Capítulo 3: Una Trampa De Acero

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Las 5:00 de la mañana; la alarma de un celular comenzó a sonar con la canción "Fleurie - Hurts Like Hell, la canción favorita de Gwen. Ella apagó el sonoro despertador para luego alzar sus brazos al aire estirando sus músculos y después sentarse en la camilla de la enfermería donde había dormido. Su mirada era hacia el infinito y sin profundidad. Ella tenía pensamientos y memorias en su mente y no pensaba en levantarse aún. Sentada en la orilla de la camilla por unos 10 minutos esperando que se disipara el sueño en sus ojos para después dedicarse a recostarse boca abajo en el suelo y comenzar a levantar y bajar su pesado torso con sus brazos 30 veces. Las lagartijas no eran lo suyo, pero tenía que hacerlas porque ahora ella se encontraba en una organización donde solo los más fuertes quedaban, y darse el lujo de saltarse algunos ejercicios no era una opción.

Estuvo 20 minutos entrenando abdomen, brazos y piernas. mientras lo hacía arrojaba miradas a las "armas" que llevaba en sus manos; ella había comprobado ya que los denominados "Atzimels" en realidad eran funcionales. sin embargo, le inquietaba el hecho de que, gracias a los poderosos objetos, ella ya no tendría que entrenar más, y ahora se quedaría sin hacer nada, lo que siempre le había molestado. Siempre había deseado convertirse en un gran soldado, en la organización más poderosa, junto al ejército más temerario; no le gusta recordar que gracias a los Atzimels su entrenamiento era en vano y sin sentido, pues portándolos tenía la fuerza, y ya no era necesario obtenerla con entrenamiento.

En el interior solo pensaba en su gran amigo de la infancia, alguien a quien no veía desde hace años, la persona que le ayudó a ser lo que ella era. No le gustaba recordar esa parte de su vida, pero habían ocasiones en las que era inevitable recordar esos hermosos momentos en los que una niña paseaba con un hombre a quien denominaba como su segundo padre. Lastimosamente esa época había terminado hace años en la mente de Gwen.

La puerta de la habitación se abrió y detrás entró Corsse con una mirada fría que observaba con indiferencia cómo Gwen entrenaba. Algo que le molestaba era que ella no lo estaba haciendo bien. Hacía lagartijas en exceso y no ejercita las piernas o el abdomen.- típico error de principiantes- pensó en silencio mientras Gwen notaba su presencia en la habitación. Para ella Corsse era demasiado estresante, y a esa conclusión había llegado en el poco tiempo que tenía de haberlo conocido. Ella tenía buen ojo para las malas personas al igual que sostenía un mal presentimiento de Corsse.

-Si ya terminaste de jugar debemos irnos- apresuraba Corsse. Gwen estaba pensando en si ignorarlo o no. En su opinión Alex tenia envidia hacia ella y por eso siempre trataba de atacarla y denigrarla como si ella fuera un animal o algo así.

-Llegaste temprano, aún no termino- exclamó Gwen con una voz pasiva, tratando de ser agradable.

-No he venido a discutir, Brehm. Levántate y sígueme- ordenó Corsse.

Gwen no tuvo de otra, tuvo que levantarse y caminar hacia su entrenador como un niño regañado. Miró a Corsse, que estaba parado en la puerta de la enfermería sin entrar a la habitación. Corsse tenía esa inexpresiva cara que lo caracterizaba, mirando hacia el techo sin alguna causa en especial y no decía nada más que ofensas y frases irónicas.

-¿Nos podemos ir ya?- cuestionó Corsse. Gwen asintió y ambos caminaron entre los grises y concurridos pasillos de la grandiosa organización. A ella le parecía asombroso, verlo todo desde dentro del edificio era majestuoso, era algo que le impresionaba. Lo que le llamaba más la atención era que cada persona, cada científico, cada soldado, cada hombre de bata o chaqueta gris con el logo de G-Tech, cada hombre que se encontraba en G-Tech era como una pequeña pieza de Lego que embonaba perfectamente en una construcción sumamente multifuncional. eran como pequeños engranes, cada uno de los trabajadores parecía tener una función esencial en la organización. Ahí era donde Gwen se encontraba ahora, ella ahora era un engrane más en la corporación, según Corsse, un engrane demasiado importante.

El Puño De G-Tech (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora