La blanca niebla que antes vagaba entre las ruinas del destrozado pueblo ahora se encargaba de cubrir todo el terreno con su inigualable espesura, dejando el ambiente opaco y sin visibilidad alguna. ¿De qué servía la visibilidad ahora? todos estaban muertos y los pocos que habían sobrevivido ya no estaban; bueno, todos menos una niña que aún yacía aplastada por las ruinas de lo que antes había sido su hogar. así es, ella aún permanecía ahí.
Por suerte para ella, habían pasado casi dos horas desde que había liberado el pie que antes era apisonado por un enorme árbol que había acabado con aplastar su hogar, lo cual era un gran avance. Podía sentir que aún le dolía su pierna e inclusive sentía algunas astillas que no pudo quitar con esas pequeñas y delicadas manos que, por la situación en la que se veía atrapada, ya estaban sucias por el polvo, la suciedad y algo de sangre. Su pierna ya no estaba atrapada, pero no significaba que ya era libre puesto que aún estaba atrapada entre escombros.
Y ahí estaba ella, sóla, con los ojos secos luego de haber llorado todo el día. Eran las 4:00 de la tarde y aún no comía nada, tenía demasiada hambre y no podía pasar el rato por estar atrapada en esa maldita jaula de grava y madera que la atormentaba por horas. Las fuerzas para gritar no existían más, y su espalda la estaba matando por la posición tan incómoda en la que se encontraba, con la que había subsistido durante casi 6 horas y media entre las piedras. Para una niña era difícil entender qué pasaría si se quedara ahí para siempre. Ella no sabe qué significa la palabra muerte, y mantenía en su mente el pensamiento de que podía envejecer ahí dentro, y se quebraba mucho más al pensar que nunca vería de nuevo a su familia, que quién sabe en dónde se había metido o porqué no la habían ayudado a salir, pero podía afirmar que no volverían, porque si cupiera la posibilidad de que volvieran, ya lo habrían hecho desde mucho antes. Entonces se envolvió entre eso que la gente llamaba soledad, sin mucha esperanza de que las cosas mejoraran y sin ningún gramo de alegría en ella, sólo sentimientos destruidos y lágrimas secas que desde un principio habían parecido no servir de nada.
-¿Hola?- Esa fue la palabra que la niña escuchó desde lo lejos, como si fuera la misma niebla quien gritaba buscando algún sobreviviente, pero la pequeña sabía con seguridad que aquella voz masculina se trataba de una persona, aunque se desanimó cuando la voz del sujeto no le resultó para nada familiar.
La pequeña reunió cada gramo de sus fuerzas en su garganta para tratar de gritar, pero cada sonido era completamente sordo y ronco a comparación de los alaridos de dolor que había arrojado hace algunas horas, lo cual le dificultaba la tarea de ser escuchada y posteriormente auxiliada.
-¿Hay alguien por aquí?- gritó nuevamente el misterioso sujeto. La pequeña desesperaba por su falta de atención y esas ansias de no poder ser escuchada. siguió centrando su mente en arrojar un grito, el más pequeño grito le serviría, pues el lugar en general era demasiado silencioso, pero no podía hacer ni siquiera eso.
Fuera de donde estaba encerrada escuchó unos pasos que se acercaban poco a poco a su ubicación, pero se escuchaban más como los pasos que da una persona desorientada que sólo pasea por el lugar, y ella dudaba que el chico sabía de su presencia. Al no poder gritar comenzó a golpear una piedra contra otra esperando poder hacer un ruido, un ruido que nunca llegó por la falta de fuerzas que ella ejercía en ambos objetos. De pronto, luego de un tiempo en el que sólo se escuchaban pasos, estos se detuvieron en seco, un poco más lejos de la ubicación de la pequeña.
-Sé que hay alguien aquí, puedo sentir su presencia- Gritó a los cuatro vientos esperando una respuesta. La niña alzó su oreja sin saber si lo que sentía en ese momento era emoción o miedo de que un extraño comenzara a insinuar que ella estaba ahí.
El silencio abundó por casi un minuto entero, y luego de la nada esos pasos, que repentinamente eran más apresurados, se acercaron más y más rápido a la ubicación de la pequeña como si el tipo hubiese sabido desde un principio en dónde se encontraba ella. Lo más extraño es que la pequeña no había hecho un solo ruido en ese lapso de tiempo, por lo que esta acción tan repentina y precisa era desconcertante.
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El Puño De G-Tech (1)
FantasíaHay poderes que no cualquiera puede portar... Hay pasados que hieren hasta matar... Detrás de las personas más frías se esconden recuerdos de infinita felicidad que no existen más. ¿Qué sucede? ¿Porqué el mundo es así? Entre la sociedad actual y la...