Me encuentro acostada en mi cama tranquilamente releyendo mi libro favorito "Sofía y el Ángel Caído" de Ramón Somoza. Como tantas veces he hecho, a diferencia de que ahora se encuentra conmigo Annie, sólo que ella está acostada en el suelo, encima de varias sábanas. Debido a el calor que hace, no podemos permanecer las dos en la cama.
Así permanecemos por una hora más, hasta que una notificación aparece en la parte superior de la pantalla de mi celular.
Decido pausar mi lectura para revisar de qué se trata la notificación, aunque más lo hago por compromiso, ya que todo el tiempo las notificaciones son de YouTube, Instagram, y Whatsapp. No tengo Facebook, ni Messenger, ya que cuando quiero ingresar lo hago directamente desde el navegador.
Tampoco es que tenga mucha vida social, en Facebook sólo chateo con dos amigas. Una de ellas es de Argentina llamada Sofía, que conocí en uno de los tantos juegos que solía frecuentar hace años atrás. Últimamente nos hemos dado cuenta de que tenemos demasiadas cosas en común, es algo gracioso, ya que sólo si alguien posara por un segundo su mirada en nosotras, jamás creería que un par de chicas que a simple vista se ven tan diferentes, lleguen a tener tanto en común. Incluso mucho más, que con su propia familia.
Por otro lado está Mary Joss o simplemente Mary. Así la llamo yo, aunque su nombre real es "María José". Ella en cambio la conozco desde que estaba en mi último año de Primaria, aunque tengo que recalcar que me anima mucho chatear con ella. Es tan parecida a mí, que se siente muy bien tener a alguien así. Que pueda escucharte, sin jamás juzgarte.
Pero mi sorpresa es grande cuando veo que aquella notificación es de Skype, avisándome que tengo un mensaje de Rafael. Mi corazón empieza a palpitar furioso dentro de mi pecho, amenazando con salirse de mi caja torácica. En ese momento la nostalgia nubla mis sentidos, y no sé como reaccionar. Ya que él ha permanecido por más de una semana sin escribirme, me planteo en sí responderle o no. Mi corazón me dice que lo haga, mientras que mi cabeza me dice que no, que él sólo juega conmigo, que si yo le importara o me quisiera como él tanto alega, no pudiera dejar de saber de mí, y mucho peor, por tanto tiempo.
Mientras ésta pequeña batalla se libra en mi interior, estoy tan concentrada en ello, que no me percato que Annabelle me mira fijamente, como si esperara por algo.
-¿Qué sucede Crissie?, ¿Hay algo mal?- lo dice en un tono preocupado, arrugando su entrecejo.
-N-No...No sucede nada, ¿Qué estaría mal?- trato de sonar tranquila, pero fallo terriblemente.
-No lo sé, por eso te pregunto. Tú cara lucía dolida, como si algo malo hubieses visto- dice mientras se incorpora y bloquea su celular.
No sé que responderle, sí decirle o no. Pero al final decido que es lo mejor, no tengo que otra excusa inventar. Además no me gusta mentirle a Annabelle, y más si ella podría ayudarme a decidir.
-Es que mira, esto...es que,..- no me salen las palabras, quizá es debido a la vergüenza. Ya que a ella no le gusta nada que siga chateando con Rafael.
-Sólo dime que sucede Crissia- lo dice tan calmada, que me rindo y lo suelto todo.
-Rafael acaba de escribirme por Skype, y no sé si responderle o no. Quiere que nos veamos- sé que mi voz suena derrotada mientras lo digo, pero no puedo hacer nada para remediarlo.
-¿Y qué tiene eso de raro?, siempre hablan cuando el tiene tiempo, ¿no?- lo dice mientras hace signos de interrogación con sus manos.
Escucharlo decir de su boca, hace que me de cuenta de cuán mal está todo esto. "Siempre hablan cuando el tiene tiempo", eso hace un click en mí, y sé que hacer en ese momento. Aunque tampoco tenga el valor de despedirme de él, al menos ignorarlo. Total, no tendrá ningún cambio en su vida, ya que él vive perfectamente en Colombia, y más aún tiene una novia. Novia con la que pasa todo su tiempo libre, mientras que a mí, sólo me corresponden sus migajas. Estoy tan cansada de todo esto, que me juro a mí misma no volver a caer en algo así, y no volver a enamorarme jamás en mi vida.
-Lo tiene todo de raro, estoy cansada de ser su segunda opción. Por eso he decidido no responderle- en cuanto lo digo, me sorprende el tono seguro en que lo dije.
-¿Estás bromeando?, cualquier ser humano que tenga al menos dos dedos de frente se daría cuenta de que harías cualquier cosa por ese hombre. Sólo hay que ver la sonrisa tonta que se forma en tú rostro cuando hablas de él, y el tonto soñador en que lo haces- dice en un tono incrédulo, y a la vez seguro.
Por un momento hasta yo me lo creo, y la seguridad con la que hablé hace unos minutos, vacila. Pero me niego a creer lo que Annabelle alega. Ese resquicio de incredulidad me anima a soltar lo que digo a continuación.
-Eso no es cierto- trato de utilizar un tono molesto.
-Me vas a venir a negar a mí, que sí Rafael te propone acostarte con el, ¿no lo harías?- dice en forma recriminatoria.
-Claro que no, nunca lo haría. Quizá luzco más ingenua de lo que en realidad soy, pero no soy tan tonta como para infravalorarme de aquella manera. Porque entonces, no sólo va a ser mi corazón el destrozado, si no también mi cuerpo el usado.
Me sentí tan segura, totalmente liberada, cuando lo dije. Como si todo el peso que venía cargando sobre mis hombros hace años, se hubiese esfumado con sólo decir aquellas palabras. Me sentí tan feliz por primera vez en tanto tiempo, y estaba bien, totalmente bien.
Annabelle me miraba tan intensamente, como si mirándome de aquella manera lograra ver en mi interior, y saber si lo decía en serio o no. Quizá fue con la convicción que lo dije, que hizo que Annabelle deje de mirarme de aquella manera, y en su lugar me dirija una mirada llena de orgullo mientras me sonreía genuinamente, creyéndome al fin.
Todo aquello hizo que mi corazón se hinchara de orgullo, de orgullo propio, por tener el valor suficiente para rechazarlo, y darme cuenta del valor que tengo como mujer, por primera vez en mi vida. Aunque me sentía satisfecha, ya que ésta sería la primera de muchas, en que encararia los problemas, y los solucionaria; en vez de huir de ellos. No volvería a dejarme pisotear por nada ni nadie.
Y con esa afirmación, se cerró mi capítulo con Rafael. Aunque no digo que no lo extrañaré, o recordaré. Porque va a suceder, aunque estaba totalmente segura de algo, y es que lo superare. Me llevará tiempo, claro está, no sé si serán días, meses, incluso años. Pero lo haría, y es que para lograr algo se necesita demasiada fuerza de voluntad y constancia; y yo.....estaba decidida.
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Lo que nunca imaginé.🌸
Fanfiction¿Alguna vez han sufrido por amor, a tal punto de dejar su orgullo atrás sólo por un poco de atención por parte de aquella persona?, ¿Han pensado qué sí lo hacen él/ella se dará cuenta de cuán maravillosa/o eres y dejará a su pareja sólo por estar co...