Capítulo 2: Cuestión De Motivación

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Oscuridad... Un pequeño punto de luz en el fondo... Era todo lo que Gwen podía ver. Todo era demasiado borroso. Sus ojos estaban muy agotados como para abrirse. Su cuerpo pesaba y deseaba descansar, pero debía levantarse, algo le decía que debía averiguar su paradero y su estado. Luego de abrir sus ojos con impaciencia y esfuerzo, terminó por enterarse del lugar donde ella se hallaba: la camilla de la enfermería.

Era extraño encontrarse ahí sin saber lo que la había puesto en aquel lugar. No recordaba mucho de lo sucedido, pero ahora sentía tener más energía de lo habitual. Decidió examinar cada detalle de su cuerpo. No tenía ninguna herida o malestar en él, solo unas vendas y dos cintas verdes muy bien decoradas en sus manos, pero a diferencia de eso, su salud estaba bien, según ella.

Se sentó en la camilla con mucha cautela por temor a romperse o algo parecido, pero se sentía muy bien. Respiraba de más, pero eso no le molestaba, más bien le agradaba. Sentir grandes bocanadas de aire entrar por su garganta y purificar su cuerpo era algo que no se experimentaba tan seguido. Sus pulmones inhalaban demasiado y exhalaban con Ímpetu. A pesar de eso, se veía como una respiración completamente normal y pasiva.

Sé levantó de la camilla para caminar un poco con la habitación. Notó que sus zapatos estaban en un rincón, así que se los puso para no tocar el frío suelo con sus pies descalzos. Al caminar se sentía con mucha energía a pesar de dar pasos en círculos al rededor de la habitación. Era claro que algo no era normal en ella, se sentía mucho mejor y más viva que nunca.

Caminando por la habitación trató de hallar algunos expedientes médicos o algo parecido, pero no parecía encontrar nada. Desesperada, se acercó a la puerta y salió de la habitación con cautela. Trataba de dar pasos silenciosos en caso de que alguien la escuchara salir. No se alejaba demasiado de la habitación, más bien la tenía en la mira por si tenia que volver a ella. Mirando el logo estampado en la pared del pasillo, se dio cuenta de que no se encontraba en cualquier lugar, ella se encontraba en la enfermería de G-Tech.

-No puede ser que aún no me hayas visto- Gwen dio un salto de susto al escuchar la voz gélida y potente que provenía detrás de ella. Al darse la vuelta, vio a un hombre joven que desde una silla observaba a Gwen caminar fuera de su habitación. El hombre se veía serio e intimidante a pesar de su apariencia.- La próxima vez, trata de vigilar bien el terreno.- añadió con los brazos cruzados y su mirada al suelo.

-Emm... Discúlpame...- Ella apenas podía hablar luego del inconveniente susto.

-¿Puedo preguntarte qué te ha inspirado a ser un soldado?- cuestionó el hombre con una ceja arqueada. Gwen no quiso hablar de eso.

-¿Y porqué a todos les interesa?- preguntó algo molesta. El hombre la miró con la misma expresión de siempre. La frialdad era, al parecer, su mejor arma.

-Las cosas que te motivan te hacen desear lo que quieres en tu futuro. Una persona sin motivación es una persona sin deseo de su futuro. - Nuevamente, El chico bajó la mirada.

-¿Eso qué significa?- repeló Gwen. El hombre la miró a los ojos por primera vez.

-Llegaste a G-Tech por una razón, Brehm.- Gwen se petrificó al escuchar su apellido en las palabras del hombre.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-La pregunta es ¿Porqué no debo saberlo?- cada pregunta era más confusa para Gwen. Ella se sentía cada vez más acorralada y él se comportaba cada vez más arrogante. Ella agitó su cabeza por la inercia a causa del estrés que él causaba.

-¡Simplemente no es normal que un extraño mencione tu nombre!- gritó ella.

-Bien, lo era. Ahora no soy un extraño.

El Puño De G-Tech (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora