III

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Salí rápidamente de la casa apenas terminé de escuchar esto con la llave dorada en mi mano. Llegué a la puerta del cobertizo y abrí el viejo candado (Que estaba un poco oxidado) que lo mantenía cerrado. Abrí la puerta y empecé a bajar las escaleras lentamente. Cuando no pude seguir bajando, llegué a una habitación oscura, no podía ver nada. Empecé a tocar las paredes buscando algún interruptor, y cuando lo hice, lo activé inmediatamente y se encendieron las luces. Me encontraba en una especie de taller, empecé a mirar a mi alrededor. Había una gran máquina tapada con una manta en un rincón, también había una mesa en la que habían unos planos que estaban escritos en un tipo de letra que reconocí inmediatamente: Era la letra del Dr Gaster. No hubo nada más que me llamara la atención en ese lugar, pero la curiosidad de saber qué había debajo de aquella manta era insufrible. Decidí quitarla rápidamente y observé con atención, era una máquina con forma circular y demasiados botones y palancas. Me iba a disponer a pulsar algunos, pero antes de hacerlo encontré otra nota:

"Papyrus, si estás leyendo esto lo estás haciendo muy bien. Ahora pulsa el botón azul que está en la parte superior izquierda de la máquina, pero no pulses algún otro botón o palanca. Repito: No pulses ningún otro botón"-Sans

-Vaya, mi hermano me conocía muy bien- dije mientras pulsaba el botón que indicaba Sans en la nota.

Cuando lo hice, la máquina reaccionó un poco cambiando de colores, pero luego de un rato solo quedó de color azul y la parte de la pared empotrada a la máquina se desprendió de su posición. Jalé un poco esta parte desprendida y me percaté de que en realidad era una puerta oculta. Cuando la abrí completamente pude ver un largo pasillo oscuro. En la parte de arriba se encontraba un cartel con una flecha dibujada hacia abajo con las inscripciones: "ENTRA". Entré por esta puerta y pasé por el pasillo a paso ligero pero no corriendo, tenía que estar preparado para cualquier cosa. De nuevo, al llegar a un cuarto espacioso todo estaba oscuro, pero después de un rato las luces se encendieron automáticamente. Vi a varios maniquíes en fila al extremo izquierdo, en el centro había un gran tapete azul y, en la parte derecha, se encontraba un baño y una gran puerta de metal. Busqué con la mirada alguna otra nota o algo de instrucciones, un rato después encontré una nota pegada a la gran puerta. La tomé y empecé a leerla:

"Bien hecho, hermano. Esta es parte de la sorpresa que tenía para ti. Este es un campo de entrenamiento, aquí podrás entrenar todo lo que quieras para volverte más fuerte. La otra parte de la sorpresa se encuentra detrás de esta puerta, pero, ¿Ves ese bombillo arriba de la puerta? Solo puedes entrar cuando brille de color naranja, de lo contrario no lo hagas. Para que esto suceda tienes que entrenar. Este cuarto tiene un sensor de poder, que se activará con la luz del bombillo. Además, los maniquíes que ves por allá no son maniquíes normales. Ellos tienen un alma improvisada, que es como un sustituto de un alma real. Puedes entrenar con ellos.Así que te deseo suerte."-Sans

Decidí hacer caso a la nota, aunque la curiosidad me carcomiera por dentro y mi amor por las sorpresas sea grande. Empecé a entrenar usando el alma de un maniquí y lanzándole mis ataques normales, pero mientras más entrenaba, más mis ataques se perfeccionaban y me volvía más fuerte. No paré de entrenar durante algún tiempo, pude crear puzzles con huesos y también molinos giratorios con ellos. También perfeccioné el ataque azul y sus derivados.

Me sentía más fuerte que antes, pero me quedaba la duda: ¿Por qué Sans me ocultaba todo esto? ¿Acaso había una razón en particular?. No dejé de entrenar. Llegué a un punto en el que mis ataques eran perfectos. Destrocé el alma de 3 o 4 maniquíes. Mi poder y su capacidad se encontraban en un punto máximo. Paré para descansar un poco y me puse a mirar a mi alrededor. La luz naranja ya estaba encendida.

Me dirigí rápidamente a la puerta y la abrí, luego me introduje en ella. Todo se encontraba oscuro.

-Estoy listo- dije cerrando la puerta

Disbelief PapyrusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora