Capítulo 11

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-Ella es demasiado pequeña para saberlo- gritó la mujer que se encontraba en la otra habitación.

-Querida- suspiró el marido- algún día tendrá que saberlo.

-¿Saber el qué, papá?- dijo la niña desde la puerta, aún agarrando su muñeco.

Era difícil concentrarse en la clase de transformación si a Peter no le salía aún transformar un ropero en un simple pájaro. Era raro, siempre le salían ratas.

Cuando acabó la entretenida clase de transformación, Olivia junto a James volvieron a la sala común de Gryffindor, ya que al señor Potter se le había olvidado su libro de Astronomía.

-Venga James- gritó la chica, impaciente por la tardanza de su amigo- vamos a llevar tarde a clase. No quiero sentarme al final del todo, nunca me entero de nada allí. Y menos si me siento con vosotros- esto último lo dijo en voz baja para que no la escuchara nadie.

-He escuchado lo último que has dicho- dijo James bajando de las escaleras.- Tranquila, en las clases te dejaremos en paz. Lo prometo.

Hizo un gesto ridículo, Olivia le dio un puñetazo en el hombro y se dirigieron hacia su clase.

Ya cuando habían llegado, los asientos de la clase estaban todos llenos. Olivia sintió una gran decepción cuando vio que esta clase también se la perdería. Pero una mano de un muchacho se alzó sobre las otras mesas, era Sirius. Les había guardado, junto a él, dos sitios.

-¿Cómo es que te has sentado en primera fila, Black?- le preguntó con cierta picardía la chica.

-Sé que te gusta prestar atención a todas las clases, así que 'Bualá'- dijo el chico del pelo azabache.

La profesora de Astronomía estaba explicando las diferentes constelaciones que había en el firmamento. Que según los no maj, muggles, no tenían significado alguno, tal solo eran leyendas de antiguas civilizaciones; pero para los magos era diferente.

Para los magos era algo especial. O eso es lo que la mayoría de ellos piensan. Para otro, las constelaciones son unas carga familiar.

-Muy bien, alumnos- dijo en voz firme y fuerte la profesora para que todos la oyesen- vamos a hablar de varias constelaciones hoy. En primer lugar, me gustarían que supieran que cada uno de nosotros estamos vinculados a ellas. Dependiendo de la época que hayamos nacido, estamos vinculado a ellas. Me he preparado esta clase con antelación para que cada uno de vosotros veáis con que constelación estáis asociados.

La clase se pudo tensa durante un momento, largo para todos ellos. Lo que acababa de decir la profesora es que les iba a vincular con las constelaciones, les iba a leer su "unión". Era tan rara la profesora esa.

-Adivino a quien a decir al primero- dijo James, sarcásticamente.

-¿A quién?- preguntó en voz baja Olivia.

-Es evidente- dijo señalando con la mirada a su amigo Sirius.

No se sabía si era porque no había caído en ese momento, pero Olivia se había dado cuenta que su amigo se llamaba como una estrella, y no cualquier estrella.

-Hablaremos de la constelación del perro- con tal que salió esta frase de la boca de la profesora, James empezó a reírse tan fuerte que su amigo del alma se puso de forma inmediata rojo como el color de su casa.

La profesora hizo caso omiso a la reciente histeria de uno de sus alumnos y siguió con su explicación.

-Como bien quería empezar la explicación, antes que me interrumpieran, la constelación del perro es una de las más conocidas en nuestro mundo. Aquellos que hayan nacido bajo esta constelación se deben sentir honrados porque significa que son leales y honestos. Aún así, esta constelación es muy cambiante. Quiero explicarme mejor. Dicha constelación tiene un lado oscuro, no debes dar por sentado que esa constelación siempre estará allí. Ya que algunos magos han asegurado que mientras han realizado algunos hechizos, no han salido como ellos querían; e incluso han salido mucho peor que mal.

Heredero de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora