fríos e hirientes, JaeJoong no podía recriminarle nada... porque él mismo no era nada para el mismo Yunho, aunque los papeles lo nombraran con un elegante título en grande: "Esposo de Jung". Él no era nada, solo un contrato... papeleos, firmas y fraese, un simple contrato que terminaría en pocos meses, y como tal, debía amoldarse a ese contrato, no podía discutir que la curiosidad le picaba, pero las restricciones sobre sus acciones eran claras y siempre las mantuvo claras, alejarse de Jung era una de ellas.
El silencio del comedor sepulcral, la ausencia de Yunho era notable, todas las sirvientas estaban calladas y expectantes a las noticias. JaeJoong observó su desayuno, su mente trabajaba a un nivel que nunca lo había hecho, por lo tal que el desayuno seguía intacto desde hace 20 minutos, Junsu no había querido bajar a desayunar, según las sirvientas estaba cansado, pero Jae sabía que él era el motivo, asi que no podía reprocharle nada. Ninguno se llevaba, y eso no era algo que lamentara, preferiría eso a estar soportando su presencia, suficiente había sido escucharlo como seguir aguantando su presencia.
JaeJoong podía sentir los murmullos de las empleadas, todas miraban a Jae con tristeza, como si ellas en verdad comprendiesen en dolor que cargaba desde ayer.
El ruido de la puerta se agudizó en la enorme habitación, JaeJoong se quedó en silencio, luego escuchó leves ruidos seguidos de pasos, se incorporó de la silla y caminó lo más rápido que pudo hacia el lugar, al llegar se halló con un Shim preocupado y con un Yifan... apagado... su presencia radiaba frialdad, pero no era comparado a ese frío típico de Yunho, esta vez era algo aterrador.
— Yunho —murmuró JaeJoong mientras se acercaba al mencionado, el nombrado ignoró por completo a la tercera presencia, Jung miró a Shim con frialdad.
— Shim... Encargate de los medios...iré a ver a Junsu, luego ve a mi despacho — y con solo eso Yunho se marchó sin siquiera mirar al menor, JaeJoong se quedó observando a Yunho absorto ¿Por qué lo ignoraba?
— JaeJoong — murmuró Shim mientras tocaba su hombro, Jae reprimió sus enormes ganas de llorar por la impotencia. Shim volvió a tocar el hombro a Jae al ver como el cuerpo de éste temblaba — ¿JaeJoong estás bien? — preguntó suavemente con preocupación, este se deshizo de cualquier rastro de angustia, o al menos ocultó gran parte de aquel dolor que azotaba duramente a su corazón.
— Si... solo... debo irme, Changmin vendrá a buscarme para mis clases — comentó con rapidez, Shim no preguntó nada y solo asintió en silencio. JaeJoong forzó una sonrisa que ni él se la creía pero debía transmitirla se giró sobre sus talones, necesitaba huir de ahí, lo más rápido posible. Necesitaba de alguna forma escuchar a su razón decirle: "Te lo dije" y luego lamentarse por no haberlo escuchado antes. JaeJoong dio unos cuantos pasos. Pero la voz de Shim lo detuvo por unos segundos:
— Él esta bien... solo tuvo una pequeña recaída... no te preocupes — dijo Shim tratado de apaciguarlo, JaeJoong sonrió con amargura y continuó su camino, sus piernas se deslizaron rápidamente por los anchos y lujosos pasillos de la mansión Jung, JaeJoong sintió como sus ojos comenzaban a aguarse y como su mente se preparaba para el monólogo de represión, no pudo soportar más y entró a la primera habitación que encontró, ingresó lo más rápido que pudo, y sin aviso sus lágrimas se deslizaron por sus mejillas ¿Por qué dolía?... JaeJoong dejó su espalda contra la pered y poco a poco se deslizó hasta sentarse en el suelo, la amargura lo invadió por completo, no entendía por qué el de su dolor, de la impotencia, de las lágrimas.
Su mente lo sacudió nuevamente con las palabras justas:
Te enamoraste
Esa simple palabras paralizó a JaeJoong, y sus lágrimas brotaron con más fluidez. Esa palabra era la que describía perfectamente todo, la misma palabra que estuvo rodeando pero que no se atrevía a formular.
Pero rápidamente otra palabra se cruzó en su cabeza, tal vez la palabra más sensata y adecuada a la situación.
Debes olvidarlo... tienes que olvidarlo
Su mente gritó tan fuerte que ella idea se estableció en su mente, JaeJoong dejó de sollozar, y por primera vez en su vida... iba a escuchar a su razón. Era momento de dajar de lado aquélla curisidad y de preocuparse por solo una cosa... lo único que en verdad lo ataba a Yunho.
Dos meses pasaron con lentitud, dejando pisadas dolorosas cada vez más profundas y pronunciadas, JaeJoong podía sentir como aquélla rara y diferente conexión con Yunho se hacía cada vez más pequeña e invisible, podía sentir el correr del tiempo a su alrededor, como los minutos, horas, días avanzaban y llegaban a su fin con gran rapidez, el corazón le dolía cada vez más, no podía explicar ese dolor, ni tampoco sabía cómo aliviarlo, pero ahí estaba, y amenazaba con instalarse en su pecho. Jae veía como aquélla barrera que alguna vez existió entre él y Yunho volvía a instalarse, alzandose con más grosor en sus ladrillos, y como aquel hielo en el pecho de Yunho se intenaificaba. Sus palabras frías y miradas vacías lo acuchillaban sin compasión alguna. JaeJoong se odiaba por haber caído como un idiota, por haberse enamorado de la única persona que no debía, y ahora lo más difícil que tenía que hacer era olvidarlo y finalizar su contrato lo más distante posible. Pero lo que más le dolía de todo... era que nunca podría a asispirar a ser algo más para Yunho, él siempre sería: "El chico que lo salvo de la quiebra" Y solo eso sería, Jae no podía enfrentar al misterioso "él" que rondaba por la mente y corazón de Jung.
Con el correr del agua su mente se enredaba cada vez más, era inútil pensar en otra escapatoria porque la única que había era dolorosa y difícil para él. Pero era la única salida coherente disponible que su cabeza podía planear, tal vez saldría herido, pero era mejor ahora que luego, tal vez la herida sea profunda pero era mejor eso a ser atravesado pot completo y morir desangrado.
Observó el enorme ventanal, eran las 17:36 exactamente, la lluvia bajaba como una cascada, el viento agitaba con gran impacto los árboles, el cielo estaba impreganado de un negro y gris, todo se veía triste, el afligido cuerpo de JaeJoong descansó en el suelo mientras abrazaba sus piernas y clavaba su decaida mirada en el enorme ventanal, las gotas transparentes de agua eran insaciables, cada vez caían más y en grosor, JaeJoong tenía la nostalgia instalada en cada parte de su pecho, hundió su barbilla hasta la nariz en el suéter gris de cuello alto, hace tiempo que no veía a Yunho, últimamente salía al extranjero por asuntos laborales, Junsu se había ido luego de una semana del incidente de Yunho porque sus vacaciones había acabado y debía irse a Japón por estudios,  por ese lado se sentía mejor, no quería estar con alguien que lo odiaba y recordaba a "él" como la única persona especial para Yunho, el sólo hecho de que él nisiquiera era alguien en la vida del mayor lo atormentaba.
Changmin venía todos los días como el buen asistente que era, todo era normal, era el tipo de chico reservado pero protector, a JaeJoong le gustaba estar con él, pero ni Changmin podía sacar la amargura con la que cargaba desde hace ya dos meses, Changmin podía sentir la depresión de su amigo/jefe pero no lo cuestionaba, si JaeJoong quería callar y guardarlo él no se enfadaría ni nada, al igual si Jae quería contarle sus penas o lo que él creyera importante, Changmin estaría para él, siempre que Jae lo necesitara, porque de alguna manera, supo ganarse la confianza del frío chico y eso era algo que pocos hacían, y Changmin aceptaba que JaeJoong le gustaba, pero solo como un amigo. Un amigo al cual cuidaría como un hermano pequeño.
La soledad cubrió a Jae con una manta delgada, el día estaba apagado, y se encontraba solo en aquella habitación, era domingo por lo cual todo el personal se hallaba descansando y disfrutando su día libre a pesar del clima, Changmin como parte del personal también estaba en su día libre, pero como buen amigo quiso quedarse al lado de  JaeJoong, pero el se lo impidió, y ordenó al menor que se quedara en su departamento y que terminará con sus tareas atrasadas, últimamente Changmin pasaba mucho tiempo con él, lo ayudaba en todas las materias que JaeJoong no comprendía, y gracias al entusiasmo de Changmin, y a los libros que le regalaba JaeJoong descubrió una pequeña pasión por las pinturas y lienzos.
JaeJoong se quedó toda la tarde observando el cielo gris, la lluvia cesó luego de horas, el frío se hacía cada vez más intenso, se incorporó del suelo al no poder sentir sus piernas, observó nuevamente la hora, 22:23, ¿Cuánto tiempo llevó sumergido en sus pensamientos? Pues fueron horas.
Jae sintió la boca amarga, y la imagen de una galleta, o pastel se cruzó en su mente. Salió de la habitación, caminó por los oscuros pasillos, a pesar de que habían unas pequeñas lámparas encendidas, los pasillos estaban cubiertos de oscuridad, el clima y las cortinas cerradas no ayudaban en nada, con algo de dificultad JaeJoong caminó hacia la cocina, bajó las escaleras con cuidado, llegó a la cocina, las luces en la habitación estaban apagas al igual que en toda la casa, pero no se molestó en encenderlas, solo buscaría algo dulce y volvería a sumergirse en la soledad, Jae cogió un plato que estaba apilados en la isla del comedor y fue directamente al refrigerador, abrió la puerta y la luz del interior lo iluminó, observó el interior de esta, un pastel de chocolate blanco se cruzó en su camino, con cuidado sacó con una mano una porción y rápidamente lo depositó en el plato, se chupó el pulgar, el chocolate sabía de maravilla, con un poco más de humor JaeJoong sonrió y cerró la puerta, otra vez la luz lo invadió, luego miró el plato, una cuchara le faltaba, caminó hasta la otra mesa, con mucha dificultad abrió el cajón y comenzó a manotear, frustrado decidió enceder la luz que estaba en frente de él, al encender la luz todo se facilitó, Jae encontró rápidamente la cuchara, se giró para ir directamente al plato, pero un repentino rostro lo asustó de muerte, dejó salir un grito y la cuchara de estrelló en el suelo.
Yunho lo observaba algo sorprendido mientras aun llevaba el borde de la taza a sus labios.
— Me asustaste ¿Qué haces ahí? — exclamó JaeJoong con el corazón en la boca. Jung lo observó con seriedad, luego continuó por beber el último trago de café que quedaba en su taza, luego se incorporó de la silla, dejó la taza en la mesa, observó a JaeJoong y luego se giró para marcharse.
La indiferencia cerró el apetito de JaeJoong por completo, podía sentir el sabor amargo en su boca pero ya no le importaba. Las lágrimas se desprendieron de los rasgados ojos del menor.
— ¿Por qué me odias? — se atrevió a preguntar, dejando salir aquella amargura que apretaba sus cuerdas vocales. Yunho se quedó inmóvil dándole la espalda a JaeJoong, ninguno dijo nada más, se podía sentir el silencio rodearlos. La pregunta de Jae quedó en el aire, solo sus respiraciones se oían. Yunho relajó su cuerpo, y cambió su pustura, inhaló, el aire se mantuvo un buen rato en sus pulmones, luego se giró mirando fijamente a JaeJoong,  Yunho lo observó por largos instantes. JaeJoong sabía que era ahora o nunca, y decidió arriesgarse.
— ¿Por qué me odias Yunho? — repitió con un tono más seguro. Jung dio unos pasos hasta JaeJoong, quedando a unos pocos centímetros de distancia.
— No te odio — murmuró, y por largos meses Yunho por fin habló, su gruesa y grave voz atravesó a Jae ¿Tanto extrañaba su voz? Sí, su cuerpo entero temblaba ante su voz.
— Entonces... ¿Por qué me tratas como un desconocido? — preguntó dando un paso, Yunho no apartó la mirada del menor.
— Es mejor que te mantengas alejado... es lo mejor para ambos — musitó con seguridas, JaeJoong sintió esas palabras tan frías que hizo estremecer su débil corazón.
— No entiendo... ¿Qué hay mal en mí? —
— No quiero confundirme — confesó, Jae parpadeo sin entender.
— ¿Confundirte? — preguntó con ironía. Él era el único confundido en todo esto. JaeJoong sintió como el enojo lo invadía. Yunho pensaba en él y nadie más. Jae dio unos pasos más hasta estar frente Jung — Eres un idiota — soltó con decepción.
— Tu no sabes nada de mi — retó Yunho, JaeJoong sonrió con amargura.
— Lo sé... cada vez me cuestiono lo mismo... tan poco te conozco... pero tan cerca te siento — lo último lo susurró con un volumen inaudible.
— Es mejor que tomemos distancia y terminemos este contrato, pronto el plazo acabara — recordó, JaeJoong sintió como su pecho se estrujaba aun más. ¿Por qué tenía que doler?
— Es lo mejor — murmuró Jae, pero ese no era JaeJoong sino su mente que tomaba control de la situación, mientras su corazón lloraba.
Yunho se giró sobre sus talones decidido a marcharse de la cocina, dejando a un JaeJoong destrozado. El menor sabía cual era el mejor camino. Y ahora, más que nunca lo seguiría. Ambos eran dos completo desconocidos sin ningún futuro juntos. Pero ahí estaba, a pesar de que su pecho dolía continuó gritando, hasta opacar por completo su mente.
Corrió hasta Yunho, sus manos se enredaron en el vientre de este. Su rostro se hundió en espalda, sus lágrimas se inundaron, JaeJoong sabía que su corazón era masoquista y que lo que estaba haciendo... le costaría, pero necesitaba tanto esto.
— Por favor — pidió, Jae no se reconocía asi mismo.
Yunho se giró sin romper el abrazo. JaeJoong se quedó inmóvil, sintiendo los latidos de Jung y su embriagante aroma.
Poco a poco Yunho se separó de JaeJoong, lo observó por largos segundos, examinando su rostro, su mano se amoldearon perfectamente en la mejilla izquierda de Jae, poco a poco se acercó a su rostro sin romper el contacto visual.
— Solo una noche — y con sola palabra de los labios de Yunho, JaeJoong se estremeció por completo, su mente se desconectó, y el que mandaba era su corazón. Jung tomó la barbilla de JaeJoong con suavidad, elevandola, Yunho se acercó lentamente, sus labios se enredaron en un suave beso.
Su corazón otra vez había tomado el control. Mañana su mente le reclamaría los actos de su estupidez... pero hoy...
hoy tendría a Yunho para él solo

Only 365 Days (YunJae Adaptación  ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora